El conflicto entre La Pampa y Mendoza por el río Atuel sigue estando en el ojo de la tormenta. Mientras que los expertos de Naciones Unidas (ONU) exigieron la inmediata resolución del conflicto, la disputa sigue el camino judicial. Si bien todas las partes involucradas defienden su postura, el Departamento General de Irrigación de la provincia, está amordazado por la Justicia.

Al gestionar y organizar cuestiones hídricas en Mendoza, Irrigación no puede emitir juicios respecto al conflicto porque afecta sus intereses como institución. Mientras corre el tiempo, hasta que se realice el juicio entre ambas provincias, Unidiversidad se comunicó con esta institución hídrica para conocer aspectos técnicos de la disputa.

Al respecto, el director de Gestión Hídrica, Juan Andrés Pina, explicó que el el régimen del río Atuel “es pobre y muy complejo”. Si bien se respetó la sentencia de la Corte Suprema de la Nación en 1987, el funcionario explicó que este río nunca tuvo un caudal permanente de acuerdo a sus condiciones naturales.

“La zona donde se reclama el agua no es un lugar que tenga agua natural y permanente”, argumentó Pina al referirse al caudal del río Atuel. Desde el Departamento de Irrigación sostienen que sin los embalses que tiene este río, no llegaría constantemente agua a la provincia de La Pampa.

El Director de Gestión Hídrica explicó que durante este 2016 ha llovido más que de costumbre en la provincia y por lo tanto, “se han llenado los embalses”. No es usual que las reservas hídricas sean suficientes en la provincia y mucho menos para el río Atuel, que ya tiene de por sí, un caudal escaso.

Al respecto, Pina detalló los procesos que ejecutan en base al año hídrico. Durante mayo, junio y julio se establece el periodo de “corta anual” que depende de cada una de las cuencas. En esta etapa se realizan todas las obras pertinentes para la buena distribución de la red de riego, durante el año.  Posteriormente, al iniciar la temporada “depende casi del día a día y de la temperatura en alta montaña, del caudal que vamos a tener en los ríos”.

Un conflicto de décadas

La disputa entre La Pampa y Mendoza por el río Atuel comenzó en 1947, cuando se construyó el dique Los Nihuiles. Este represa, es un lago artificial ubicado sobre este río, según detalla el sitio sanrafaelino El Baqueano. El embalse se creó, en sus inicios, tanto para acumular agua para regar como para generar electricidad.

En 1987, la Corte Suprema de la Nación intentó disolver esta disputa de intereses. El máximo tribunal determinó que el río era interprovincial y además, estableció que Mendoza tenía los derechos adquiridos para regar hasta 75 mil hectáreas. Los territorios restantes debían destinarse a La Pampa. A partir de esto, ambas provincias convinieron la regulación del curso hídrico bajo bajo este fallo.

Sin embargo, lejos de solucionarse el conflicto volvió recargado años después. En 2014, la provincia de La Pampa denunció a Mendoza ante la Corte por supuestos incumplimientos del convenio. Según los demandantes, la provincia causó daños sociales, económicos y ambientales por no permitir la utilización de las aguas del río.

Mendoza respondió al reclamo de la provincia vecina, resaltando que las 75 mil hectáreas que tenían que regar eran alcanzadas por el sistema hídrico. Otro punto fuerte de la defensa, destacó que Mendoza invirtió 150 millones de pesos en obras de mejoramiento del sistema de obras hídricas, lo que La Pampa no realizó.

En junio del 2016, la Procuración de la Nación avaló la demanda de La Pampa. Ahora la última palabra la dará la Corte Suprema de Justicia, a través de un juicio que involucre ambas partes. Como si no fuera poco con la contienda judicial, dos expertos de Naciones Unidas (ONU)  exigieron al Gobierno argentino que se resuelva el conflicto para garantizar “el acceso equitativo al agua y que se respeten los derechos de miles de personas afectadas desde hace seis décadas”.