El 13% de los residuos plásticos generados en el Gran Mendoza vuelve al circuito productivo

Medio Ambiente

El plástico ha producido muchas mejoras en la calidad de vida de las personas: transporta agua potable a las viviendas, facilita el acceso masivo a la salud y evita la contaminación de los alimentos. La prohibición total del uso del plástico no parece ser una opción, aunque el Parlamento Europeo aprobó recientemente una prohibición parcial, enfocada en los plásticos de un solo uso.

Frente a aquellos plásticos difíciles de sustituir, el reciclaje seguirá siendo una opción deseable, aunque no la única opción, puesto que debemos repensar como sociedad la opción de “desplastificarnos” y así generar una alternativa ecológica y sustentable con el medio ambiente.

Cómo se gestionan los residuos plásticos en el Área Metropolitana de Mendoza

De este modo, se encontró que dos de los municipios (Ciudad de Mendoza y Godoy Cruz) han implementado programas idénticos en sus territorios para la recuperación de residuos plásticos, incluyendo la estrategia de recogida selectiva domiciliaria y sitios de recepción diferenciada que agrupan tres subprogramas:

• Puntos Verdes, conformado por una red de contenedores tripartitos que reciben residuos secos, clasificados en a) papel y cartón, b) vidrio y c) plástico;
• “Botellas de amor”, que consiste en puntos de acopio de envases de PET rellenos con diversos tipos de envoltorios plásticos que luego se funden para elaborar madera plástica;
• Puntos de recolección exclusivos para envases plásticos, conocidos como “ruleros”.

Otro de los municipios (Guaymallén) está llevando a cabo un programa de separación en origen en etapa piloto. Los sitios de recepción se han ubicado en zonas de alta densidad poblacional y de grandes generadores de residuos (centros comerciales, supermercados). A la vez, se brinda capacitación y educación ambiental a los involucrados.

El municipio de Maipú cuenta con una planta de separación que recibe RSU mezclados. Estos son clasificados en la planta y los materiales reciclables son vendidos, mientras que la fracción orgánica es utilizada para la producción de compost para espacios verdes públicos. También posee puntos de acopio de botellas de amor y puntos limpios para residuos reciclables (plástico, vidrios y aluminio).

El municipio de Luján posee puntos de botellas de amor. Recientemente (20 de mayo de 2021) inauguró una planta para la recuperación de materiales reciclables de los RSU con capacidad para procesar 30 toneladas de residuos al mes, y sumó además una red de 100 puntos limpios.

Por último, Las Heras se encuentra en etapa de diseño de un programa de recogida diferenciada.

Qué son los plásticos de un solo uso y cuánto tardan en degradarse

Los plásticos de un solo uso son productos desarrollados a partir de materiales destinados a ser desechados tras su primer uso, por lo que no son reutilizables y su reciclabilidad es baja por cuestiones técnicas y económicas.

De esta manera, se genera un residuo de plástico cuando cualquier elemento fabricado a partir de este material es descartado por su poseedor al no encontrarle valor o utilidad. Una de las características más notorias de los residuos plásticos es su larga duración.

El tiempo de descomposición depende del tipo de plástico de que se trate, el tamaño del residuo y el proceso de degradación asociado. Los mecanismos de degradación pueden ser biológicos, de oxidación o de fotooxidación, entre otros. En general, los plásticos tardan al menos 100 años en descomponerse, aunque existen algunos que  se demoran entre 500 y 1000 años y, bajo ciertas condiciones, como al ser enterrados, inclusive parecen detener su descomposición.

Para atenuar este problema, sería importante implementar políticas a corto y largo plazo, locales y nacionales, tendientes a:

• Establecer porcentajes mínimos de material reciclado en nuevos productos, a fin de garantizar la demanda a los recicladores;
• Prohibir los plásticos de un solo uso, imitando la normativa europea;
• Premiar las acciones privadas tendientes a rediseñar productos para reducir los impactos del proceso de fabricación, extender su vida útil y facilitar su reciclabilidad;
• Responsabilizar a los fabricantes por los residuos asociados al posconsumo de sus productos (conocido como “responsabilidad extendida del productor”);
• Promover la separación en origen y la recolección diferenciada de residuos;
• Patrocinar la educación ambiental.