En medio de un escándalo por tenencia de pornografía en su computadora cuando era legislador, renunció el viceministro de Salud británico Damian Green, colaborador de la primera ministra Theresa May. La información fue confirmada por otro funcionario de la cartera, Jeremy Hunt, quien aseguró que adoptaron la medida porque Green mintió.

"Mintió sobre un hecho en particular. Creo que muchas personas que entienden el contexto apreciarán por qué pudo haber sucedido, pero eso no lo hace más aceptable", señaló el ministro durante una entrevista a Radio 4 de la BBC.  

Para Hunt, esto muestra que en la democracia de su país los ministros del gabinete deben tener los más altos estándares de conducta. "Debemos recordar que esos son estándares que probablemente no se aplicarían en muchos otros países, se aplican incluso a los ministros del gabinete más antiguos, como él", dijo.

La carta de renuncia

En su carta de renuncia, Green aceptó que debió haber sido más claro ante la prensa sobre conversaciones entre abogados de la policía y su abogado en 2008 acerca de la pornografía en las computadoras y pidió perdón por haber desinformado con sus declaraciones. 

En 2008, la policía estaba investigando la presunta filtración de documentos secretos de un funcionario a Green, por entonces un importante diputado conservador. En el marco de ese proceso, revisaron una computadora de su oficina en el Parlamento y allí encontraron pornografía.

La policía no lo denunció porque no se trataba de un crimen, pero un año después, la información se filtró. Desde entonces, Green, un hombre casado y con dos hijos, acusó al jefe de ese operativo de querer difamarlo.

Un gobierno debilitado

El ministro Hunt, por su parte, elogió a la primera ministra como "alguien de una resistencia extraordinaria en circunstancias muy, muy desafiantes". Es que esta nueva renuncia significa para May otro revés al frente de un gobierno debilitado por haber perdido la mayoría absoluta y en medio de las negociaciones sobre el Brexit. Además, en los últimos meses, el Reino Unido se ha visto envuelto en una oleada de rumores y acusaciones de abusos y acoso sexual por parte de ministros y legisladores contra asesoras parlamentarias.