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El Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas se refirió así a al lugar que ocupa la Educación Superior en la carrera por cumplir los Objetivos para el Desarrollo Sostenible propuesto por el organismo internacional para el año 2030.
René Mauricio Valdés. Foto: El Tribuno / Salta
Unidiversidad / Ignacio de Villafañe
Publicado el 27 DE FEBRERO DE 2018
René Mauricio Valdés lleva 26 años como miembro de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Trabajó con los secretarios generales Boutrhos Ghali, Kofi Annan, Ban Ki Moon y, ahora, António Guterres. Actualmente se desempeña como Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas y este martes estuvo presente en Mendoza, en lo que fue la primera jornada de la Feria Internacional de Educación Superior Argentina 2018 (FIESA).
Junto a representantes de organismos internacionales y prestigiosos académicos de distintos países del mundo, las salas de la Nave Universitaria fueron sede de lo que será recordado como la inauguración de la primera edición, en Argentina, de uno de los encuentros de universidades más importantes de América Latina.
Con el foco puesto en la formación de vínculos entre instituciones universitarias y organismos internacionales, la primera jornada de la FIESA estuvo dedicada a la elaboración de una agenda conjunta entre ambas partes para la implementación de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos en 2015 por la UNESCO. Ese fue el motivo que llevó a Valdés a visitar la provincia de Mendoza.
“Desde Naciones Unidas siempre llamamos a formar alianzas”, sentenció Valdés, consultado sobre el objetivo de vincular a instituciones universitarias con organismos como la ONU. La disertación comenzó a las 15 y se desarrolló en la Sala Cine de la Nave Universitaria. Los argumentos de Valdés se centraron en la necesidad de cumplir con los ODS propuestos para ser alcanzados, a más tardar, en el año 2030. Según Valdés, la única forma de lograr tal meta es con la generación de nuevos conocimientos, punto en el cual la academia se convierte en actor clave.
“Una golondrina no hace verano, necesitamos aliarnos. Y una de las principales alianzas es con el sector académico, que genera conocimiento”, subrayó el coordinador.
Los diecisiete objetivos propuestos por la UNESCO constituyen una agenda ambiciosa y universal para el desarrollo sostenible, "de las personas, por las personas y para las personas". Algunos de ellos refieren a metas como la reducción de la pobreza, el hambre cero, la igualdad de género y, por supuesto, la educación de calidad.
“En esencia, es una agenda que nos invita a todos, incluyendo a la universidad pero también a las empresas, a los gobiernos, a las ciudades y a toda la gente a que nos resistamos a declarar sostenible cualquier emprendimiento en el que no logremos al menos lo siguiente: una buena armonía entre nuestros objetivos económicos, sociales y ambientales”, explicó Valdés.
Acorde a las palabras del miembro de Naciones Unidas -que compartió durante su exposición mesa junto a otros referentes del ámbito internacional como Estanislao Zawels, Andrés Delich y Lidia Brito-, el concepto moderno de desarrollo sostenible está dado por “la posibilidad de combinar de manera virtuosa lo económico, lo social y lo ambiental”. Por ello, dijo Valdés, “el rol de la universidad es clave para cumplir las ambiciones de Naciones Unidas”.
“Imagina que este desafío de buscar siempre la armonía entre lo económico, lo social y lo ambiental requiere mucho conocimiento, requiere investigación. Nosotros creemos, y hay muchas pruebas de que eso ya se está haciendo. Por eso, la academia es fundamental en esto”, explicó el coordinador residente.
Sin embargo, a ojos del experto, el desafío no es sencillo. Valdés admite que es probable que no todos los objetivos puedan ser alcanzados para el año 2030, principalmente debido a las recientes crisis económicas y financieras, y “la abundancia de capital especulativo que existe en el mundo y que no se está invirtiendo en desarrollo sostenible sino en títulos y valores y cualquier otra cosa menos desarrollo sostenible”.
“Nosotros, desde Naciones Unidas, pensamos que la Universidad está llamada, hoy en el siglo XXI, a sumar este paradigma del desarrollo sostenible a los otros conceptos que tiene la universidad contemporánea como paradigma: inclusión, calidad, internacionalización”, finalizó Valdés.
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