Este bicentenario de la declaración de nuestra Independencia genera distintas reflexiones. Yo quiero poner el acento en el rol que cumplió Mendoza en esa gesta y, particularmente, en la figura de José de San Martín.

En 1816 él ya llevaba casi dos años como gobernador de Cuyo y desempeñó, en el contexto de la declaración de la Independencia, un doble rol: el de gestor de lo público y el de organizador de una estructura militar necesaria para cumplir con su estrategia.  Así, San Martín como gobernante se encargó de dotar a su gestión de una fuerte impronta en la que los historiadores coinciden: el desarrollo de la industria vitivinícola, la educación, la salud pública y la estructuración de un sistema tributario que ahora denominaríamos progresista, para que aquellos que más tenían fueran los que más pagaran.

Como rector de la UNCUYO, no puedo dejar de remarcar y emocionarme ante lo que fue la pasión y la decisión de San Martín por la educación pública en Mendoza. Sabía que la emancipación no sólo pasaba por librar batallas con muertos y heridos. Por el contrario, creía que la instrucción también es liberadora, pero fundamentalmente, formadora de los ciudadanos que una Nación necesita. Y para ello trabajó incesantemente en esa Mendoza previa al Congreso de Tucumán.

Pero San Martín también comprendía que todos sus esfuerzos, tanto de gestión como militares, serían en vano si efectivamente el Congreso de Tucumán no declaraba la Independencia. Los diputados por Mendoza, Tomás Godoy Cruz y Juan Agustín Maza, estaban compenetrados con la misión: representaban a la provincia, pero también al plan de su gobernador, cuya estrategia era libertar Chile para luego seguir hasta el Norte y hacer lo mismo en Perú.

Aseguran los especialistas que la noticia de la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816 no llegó a Mendoza sino un poco más de un mes después. Para ese entonces, hubo celebraciones y recién el 8 de agosto San Martín hizo el acto de la toma de la jura de la Independencia a los generales y jefes del Ejército. Ya era tiempo de pasar a la acción que su esencia militar le reclamaba.

Una vez declarada la Independencia, el Ejército de los Andes partió de Mendoza el 12 de enero de 1817 con 5400 hombres y necesitaron casi un mes para cruzar la Cordillera de los Andes. Un aporte más de esta Mendoza a la Independencia nacional que aún nos conmueve y compromete bajo el espíritu y el ejemplo de aquellos hombres y mujeres.