Recrudece la guerra memética rumbo al balotaje: disputa por el like y pelea por el voto
La batalla memética está al rojo vivo. La Libertad Avanza fue la fuerza que mejor interpretó de qué se estaba hablando en las redes y de qué modo. El peronismo salió a recuperar terreno y logró achicar distancias. Un like no equivale a un voto, pero no caben dudas de que las redes sociales mueven el amperímetro político de la Argentina y el mundo.
La rana Pepe, uno de los primeros memes que nació en las redes sociales y que se masificó dentro de las nuevas derechas.
Más de una vez hemos leído o escuchado que este proceso electoral es, a 40 años de la recuperación de la democracia, el más importante desde que asumió Raúl Alfonsín. También se ha repetido, como nunca antes, que las redes sociales han tenido un peso sin igual. Si bien no hay pruebas fehacientes de que esto sea así —de que cierta tendencia en X (ex Twitter), Tik Tok o Instagram derive en votos concretos— no parece haber dudas sobre el rol preponderante que han tenidos las interacciones en redes y, en ese universo particular de contendidos, los memes.
Juan Ruocco es periodista, escritor, investigador y una de las personas que se metió de lleno en el mundo de los memes. Analiza desde sus orígenes en redes desconocidas para el público masivo hasta cómo las nuevas derechas fueron acaparando, adaptando y capitalizando la “cultura memética”. También publicó el libro "¿La democracia en peligro? Cómo los memes y otros discursos marginales de internet se apropiaron del debate público".
“No se puede decir que los memes instalan un candidato. No creo que los 7 millones de votos que sacó Milei (en las PASO) o Trump se expliquen por los memes que se difunden sobre ellos, pero lo que sucede es que les dan una ventaja comparativa en su comunicación respecto a sus rivales, que los hacen estar mucho más presentes en las redes sociales pero también en los medios de comunicación”, detalló Ruocco a la agencia Télam en octubre, a días de la primera vuelta para las cruciales elecciones que se definen en balotaje en los próximos días.
Hay un hilo conductor entre Trump y Milei, tal vez el menos transitado por los análisis políticos de coyuntura, y es que tanto el expresidente de EE.UU. como el actual candidato presidencial de la Argentina fueron tomados en broma, fueron objeto de burla, de consumo irónico. Sin embargo, el republicano de Estados Unidos fue presidente y ahora va por una nueva oportunidad. Por el otro lado, el argentino, en solo dos años construyó una estructura partidaria que lo llevó a estar hoy con altas chances de ser el próximo titular del Ejecutivo Nacional.
"Al principio, para cierto público, (Javier) Milei era un chiste. Pero cuando decidió ser candidato, quizás sin darse cuenta, ya tenía una base de apoyo orgánica en redes. Cualquier cosa que decía la convertía muy rápido en un objeto viralizado. Lógicamente, una vez que se van institucionalizando debe haber un nivel de coordinación, pero se trata de coordinar eso que ya existe y no de instalarlo", sostiene Ruocco sobre cómo el candidato de La Libertad Avanza (LLA) fue consolidando su figura.
Juan Ruocco, periodista y escritor. Foto: Télam
El meme me mima
La definición de meme más difundida ha sido la del biólogo Richard Dawkins para describirlo como la unidad mínima de transmisión cultural. Según Ruocco, siguiendo la analogía biologicista del gen, el meme es, en el ámbito cultural, una unidad básica de información que se transmite a través de la copia, que muta y está expuesto a presión selectiva.
Para las nuevas derechas que han ido tomando fuerza a nivel global, donde se suele agrupar a Donald Trump, Jair Bolsonaro, Giorgia Meloni o Viktor Orbán (Hungría), Milei y su equipo de comunicación han logrado una estrategia donde mirarse y aprender. Es que el candidato de La Libertad Avanza (LLA) se hizo conocido para el gran público a través de las pantallas. Tras su explosión en la TV pasó a las redes, el lugar donde germinó ese extraño concepto libertario anarcocapitaliasta con el que sedujo a un gran número de seguidores. Políticamente incorrecto, el libertario fue tejiendo e interactuando con esa base orgánica que, sin dudas, creció con la pandemia.
“Milei pudo mostrar algo que a la política de hoy le cuesta horrores: representatividad”, destacó Nicolás Canedo, periodista y docente de Semiótica en la UBA. En un artículo publicado en su perfil de Medium, el comunicador, que estudia e investiga sobre esta batalla de memes, describió la explosión memética de Milei en contraste con otras fuerzas: “La diferencia entre la estrategia libertaria y las de otros espacios es la comprensión, en la primera, de un factor clave de la comunicación de hoy que toca inevitablemente también a la comunicación política: su carácter participativo y multidireccional”.
Milei y sus seguidores, a diferencia de los otros partidos, ha sabido jugar con esa dinámica de las redes, muy “tuitera”, que incluye compartir contendidos, aunque sean contraproducentes para su imagen.
— Javier Milei (@JMilei)
Milei eligió una imagen/meme para celebrar el apoyo de Patricia Bullrich de cara a la segunda vuelta.
Una forma de ver el mundo
El acceso a redes sociales se va multiplicando año a año y se va diversificando. Cada app tiene su código de manejo propio, pero con un denominador común: un algoritmo que facilita consumir contenido sin parar.
En este marco, son las generaciones más jóvenes, las y los centennials, quienes crecieron con pantallas y un celular con acceso a internet en la mano. Esta dinámica para conectarse con el mundo tuvo un pico durante la pandemia, con una combinación explosiva: encierro, internet y tiempo disponible.
Melina Guardamagna, docente titular de Análisis Político en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNCUYO e investigadora de Conicet, hizo su análisis sobre la circulación de memes y el poder de la imagen y destacó cómo el mensaje fue buscando una “simplificación” para circular.
“En política, esa representación fue vaciándose de contenido. Ya no tenés propuestas programáticas, no pasa por ahí, sino que pasa por la simplificación del mensaje, sobre todo para adaptarse al formato de las redes”, describió en diálogo con Unidiversidad y luego, sobre el mensaje político en redes, remarcó: “Adquiere un rol protagónico, sobre todo en la juventud. Creo que hay una franja etaria que es la que consume mucho esos formatos, porque su vida pasa por ahí, se informan a través de las redes, adoptan posicionamientos a través de esos mensajes. Lo que se vio en las campañas es que los candidatos que mejoraron fueron los que han sabido explotar este tipo de formatos”.
Guardamagna observó un aspecto positivo y otro negativo en esta dinámica. “Lo positivo es que tenés una juventud que se acerca a la política con la construcción de este tipo de imágenes. Me parece genial que la juventud se acerque desde estos lugares, que es el humor, el uso de la tecnología y las innovaciones”, destacó.
Por el lado de lo negativo, la docente de la UNCUYO manifestó: “El problema es si ese mensaje queda encapsulado. Ocurre que ese mensaje se impone con tanta fuerza que no hay discusión. Por ejemplo, ese meme que anda circulando de cuando le gatillan a Cristina en la cabeza es muy fuerte, de un lado y del otro. Es muy fuerte la carga de contenido. Entonces, es bueno preguntarse qué significa eso, porque no es solo que le pongan un revólver en la cabeza a una dirigente política, que puede causar odios o amores extremos, por detrás hay toda una discusión que tiene que ver con nuestro régimen político, cuáles son los límites cuando vivimos en democracia, cómo es la reivindicación de los derechos, etcétera".
¿Y Massa?
Luego de que el candidato libertario quedara primero en la PASO la sorpresa fue tan grande que dejó a los estrategas de los grandes partidos preguntándose qué podían hacer para contrarrestar esa tendencia. La especulación era que Milei iba a quedar en el lote de los más votados, pero no en primer lugar.
Sergio Massa, el candidato del oficialismo bajo el sello Unión por la Patria, corrió de atrás en cuanto a la batalla en las redes, pero de a poco comenzó a “competir” con contenido “memeable”. El fenómeno de la #FabricaDeJingles promovido por el canal de streaming Gelatina fue toda una novedad para apuntalar la campaña del actual ministro de Economía. Por otra parte, el streamer Tomás Rebord y su incontable flota de “hagoveros” también pujaron en la contienda simbólica que se juega minuto a minuto en las redes.
Mientras tanto, seguidores de las ideas libertarias continuaron encolumnados en su ataque contra los feminismos y las políticas de identidad, lo que generó que desde distintos espacios se activara la inevitable contrarreacción virtual, llevando la batalla memética a una contienda englobada en un conservadurismo versus progresismo.
Guardamagna observó que, sobre todo después de la PASO, las fuerzas políticas más tradicionales tuvieron que actuar rápido para no perder terreno.
“Hay partidos que se relacionan más con un tipo de militancia más de base y territorial. Entonces, creo que lo que pasó es que esas fuerzas o esos frentes electorales no supieron o no pudieron o llegaron más tarde a la adaptación a estos nuevos formatos. Porque estos frentes más de derecha no vienen con una impronta histórica, más de militancia territorial, son movimientos más nuevos que han surgido de la mano de la pandemia o más recientemente con las nuevas tecnologías, las redes, los jóvenes”, comentó la politóloga.
Dame un like
Recientemente, en un breve ensayo para la revista Anfibia, Sol Montero, Iván Schuliaquer, Lucía Vincent firmaron un texto que buscó preguntarse si darle clic al corazoncito en las redes equivale a un voto en las urnas. A continuación, copiamos un párrafo que ilustra el espíritu de ese artículo y que consideramos relevante compartir.
“Advertimos lo obvio: las redes son clave en la política contemporánea. Son un espacio que juega decididamente sobre los debates del día a día, las maneras en que se instalan o descartan temas, lo que se habla y lo que se siente, pero también sobre las alianzas políticas y sociales posibles y sobre el tipo de elecciones estratégicas que hacen tanto los políticos como los ciudadanos. Sin embargo, las redes no son los votos. Tener éxito en redes, generar repercusiones, no tiene una traducción ni directa ni inmediata en el terreno electoral. Y, además, las redes tienen un vínculo de ida y vuelta permanente y constitutivo con los medios tradicionales. Especialmente con la televisión. Complejo y no lineal, muchas de las publicaciones que vimos en redes se generaron en los medios tradicionales y gran parte de lo que se dice en los medios tradicionales surgió en las redes”.
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