Desde el 12 de Octubre, el Ejecutivo presentó en el Congreso la iniciativa para reformar la Educación Superior en Colombia. La reforma que impulsa el Gobierno afecta la financiación de las instituciones, resta autonomía y atenta contra la calidad de la enseñanza, al tiempo que reduce la educación a una mercancía. Una de las principales impulsoras de esta iniciativa es la Ministra de Educación, María Fernanda Campo, para quien dicha iniciativa pretende "mejorar la calidad de la educación" en todos los niveles. Campo subrayó que del polémico proyecto se eliminó totalmente un acápite en torno a la inversión privada, es decir, la creación de instituciones de Educación Superior con ánimo de lucro. "No habrá privatización, no habrá mercantilización de la educación como en algún momento se dijo y lo único que permitirá es mejorar la educación y que haya más acceso para que los jóvenes puedan continuar su proceso de formación", aseguró la ministra.

No obstante, entre el estudiantado, hay desconfianza y se hace expresa. Con marchas, cacerolazos, pupitrazos y besatones, entre otras iniciativas, los estudiantes patentizan así su defensa por el derecho a la Educación. Los estudiantes sostienen que la reforma tal y como está planteada no mejora la calidad, la cobertura y la financiación, como pretende hacer creer el Gobierno. Frente a ello, los educandos decidieron que mantendrán sus movilizaciones y protestas hasta lograr la eliminación total de la iniciativa gubernamental.

¿Cómo está la cosa? “En Colombia no hay educación ni pública ni gratuita. Se dice que es pública pero en realidad no es así, es una forma de decirlo, como un rasgo institucional”, decía Osmar para explicarnos cómo es en la actualidad el sistema educativo hoy. “En las universidades públicas podes estudiar gastando menos plata. No es gratuito”. “Partamos que el salario mínimo en Colombia está en 530 mil pesos colombianos, que serían $1.060 argentinos, y para mandar un hijo a la escuela pública se necesitan, en equivalencia, $500 argentinos”. Eso sin contar con el aumento que va sufriendo mes a mes la canasta familiar.

Pero esto no es todo, Osmar Martínez contaba que “se realizan un test, cuando se está en el último año de las escuelas secundarias, que se llama ‘El Saber’, que determina el puntaje de tu nivel intelectual. Con ese puntaje entras a la pública. Muchas personas de estratos altos intentan ingresar a la pública porque es de mejor calidad educativa que las privadas”. De esta manera Colombia tiene una educación restrictiva no sólo desde lo económico sino desde lo intelectual.

“Yo estudio Comunicación, empecé pagando (haciendo la equivalencia en pesos argentinos) $3.000 y un poco más, y a medida que van pasando los semestres va aumentando; ahora está en $5.200. Y eso que es en la Universidad de Boyacá, una de las más económicas, hay universidades en las que el costo se eleva a $8.000 en el primer semestre”, nos contaba el estudiante de intercambio, Osmar Martínez.

Estudiantes al frente. “La última vez que hubo una revuelta estudiantil fue en el ‘71, han pasado 40 años para que los estudiantes salieran unidos de nuevo a las calles. Es como que nos despertamos. Todo el movimiento estudiantil se está calcando sobre la base de Argentina y Chile, han sido nuestra fuente de inspiración”, decía Osmar.

“El Gobierno no quiere aceptar que su reforma neoliberal es rechazada por la comunidad estudiantil y  nos la quiere imponer, por eso estamos nuevamente en las calles”, dijo a Prensa Latina Andrés León, uno de los voceros de la Universidad de América. “Queremos reforma, pero una que establezca la educación en Colombia como un derecho”, apuntó. León además sostuvo que estas jornadas de movilizaciones son lastimosamente la única forma que tienen los estudiantes de hacerse escuchar por el Gobierno y aseguró que estas protestas continuarán.

Ante la amenaza lanzada por las autoridades, de que podrían perder este periodo lectivo, León señaló: "Es preferible perder un semestre que no la universidad en un semestre". Con esto "no solo garantizaremos la educación para los que ya podemos, si no para aquellas personas aún hoy marginadas".

En tanto el presidente de la República, Juan Manuel Santos, reiteró que la reforma no será retirada, dando así la espalda al reclamo de los estudiantes.

En Europa, en Chile, en Colombia, los/as jóvenes se levantan para manifestarse por sus derechos.