A 12 días del inicio de clases previsto por el Gobierno nacional, la paritaria docente marcará el día informativo.

La Nación le marcó la cancha a la Provincia al fijar una mejora salarial de casi un 40 % en el básico, desdoblado en dos cuotas al 1º de febrero del 20 % ($ 7.800) y al 1º de julio el 19 % ($ 8.500). El objetivo es que las clases se inicien sin barreras gremiales el 29 de febrero.

En Mendoza, el Gobierno local salió a dar explicaciones tras estas novedades llegadas desde Buenos Aires. Los mensajes de conciliación de parte del Ejecutivo nacional y las exigencias de los gremios docentes para que las provincias se plieguen a esta base de acuerdo, que hoy se confirmará, le pusieron un condicionamiento que apareció como inesperado.

Los medios digitales se encargaron de mostrar este escenario en dos momentos. Primero, los anuncios del ministro de Educación, Esteban Bullrich, y, luego, de los argumentos de los ministros locales Jaime Correas (DGE) y Dalmiro Garay (Gobierno).

Acomodando los pupitres

Los delegados de Cornejo en las negociaciones salariales tradujeron esta situación en Mendoza, donde el límite sigue siendo los fondos disponibles, por lo cual el 19,8 % ofrecido inicialmente no se modificará, pero sí se blanqueará el polémico ítem “aula”, que es el incentivo introducido por el gobernador para los docentes que estén frente a los alumnos de manera constante.

Los ministros se preocuparon por acentuar que la oferta es de vigencia hasta julio y que habrá renegociación en agosto. Mientras que advierten que, si habrá una mejora que supere la oferta inicial, será por los dineros que lleguen del Fondo Federal Docente, que irán de 450 a 550 pesos por maestro.

Está claro que, tras los anuncios de Bullrich, el clima cambió, y los nervios tensos impuestos por la rigidez oficial parecen haberse distendido, a horas de volverse a sentar a negociar con los referentes del SUTE, ya que la paritaria continuará esta tarde a las 16. Justamente este gremio ahora se ve fortalecido con el nuevo escenario.