Rebeldes Libios afianzan su dominio en Trípoli
A pesar de haber tomado el cuartel general de Bab Aziziya, Kadafi no ha podido ser apresado por los insurgentes. En declaraciones radiales llamó a a luchar contra los rebeldes. Los combates continuan en la capital entre los rebeldes y los leales. Desde la OTAN continuarán los bombardeos, mientras que Rusia y Venezuela no le quitan el apoyo a Kadafi.
El emblemático complejo de Bab Aziziya, en esta capital, fue tomado hoy por los insurrectos después de siete horas de fieros combates con las fuerzas leales a Muammar Kadafi y al amparo de continuos bombardeos aéreos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Pero los eufóricos combatientes vieron opacada su incursión al no encontrar rastro del coronel que llegó al poder tras la revolución antimonárquica de 1969.
Es demasiado pronto para decir que la batalla de Trípoli está terminada. Eso no ocurrirá hasta que Kadafi y sus hijos sean capturados, reconoció el presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafá Abdel Jalil, quien ubicó el saldo de los choques iniciados el sábado pasado aquí, en 400 muertos y dos mil heridos.
El número dos de la rebelión, Mahmud Jibril, proclamó desde Doha que la transición comienza de inmediato para construir una Libia nueva. Agregó que “habrá una primera elección constitucional, pero antes pedimos ser dignos de la revolución y construir un nuevo país.
Los rebeldes tiraron abajo las murallas de cemento del complejo para poder ingresar. Han tomado Bab Aziziya (cuartel general y residencia de Kadafi) totalmente, se acabó, indicó el corresponsal de Afp, que se hallaba en el interior del búnker junto a los insurrectos.
El enviado de Libia ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ibrahim Dabbashi, quien está con los alzados, dijo que el país será liberado en las próximas 72 horas.
La OTAN, que desde marzo pasado bombardea esta nación en cumplimiento de la resolución 1973 de la ONU para proteger a civiles, dijo que desconocía el paradero de Kadafi, pero se apresuró a aclarar que el coronel no es un blanco y no hallarlo tampoco es gran preocupación.
Aunque la alianza rechazó haber atacado hoy Bab Aziziya, The Independent relató que ésta enfocó sus ataques a lo largo de la jornada contra el fortificado complejo, y el número dos del CNT, Abdel Jalil, confirmó que bombas de las potencias occidentales ayudaron a sus hombres a traspasar los muros del cuartel.
Mientras el paradero del líder libio Muammar al Kadafi sigue siendo un misterio, las fuerzas que le son leales bombardearon varios distritos del centro de Trípoli, incluido el complejo de Bab el Aziziya que ayer tomaron los rebeldes, según informó un vocero de los opositores.
En unas declaraciones al canal internacional de televisión sirio Al Rai, el dirigente libio aseguró que "la misión de los habitantes de Trípoli es purgar su ciudad" de insurgentes. "Los jóvenes de Tayura, Suk el Yuma y los comités revolucionarios, todos deben luchar contra los traidores, es su deber", dijo Kadafi al canal, que en su página web asegura que estas declaraciones fueron realizadas desde Trípoli, aunque sin precisar el lugar.
Asimismo, el cada vez más acorralado dirigente libio instó a las tribus y a los habitantes de otras ciudades a acudir en auxilio de los tripolitanos. "Convoco a las tribus de Sebha, Beni Oualid, Feran, Yufra y Anwaset, a que cada una tome una zona para ayudar a purgar la capital, deben tomar Trípoli y peinarlo para eliminar a las ratas", dijo.
La comunidad internacional en su mayoría se ha pronunciado contra Kadafi o por lo menos no ha condenado las acciones contra su gobierno. Brasil y China están más interesados en que se respeten los acuerdos comerciales que mantienen con Libia que sobre la legitimadad de el posible nuevo gobierno. Sólo algunos países como Cuba y Venezuela han salido a denunciar como planes colonialistas los ataques a Kadafi.
En Argentina el embajador de Libia, Abdulgader Elkhair, ayer reconoció como gobierno legítimo al de los rebeldes. En un acto en el jardín de la embajada, quemó cuadros de Kadafi y el libro verde. “Los civiles y los revolucionarios ya tomaron la última guarida de Khadafi y ahora sólo hay que encontrar al déspota”, dijo Elkhair a Cadena 3. De acuerdo con el funcionario, este ritual fue repetido por muchas embajadas libias en la Unión Europea, Australia y Canadá.
Fuente: La jornada, TN, Prensa Latina