La actividad es organizada por la Fundación Ecuménica de Cuyo en conjunto con la Casa por la Memoria y la Cultura Popular. Los encargados de abordar el tema son los doctores Diego Escolar y Roberto Follari. 

Diego Escolar, antropólogo, investigador del Conicet y docente de la UNCUYO, explicó que la construcción del enemigo en nuestro país "tiene una larga historia en la Argentina, y muchas veces lo asociamos a la reciente dictadura, a la construcción del subversivo, del terrorista como el enemigo de la nación".

Sin embargo, "el primer enemigo interno en la Argentina es el indígena, sobre todo los mapuches en la época de la Campaña del Desierto", destacó Escolar. Esta situación guarda estrecha relación con la construcción del Estado nacional, en nuestro país y en otros, dado que constituye a los indígenas como enemigos de la patria, "en una excusa perfecta para colonizar sus territorios de una manera ilegal, ya que esto se oponía a  la propia Constitución. El Estado argentino viola sus propios tratados, previos a la Constitución, y su propia concepción de ciudadanía, por la cual cualquiera que habitara territorio argentino era ciudadano argentino. En cambio, se los incorporó como esclavos y se procedió a un genocidio que sigue hasta el día de hoy". 

Asimismo, Escolar dio cuenta de que actualmente el Estado continúa sin darle el estatus de ciudadano argentino a los indígenas. "A un ciudadano argentino, en general, no se lo puede hostigar militarmente, quemarle la casa, secuestrarlo, torturarlo, como pasa con los indígenas en la Argentina sin ninguna consecuencia", enfatizó. 

Finalmente, destacó que "el peligro de la idea del enemigo interno es que vuelve cíclicamente en la Argentina, vuelve esta necesidad política. Volvió en la década de los 70 y es muy grave que vuelva ahora. Y, simbólicamente, condensa muchos otros grupos, muchas otras demandas y posiciones. Hoy hay una relación, entre muchas personas y para el Gobierno, de mapuches con otros indígenas, gente de izquierda, kirchnerismo, antimineros, investigadores del Conicet y un largo etcétera", concluyó el antropólogo. 

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