Reabre el comedor universitario de la UNCUYO

Sociedad

Este sistema de turnos permite ordenar y controlar el aforo dentro del edificio y así evitar que colapse y no se aglomeren muchas personas. 

Una vez dentro del lugar, se procede con la desinfección de manos y el control de la temperatura corporal. Luego, se deberán respetar las normas de distanciamiento, prestando atención también a las señaléticas. 

Así, con un estricto protocolo de ingreso y permanencia, la comunidad universitaria podrá almorzar o comprar comida para llevar, a través del servicio "take away". En este sentido, si se completan los 300 lugares dispuestos en el interior, las y los estudiantes que quieran comer sentados, deberán esperar que se desocupe un lugar, o bien, llevarse la vianda. 

Quienes decidan almorzar en el Comedor, deberán ubicarse en las mesas que estén marcadas con un cono verde, ya que esta señal significa que está correctamente desinfectada. En cambio, en caso de haber un cono rojo, quiere decir que aun no puede ser utilizada. 

Menús variados

Siempre pensando en todos y todas, el Comedor brindará menús “comunes” (que contienen pollo, cerdo, pescado o carne), menú vegetariano y menú celíaco. El costo de las viandas es de $ 120. 
 

¿Cómo solicito mi turno?

Estudiantes, graduados y personal de la Universidad deberán solicitar, de manera virtual, los turnos el día anterior al almuerzo, retiro de la comida u otras actividades (consultas, entrevistas, trámites). Para éste último se recomienda consultar los horarios de atención en la página de Bienestar. 
 

Servicio “take away”

El Instituto de Ciencias Ambientales (ICA) de la UNCUYO, mediante el Programa Residuos, aportó su mirada para lograr que el nuevo sistema tenga el menor impacto ambiental posible. Para ello, se realizó un análisis del material de las bandejas que se utilizarán y se comprobó que es 100 % reciclable, siempre y cuando no contengan restos de comida. Por este motivo, fomentan compromiso de la comunidad universitaria para que las bandejas, al ser depositadas en los recipientes amarillos, contengan la menor cantidad de restos orgánicos posibles. 

Este simple hábito permitirá que puedan continuar en el circuito de recuperación y convertirse en un nuevo recurso. Además, se motiva a la comunidad estudiantil a que lleven sus propios cubiertos y sus botellas de agua para reducir la utilización de plásticos desechables de un solo uso.