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15 DE NOVIEMBRE DE 2024
El médico cardiólogo, presidente del ECLA, vino a Mendoza para participar de uno de los encuentros más importantes del mundo entre referentes de la materia. "Argentina es un país exitista, es un país raro que todo lo potencia, hipersensible a todo y eso quizá juegue en los niveles de estrés", afirma.
Rafael Díaz es un cardiólogo, rosarino. Fundó Estudios Cardiológicos Latinoamérica (ECLA) en 1987 y esta semana llegó a Mendoza como presidente de esa institución para formar parte del Congreso Anual de Cardiología Argentina, que se celebra en estos días en la provincia. Es un referente a nivel mundial en materia de salud cardiovascular. Entre otras cosas, asegura que no usar sal es insalubre, que la hipertensión quizá no sea una enfermedad y que dentro de cinco años el cáncer va a desterrar del podio de la muerte a las enfermedades relacionadas con el corazón. Además, rescata la fortaleza de los argentinos a la hora de superar el estrés.
¿En qué están hoy con el ECLA?
Varias cosas, pero entre esas cosas te puedo decir que hoy estamos con uno de los estudios más interesantes de la medicina contemporánea.
¿Cuál?
Se llama “PURE” (Estudio Prospectivo de Epidemiología Urbana y Rural, por sus siglas en inglés). Es la usina de conocimiento médico más importante que existe hoy. Involucra a 25 países, tanto de bajos como de altos recursos. Son 250 000 sujetos que se están estudiando alrededor del mundo; 7500 de ellos son argentinos, a los cuales vamos a seguir durante más de doce años. Ahora estamos en el octavo año. Son individuos que cuando entraron al estudio podían no tener absolutamente nada y ahora empiezan a tener cosas. Hemos aprendido un montón.
¿Qué aprendieron?
Aprendimos que la mitad de la población adulta del mundo es hipertensa o tiene presión arterial por encima los valores que consideramos normales.
¿Y eso qué quiere decir?
Que antes asegurábamos que la hipertensión arterial era una enfermedad, pero ahora nos preguntamos si no se trata de una condición natural del individuo contemporáneo.
¿Qué más aprendieron?
Aprendimos que hay un gradiente claro entre el sistema de salud y cómo te va en la vida. Es decir, que los países más desarrollados tienen mejor sistema de salud que los países menos desarrollados.
¿Y eso no se sabía?
Es una verdad de Perogrullo, pero había que demostrarla. Aprendimos también que la sucesión entre colesterol y enfermedad cardiovascular es absolutamente lineal. Aprendimos que los valores de sal que sugieren las organizaciones científicas y académicas cardiológicas del mundo no son reales. Nosotros decimos que llevar a esos extremos el consumo de sal puede ser, incluso, perjudicial para la salud.
Me das el pie. ¿Entonces no sirve la sal light?
No sabemos si la sal baja en sodio sirve realmente. Hay un estudio que se está haciendo en China con una sal rica en potasio. Nosotros estamos intentando hacer un estudio en la Argentina con una sal baja en sodio y rica en potasio, pero es muy difícil y muy caro hacer un estudio de sal seriamente. Así que no lo sabemos. De todas formas, y para darte un ejemplo práctico, en casa comemos sal con bajo contenido de sodio desde hace 30 años, el asado lo hacemos con sal light y yo tengo presión normal. Algo bueno debe tener.
¿Hasta qué punto es importante la cardiología hoy?
Hoy las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte. Es algo que ahora está empezando a disminuir. Se estima que en 5 años el cáncer va a superar a las enfermedades cardiovasculares pero, entre tanto, la cosa es así.
Vivimos en un país que parece sufrir de manera continua. Cuando no es el dólar es la cuenta de luz y, cuando no es nada de eso, es el mundial de fútbol. ¿El estrés nos hace más propensos a sufrir infartos?
No sé si por el dólar en particular vamos a tener más enfermedades cardiovasculares. Yo creo que no. Mirá, acá hubo una corrida cambiaria hace dos o tres semanas y en algunos medios se empezó a dar una especie de alerta para tener cuidado porque ello podía modificar la tasa de infarto de la población. Eso puede ser cierto o no. La verdad es que habría que probarlo. Pero en todo caso, ¿qué se puede hacer?
¿Me estás preguntando a mí?
Quiero decir que ese tipo de alertas no sirve de nada. No podés decirle a la gente que no se angustie si ve que sube el dólar. Suponiendo que eso sea cierto, no hay consejo que pueda darse. Es alertar por alertar. Además, por una corrida cambiaria tampoco vale la pena angustiarse tanto y, si bien nadie las midió, yo dudo de que aumente la tasa de infartos.
Pero en cuanto al estrés…
El estrés psicosocial aumenta las tasas de mortalidad y morbilidad cardiovascular, eso está demostrado en un estudio muy importante que se hizo en Kuwait cuando fue bombardeado durante la Guerra del Golfo. Se hizo una estadística de los infartos que hubo luego del bombardeo y se descubrió que estos aumentaron drásticamente durante las semanas que siguieron al evento. Esto es algo que está probado. Eventos de esa magnitud inciden sobre el sistema cardiovascular de la población. Es algo que pudo haber pasado en Chile cuando fue el terremoto, por ejemplo.
¿Eventos como el mundial nos afectan?
Yo nunca leí que hubiera un aumento de infartos durante un mundial. Sí leí que en una final hay dos o tres infartos, o mientras se está por patear un penal… Pero no sé si eso se sale de la media o es lo normal. A lo mejor son los dos o tres infartos que tenía que haber, pero como justo estaba el penal, le terminamos echando la culpa a eso y lo cierto es que no lo sabemos.
Entonces no hay consejos para cuando veamos a la selección en Rusia.
Yo voy a dar tres consejos muy importantes que son los que conocemos todos: dejar de fumar, cuidar los niveles de colesterol y moderar el consumo de alcohol.
¿El alcohol puede provocar un infarto?
El consumo excesivo de alcohol aumenta la presión arterial. El consumo bajo de alcohol podría, y lo digo en potencial, estar relacionado con una reducción de eventos cardiovasculares.
Es eso que dicen de una copa de vino al día…
Sí. Pero no se sabe a ciencia cierta. Eso tiene que ver con varios estudios que hicieron sobre la población del mediterráneo, porque la dieta mediterránea, está probado, reduce la mortalidad. Pero la verdad es que esa dieta no incluye solamente vino. Es un modo de vida. El almuerzo y la cena conforman un ritual, se come mucha fruta y verdura…
El punto es que acá, en la Argentina, ni el mundial ni los vaivenes políticos son motivos para preocuparse.
Si uno quiere preocuparse se va a preocupar. Ahora, en lo que respecta al sistema cardiovascular, yo puedo convenir en que la Argentina es un país exitista, es un país raro que todo lo potencia, hipersensible a todo, y eso quizá juegue en los niveles de estrés. Pero la verdad es que creo que sabemos llevar las cosas bastante bien.
Es verdad que tenemos un país que realmente te hace vibrar. Si vos traés un suizo a vivir acá, no tarda en infartarse. Es un país impredecible, con una sociedad que vive sometida a niveles muy altos de estrés. Yo acá leo las noticias siete veces por día porque permanentemente pasa algo en los diarios. ¿Vos creés que en todas partes del mundo viven así? Pero si vamos a los datos, Argentina tiene más o menos la misma media de enfermedades cardiovasculares que el resto de los países. Nosotros tenemos un factor asociado que es el estrés psicosocial, pero la media es la misma que la del resto del mundo.
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