Leonardo Fariña cenaba en el departamento de un amigo, en el barrio porteño de Parque Chacabuco, cuando de repente escuchó disparos que venían de la calle. Cuando se asomó por la ventana vio que los protagonistas del hecho eran sus custodios. Los hombres, agentes especiales de Prefectura, se habían tiroteado con dos ladrones y mataron a uno de ellos cuando intentaba robar el auto del arrepentido en el caso conocido como "la ruta del dinero K".

Según confirmaron fuentes oficiales al portal Infobae, el hecho, ocurrido durante la noche del lunes 13 de febrero, fue un robo "al voleo". Los asaltantes tuvieron la "mala suerte" de apuntar contra un auto que estaba siendo custodiado por cuatro hombres, uno de los cuales esperaba a Fariña dentro del vehículo.

Fariña, quien lleva la tobillera electrónica por orden del juzgado que lo tiene procesado, cuenta con custodia del Grupo Albatros, el equipo especial que vela por la seguridad de quienes ingresan al Programa de Testigos Protegidos.

Según dejaron trascender fuentes policiales, cuando uno de los custodios, el cabo primero Virginio Ramón Piedrabuena, se disponía a mover el vehículo de Fariña, de forma imprevista se detuvo a su lado otro auto. Era un Volkswagen Fox de color rojo con cuatro ocupantes. Dos de ellos bajaron con un arma de fuego en la mano cada uno.

Los delincuentes le exigieron a Piedrabuena que les entregara las llaves del rodado. En ese mismo instante, el efectivo se identificó como prefecto y dio la voz de alto. Al extraer su arma reglamentaria, los delincuentes abrieron fuego y así se inició el feroz tiroteo en el que el prefecto resultó herido (ya fue dado de alta y está fuera de peligro).

En la vereda también se encontraban otros integrantes de fuerzas de seguridad, cuya función era custodiar la fachada del edificio hasta que Fariña saliera de ahí. Así, un oficial de apellido Albornoz Starck se unió de inmediato al intercambio de disparos.

Uno de los dos delincuentes que iniciaron la huida a pie logró abordar el vehículo en el que habían llegado y se dio a la fuga junto a un compañero que nunca salió del auto rojo, mientras que el restante cayó abatido.

"Tiene un auto llamativo (un Peugeot 308), y los ladrones vieron que había alguien adentro y le apuntaron para robarle", explicó a Infobae una fuente del caso.