Un estudio afirma que, en el mundo laboral, las personas sin hijos e hijas tienen menos beneficios

Sociedad

La AUH se paga mensualmente, por cada niña, niño o adolescente menor de 18 años cuya familia está desempleada o trabaja en la economía informal. Quizás una interpretación de este punto hizo que el diputado José Luis Espert sostuviera que “una parte de la gente pobre quiere tener hijos para cobrar el plan”. También se otorga a empleadas de casas particulares y monotributistas sociales con menores de edad a cargo. Para acceder al beneficio, hay que tener nacionalidad argentina, DNI y residir en el país. Las personas extranjeras, para recibirla, deben tener –como mínimo– 2 años de residencia aquí.

Si bien inicialmente lo lanzó por decreto el gobierno de Cristina Fernández, no solo se mantuvo bajo la presidencia de Mauricio Macri, sino que durante su gestión, en 2016, se dio uno de los mayores crecimientos interanuales. El otro ocurrió en 2020, con Alberto Fernández.

El mito, infundado pero no por eso poco repetido, sostiene que “se embarazan para cobrar un plan”. Sin embargo, las estadísticas demuestran lo contrario: solo el 1,5 % de quienes cobran la AUH tienen cinco hijos o hijas y quienes tienen seis o más rondan el 0,6 %. En realidad, el 52,6 % tiene solo una hija o un hijo; el 28,1 %, dos; el 12,7 %, tres, y el 4,5 %, cuatro.

¿Cuál es la situación actualmente?

???? @GCDL plantea que “quienes hoy cobran la AUH tienen en promedio 1,8 niños/as por familia”. Mientras tanto, “quienes cobran las asignaciones familiares (otra transferencia del Estado a familias con niños/as) tienen 1,6”. pic.twitter.com/DstixCbuTB

— CIPPEC (@CIPPEC)

August 14, 2022

“La AUH fue creada con el objetivo de igualar derechos de los hijos o hijas de trabajadores que estaban en la informalidad o desocupados, y no recibían ninguna transferencia por parte del Estado, con los derechos de los hijos de trabajadores formales. Se buscaba que los niños o niñas tuvieran una percepción equivalente, independientemente de haber nacido en un hogar donde los padres estuvieran o no insertos en el mercado de trabajo”, explicó Díaz Langou.

En estos 13 años, la cantidad de titulares creció el 40 % —de 1.770.000 a 2.472.904—, y la de niñas, niños y adolescentes que se beneficiaron, el 31 % —de 3.360.000 a 4.397.391—. Es decir que el aumento no se debe a que se entregan más AUH por familia, sino que, en proporción, hay más familias que la reciben.

Además, en el total, hay 54.064 personas beneficiarias que, sin límite de edad, reciben la Asignación Universal por Discapacidad (AUD). Otro de los datos revela que las mujeres son las principales responsables de la crianza, ya que alcanzan a ser el 97 % de las titulares, frente al 7 % de varones.

Pobreza en las infancias

¿Cómo se explica ese aumento si, en el último tiempo, la tasa de fecundidad ha descendido progresivamente y ha llegado a niveles históricamente bajos? En la columna de Infobae, Mariel Fitz Patrick y Sandra Crucianelli afirman que la cantidad de niños y niñas a quienes alcanza la AUH “se explica por la persistencia del 40 % de empleo en negro y la suba de la pobreza”.

En Argentina, agregan, “hay 5,5 millones de menores de 14 años que no cubren sus necesidades básicas. Según los datos del Indec del segundo semestre de 2021, el 51,4 % de los menores de 14 años son pobres, y de ese total, el 12,6 % crecen en la indigencia”.

Además, agregan datos de Unicef: en nuestro país, “más de un millón de niños y niñas se saltean alguna de las cuatro comidas diarias por falta de dinero en sus hogares, y lo mismo hacen 3 millones de adultos para que sus hijos se alimenten”. Según la Encuesta Rápida sobre la situación de la niñez y adolescencia 2022, el 50 % de los hogares que reciben la AUH dejó de comprar algún alimento por no tener dinero.

En este sentido, la AUH cumple la función de transferir dinero a sectores empobrecidos y, así, promover que hogares con niños y niñas puedan mejorar sus condiciones. En Argentina, puntualizó Díaz Langou, la pobreza se mide a través del nivel de ingresos de una familia, es decir, su capacidad monetaria para acceder a la canasta básica. En otros países se mide en términos multidimensionales.

¿Impacta la AUH en el nivel de pobreza de niñas y niños? Díaz Langou respondió: “En la medida en la que se transfiera dinero, hay impacto directo en la indigencia y en la pobreza. Hoy se estima que buena parte de las personas que reciben estas transferencias pueden acceder a una canasta básica de alimentos, o sea, no caer bajo la línea de indigencia, pero no se asegura que no caigan por debajo de la línea de la pobreza”.

Este beneficio tiene otras aristas que apuntan al bienestar general de niñas, niños y adolescentes. La persona titular cobra el 80 % de la AUH y la Anses retiene el 20 %, que en julio fueron $5865 y $1466, respectivamente. El acumulado de esa retención se devuelve, todo junto, al año siguiente si se presentan la libreta sanitaria, de vacunación y educativa de la persona beneficiaria. Por lo tanto, son “transferencias de corresponsabilidad”, señaló la directora de Cippec: el Estado debe encargarse de la disponibilidad de esos derechos, y la familia, de que accedan.