La postal con todas las bancas verdes del Congreso de la Nación no suele ocurrir seguidamente. Pero el miércoles 23 de noviembre, Diputados aprobó la normativa que autoriza el uso de aceite de cannabis para tratar ciertas enfermedades con 221 votos a favor. ¿Unanimidad? Casi, ya que hubo una sola abstención. Se trata del diputado salteño Alfredo Olmedo, un dirigente con un historial laboral y público bastante particular.

Hace varios años, los salteños que caminaban por las calles de la capital empezaron a notar gorras amarillas que despertaban su curiosidad. No, no era el PRO buscando terreno electoral, sino el empresario local de ADN justicialista Alfredo Olmedo, nombre que tranquilamente podría tomar la RAE como sinónimo de "polémica", ya que ha sido protagonista de numerosas historias que lo convierten en una especie de mito urbano.

Su germen político se sustenta en Salta Somos Todos, alianza electoral de la provincia norteña que lo llevó al Congreso de la Nación como diputado nacional desde 2009 hasta 2011. En sus dos años como legislador, participó de arduos debates por la votación de normativas tales como la Ley de Matrimonio Igualitario. "Tengo la mente abierta pero la cola cerrada", dijo sin tapujos en aquel momento con respecto a la discusión por los derechos del colectivo LGBT. Católico ortodoxo a ultranza, definió a la homosexualidad como "la desviación de lo que creó Dios: es perro hembra o perro macho".

Su minuto estelar de fama le llegó cuando expresó que “el expresidente Néstor Kirchner fomentó la homosexualidad en las escuelas”, frase que le valió más cuestionamientos de los que ya acostumbra tener.

Como buena estrella, redobló la apuesta de sus postulados conservadores y propuso su proyecto para reinstaurar la "colimba" en Argentina, bajo el pulido título de “servicio militar social obligatorio”. Olmedo, experto de la puesta en escena, había hecho público el anuncio el 11 de marzo de 2010 en el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires, asegurando que "encauzaría a los jóvenes para hacer frente a las catástrofes climáticas que está viviendo todo el mundo y de las que la Argentina no está exenta". ¿Saldrían de allí una especie de grupo de bomberos globalizados?

Cuando culminó sus dos años en las grandes ligas, su actividad política continuó con firmeza captando la aceptación de miles de salteños que encontraron, en su peligrosa demagogia, una respuesta a sus reclamos. En 2015 se presentó como precandidato a vicegobernador de Salta, como escolta de Juan Carlos Romero, exgobernador peronista entre 1983 y 1987. Con el apoyo del Frente Renovador y el PRO, logró vencer el filtro de las PASO del 12 de abril y posicionarse como la segunda fórmula más votada por los salteños, por detrás de Juan Manuel Urtubey (PJ). Lejos de darse por vencido, regresó a su banca en la Cámara de Diputados de la Nación en diciembre de 2015.

Ayer volvió a ser foco de las miradas por su abstención durante la votación del proyecto que autoriza el uso del aceite de cannabis por razones medicinales. Pese a su decisión, la iniciativa contó con el aval del resto y fue aprobada con 221 votos afirmativos, por lo que ahora espera su discusión en el Senado.

Olmedo, de campaña por la Bristol de Mar del Plata. Foto: La Nación.

Quien alguna vez se imaginó a la vedette Rocío Marengo como primera dama –el legislador coqueteó con ella en varias oportunidades– impuso el slogan: "No vote al pedo, vote a Olmedo" en sus apariciones públicas con su icónico vestuario amarillo. En sus acciones sociales, no se saca la campera ni para pasear por la playa en un día caluroso.  También concurre con ella a las sesiones en el Congreso de la Nación.
 

Olmedo, versión estelar

Pero no solamente hay anécdotas como figura política, ya que su vida está repleta de una serie de historias dignas de una biopic cinematográfica. Para quien quiera ir tomando apuntes, el diputado estrella es hijo de otro Alfredo Olmedo, un terrateniente que no terminó la educación primaria pero que es popularmente conocido como el “rey de la soja”, por sus rentables 110 mil hectáreas dedicadas a la legumbre magna argentina. En una entrevista a Perfil de 2010, el millonario se definió como "el Steve Jobs de la soja", una autoestima que cualquiera envidiaría.

Olmedo Jr. no se conformó con acaparar los titulares de política e invadió las revistas de la farándula, aunque no de la mejor forma. En octubre de 2015 fue descubierto por su pareja, Eliana Piorno García (26), retirándose de un albergue transitorio con su exesposa. La situación se descontroló y terminó con golpes y forcejeos que García mostró en sus redes sociales. Fiel a su estilo, el diputado nunca se expresó al respecto.

Y por si faltaban historias que contar, el diputado salteño llamó la atención con su apoyo explícito a Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos. En noviembre de 2016 presentó un proyecto de declaración para transmitir protocolarmente "el mayor de los éxitos" al flamante mandatario norteamericano. El legislador por Salta expresaba su "beneplácito por la reafirmación democrática" en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre en Estados Unidos.

Mientras esperamos por su foto en la Casa Blanca, resulta interesante no sólo analizar los propósitos e ideales de Olmedo, sino su constante ascenso al poder. Vale preguntarse qué despierta en sus seguidores, que casi lo convirtieron en el vicegobernador de su provincia.