Que viva Latinoamérica II. Cartografía del Saqueo.
La Conferencia de Apertura de IV Cohorte de la Maestría en Estudios Latinoamericanos, estuvo a cargo del Dr. Emilio Horacio Taddei, Doctor en Ciencias Políticas y docente de esta Maestría. De su mano, les proponemos recorrer la configuración actual de nuestros países latinoamericanos. En esta primera parte, comenzamos con un panorama de los '90 y el fenómeno de “acumulación por desposesión”.
Memorial de América Latina. Oscar Niemeyer. Sao Pablo, Brasil
“Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta”. Las venas abiertas de América Latina. Eduardo Galeano.
En lo que sigue Taddei nos propone para reflexionar sobre las alternativas de Nuestra América –aquella que convocó la espada, el fusil y la palabra de Artigas, Bolívar, Martí, Guevara y tantos otros y otras– hacer un doble ejercicio de acercamiento-alejamiento; pensar rupturas y continuidades entre el presente y el pasado. Para ello, es necesario ubicarnos en una relación más amplia, una totalidad histórica que necesariamente remite a un escenario geopolítico internacional, pero también a la lógica del sistema que lo organiza.Los y las invitamos a acompañarnos en este recorrido de la mano de este docente e investigador.
Taddei comenzó dando un panorama del impacto de la globalización neoliberal* en nuestra región y, en particular, respecto a las lógicas de lo que se llama “acumulación por desposesión” que signaron, justamente, a la experiencia reciente en América Latina.
La hegemonía del neoliberalismo a nivel internacional durante la década de los ’90 significó:
- la profundización de los procesos de concentración del ingreso y la riqueza a escala global, proceso referido por muchos autores de “polarización social mundial” que tuvo entre sus tantas consecuencias un ahondamiento de las desigualdades socioeconómicas entre el Norte y el Sur, entre los países de las distintas regiones del mundo y al interior mismo de los espacios nacionales.
-la consolidación de los grandes monopolios a escala internacional gestionados por la asociación entre grandes corporaciones trasnacionales, los Estados de los países capitalistas desarrollados y los organismos internacionales.
Esta realidad ha sido conceptualizada por algunos autores como el surgimiento de un “Nuevo Imperialismo”**.
Quizás una de las visiones más difundidas de lo que fue -en el terreno económico- la globalización neoliberal en la década de los ‘90 remite a esta idea de una expansión feroz e intensa de las finanzas, llamado “proceso de financialización de la economía mundial”.
Sin embargo hay otro aspecto de la globalización neoliberal -menos promocionado pero no menos importante- que es un proceso que se caracterizó por asignar un papel socioeconómico relevante a lo que se ha denominado (siguiendo el concepto propuesto por el geógrafo crítico estadounidense: David Harvey) “acumulación por desposesión”.
Este concepto refiere a un proceso de acumulación de capital que se basa menos en la explotación de los/as trabajadores/as y más en el proceso de la apropiación privada de bienes o recursos que –hasta el momento que fueron apropiados- estaban por fuera del mercado. Es decir, aquellos bienes o recursos que no habían sido transformados en mercancías y, por lo tanto, tenían un vínculo marginal con el proceso de mercantilización.
Así, la acumulación por desposesión refiere a los procesos de apropiación privada –mayoritariamente trasnacional- de los llamados “bienes comunes sociales”. Por ejemplo, las empresas y los servicios que fueron transformados en público-estatales a mediados del Siglo XX y, lo que se llama, los bienes comunes de la naturaleza, es decir, lo que la Teoría económica clásica o neoclásica llama “los recursos naturales”.
Entonces este concepto remite a dos universos: a la apropiación de los bienes comunes sociales y, a la de los bienes comunes naturales. Y, sin lugar a dudas, implicó -y aún implica- un complejo y sostenido proceso de cambios regresivos en relación a los procesos de democratización de las relaciones sociales.
¿Por qué cambios regresivos en los procesos de democratización de las relaciones sociales? Porque esta apropiación significó: la implementación de reformas legales, de políticas públicas, de iniciativas de las corporaciones y asociaciones empresarias, de los proyectos de los organismos internacionales y, en muchos casos, hasta el uso de la violencia tanto estatal -legal como paraestatal -ilegal.
Y aquí es importante hacer un breve señalamiento en relación a un debate que está presente desde ya hace unos años -particularmente en América Latina- que es esta idea de que en la década de los ´90 el Estado había desaparecido y que ahora hay una especie de “retorno del Estado”.
En este sentido los procesos de acumulación por desposesión tanto de bienes sociales como de bienes naturales dan muestras claras de que esta idea es errónea.
Estos procesos no solamente no implicaron la desaparición del Estado en términos de una relación social de poder en las sociedades capitalistas; sino que, en muchos casos, significaron un reforzamiento de la autoridad estatal -a veces en sentido autoritario o antidemocrático-.
¿Por qué señalamos esto? Porque evidentemente esta idea de que ahora el “Estado ha vuelto” en realidad está vinculada a la reposición, particularmente en algunos países del Cono Sur, de ciertos mecanismos de regulación estatal donde antes la forma de intervención del Estado había supuesto la destrucción de los mismos.
Es importante rescatar esta idea porque, por lo menos hasta el día de hoy, no se conoce ninguna sociedad que haya funcionado –en este contexto en el que vivimos atravesados y constituidos en base a relaciones sociales capitalistas- que no haya tenido Estado.
Estas transformaciones o cambios regresivos, tanto en el terreno de la legalidad como en el terreno de las políticas públicas, estuvieron orientadas a la desposesión efectiva de estos bienes a los pueblos y comunidades que, hasta entonces, eran los “detentadores y cuidadores” de los mismos. Es decir, les fueron expropiados para su posterior mercantilización.
En el caso de los bienes comunes sociales, quizás la figura más difundida en América Latina fueron, justamente, los procesos de privatización de las empresas públicas***.
En estas tierras, el ciclo de desposesión de bienes sociales, aparece fundamentalmente -aunque no exclusivamente- ligado a las experiencias de los ‘90 donde florecieron políticas de privatización tendientes a alimentar un ciclo de financialización económica.
La mercantilización entonces, se transformó en uno de los núcleos centrales de la actividad económica del neoliberalismo en América Latina, mucho más en la medida en que se fue afirmando un proceso de reprimarización de la estructura productiva regional y su consolidación como proveedora de materias primas en el marco de una nueva división internacional del trabajo.
Así, esta desposesión de los pueblos y comunidades, supuso y supone, una explotación intensiva –en la amplia mayoría de los casos- de carácter trasnacional y orientada a la exportación de mercancías obtenidas para su venta y consumo en el mercado mundial. Este proceso que lleva más de cinco siglos en esta parte del mundo, ha sido nombrado tradicionalmente en América Latina como “saqueo”****.
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Notas
La Maestría en Estudios Latinoamericanos se dicta en el año 2005 en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo. Ha recibido dos Proyectos Prioritarios de Posgrado de la Secretaría de Ciencia, Técnica y Postgrado SECTyP-UNCuyo.
Emilio Horacio Taddei es Doctor en Ciencias Políticas del Instituto de Estudios Políticos de París. Su tesis doctoral fue sobre el neoliberalismo y los sindicatos en Argentina entre 1976 y 1999. También es Magíster en Estudios Políticos en el Programa de Sociología Política del mismo Instituto. Las líneas de investigación que aborda son Movimientos sociales latinoamericanos, políticas públicas y reconfiguraciones de los Estados producto de las crisis del capital, entre varios otros. Dicta el seminario Teoría Política y Teoría del Estado en América Latina en la Maestría en Estudios Latinoamericanos de la FCPyS de la UNCuyo.
Para ampliar
*La estrategia de recomposición hegemónica que dio en llamarse “globalización neoliberal” conforma los lineamientos de la restauración conservadora impulsada por Estados Unidos desde la década del ’70. Además de la intervención militar a nivel continental, las políticas económicas y sociales internas de este proyecto priorizan la concentración de la riqueza por parte de las grandes empresas económicas – financieras y desatiende cuestiones que habían sido fundamentales en el anterior “modelo de bienestar”.
Estas políticas ponen en funcionamiento el neoliberalismo que, entendida como Doctrina Económica, remite al monetarismo. Las críticas neoliberales o neoconservadoras se dirigieron justamente a la participación del Estado en la economía, culpando a éste de crear las condiciones para el estancamiento económico, al limitar los beneficios empresariales y reducir en consecuencia las posibilidades de inversión. Los dos instrumentos principales de este proyecto -como vemos en el desarrollo de la nota- son la desregulación y las privatizaciones.
A partir de de los años ’90 la estrategia estadounidense en América Latina se realiza a través del impulso de los Tratados de Libre Comercio (TLC) , o de su intento de hegemonizar un área de Libre comercio, tal como el ALCA.
** Lenin en “El imperialismo, fase superior del capitalismo”, ya en 1916 exponía como monopolización e internacionalización del capital, lo que la ideología de la globalización ha tratado de encubrir con su discurso del “mundo uno”.
Para este teórico, el capitalismo mutaría en imperialismo capitalista al llegar a un cierto grado muy alto de su desarrollo en donde la libre competencia sería sustituida por los monopolios capitalistas.
De este modo, Lenin argumenta que el fenómeno no es “nuevo” como pretende el discurso neoliberal, sino que se trata de un proceso de larga data que comenzó en lo que Marx llamó “la acumulación primitiva del capital” y siguió con el reparto del mundo de las políticas coloniales para llegar a la dominación monopolista de los territorios del mundo (en el que además, la libre competencia -como característica fundamental del sistema- no ha sido eliminada por los monopolios sino que ellos existen por encima y a la par de ella).
***En Argentina, el período menemista está signado por la radicalización de las políticas neoliberales, iniciadas a partir de la dictadura militar, que se evidenció en distintos ámbitos: en la puesta en marcha del Plan Baker donde se llega a la privatización de las empresas públicas a precios casi irrisorios- el actual conflicto con REPSOL YPF es una muestra clara de las pésimas condiciones en las que se realizaron las mismas-. En el afianzamiento de las relaciones con los organismos internacionales a través de los lineamientos impuestos en la reforma del Estado y en la renegociación de la deuda externa a través del Plan Brady. Y, en el proceso de desindustrialización a través de la apertura total de la economía, que perjudica principalmente a las pequeñas y medianas empresas nacionales y refuerza el papel exportador de materias primas de la Argentina al mercado mundial.
****Un libro emblemático que reconstruye la génesis histórica del saqueo desde la conquista ibérica hasta la década de los 70 es “Las venas abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano.