¿Qué hace Mendoza por sus analfabetos?

La politóloga Noelia Naranjo, egresada de la UNCUYO, da cifras y su visión al respecto, además de convocar a los ciudadanos que quieran colaborar en procesos de alfabetización.

¿Qué hace Mendoza por sus analfabetos?

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Noelia Naranjo para Unidiversidad

Publicado el 17 DE ABRIL DE 2019

En la era de la información y en esta sociedad del conocimiento, donde la disputa se da en términos de quién posee el conocimiento estratégico y en el desarrollo de tecnología de punta, aún existen en América Latina y el Caribe 32 millones de personas analfabetas. Esto representa aproximadamente el 4 % de la población analfabeta del mundo, según lo señala el último informe del Instituto de Estadísticas de la Unesco. Argentina no escapa a esta realidad. Según datos arrojados por el último censo 641 828 personas se encuentran en condición de analfabetos.

En Mendoza, y por quinto año consecutivo, un equipo de estudiantes y egresados/as de la Universidad Nacional de Cuyo enseña a leer y escribir a vecinos de Luján de Cuyo, Las Heras, Maipú, Capital y San Rafael. Han desarrollado un método de alfabetización que complementa múltiples corrientes pedagógicas y que tiene como finalidad disminuir el índice de analfabetismo en la provincia que, de acuerdo al último censo realizado en Mendoza, supera el 2,2 %.

“Las cifras corresponden al censo de 2010. Es un porcentaje elevado y realmente preocupante. No saber ni leer ni escribir te deja 'fuera del mundo', aseguró Marina Cataldo, estudiante de Historia de la Facultad de Filosofía y una de las responsables del proyecto. Es que se estima que 641 828 personas no saben leer ni escribir en la Argentina.                

 

¿En qué consiste el proyecto en Mendoza?

El proyecto funciona desde hace cinco años y utiliza un método en el cual la alfabetización debe ingresar al adulto como una respuesta a sus motivaciones personales. Considera que los planes de alfabetización no son un hecho aislado, sino que deben tomar su lugar en un más vasto programa de desarrollo, que consulte las dimensiones sociales y económicas con las que el iletrado vive.

“Muchos de los casos son personas que, por diferentes motivos, fundamentalmente económicos, no pudieron empezar o terminar la escuela. Se trata de trabajadores rurales, amas de casa y jubilados –la mayoría mujeres adultas– que poseen diferentes grados de analfabetismo: iletrados puros, semi-iletrados e iletrados especiales”, contó Cataldo.

Las personas alfabetizadoras cumplen un rol central de contención, comprensión, compromiso y recreación, para garantizar el libre acceso a nuevos derechos. "Estamos convencidos de que la educación es un derecho y que no poder leer ni escribir te deja en desventaja al momento de adquirir otros conocimientos, informarte sobre su entorno, acceder y exigir tu derecho legítimo a la salud y conseguir un trabajo digno. Es por esto que, a través de enseñar a leer y escribir, queremos hacer un humilde aporte hacia una sociedad más inclusiva”, explicó la coordinadora.

“Cuando no sabés leer ni escribir, te estafan mil veces. Te llega una factura y no sabés cuánto tenés que pagar, pero ahora no. Ya no tengo que ir a preguntarle a mi hija o a mi vecina qué dice. Si voy al cajero, sé lo que estoy haciendo. Puedo entender", dijo una de las participantes, que egresó del programa en el año 2018.

Tras cinco años de trabajo, que han dado como resultado más de 500 personas alfabetizadas, nuevamente se ha abierto la convocatoria para que estudiantes, personas egresadas y docentes puedan sumarse al equipo de alfabetización. Se realizará una charla informativa en la Facultad de Filosofía y Letras el día 17 de abril a las 14.30.

Este programa, sin dudas, es un avance en términos de comprensión sobre la importancia de la educación y claridad con respecto a las tareas que debemos enfrentar como sociedad.

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