Mucho se ha escrito de las ventajas y desventajas que trae la conectividad de internet. Uno de los aspectos negativos de la red global lo constituyen los hoax —también conocidos en España como bulos—. Un hoax es una información falsa divulgada a través de una red social.

La Real Academia Española (RAE) lo define como “una noticia falsa propalada con algún fin”. Este fin puede ser ganar dinero o perjudicar una ideología o colectivo social. Sin embargo, muchas veces se encuentran datos que buscan ser de utilidad para la sociedad —como en el caso de la recomendación de forzar la tos ante un infarto—, pero que al final demuestran carecer de validez.

Los hoax comenzaron a aparecer hace más de una década, con las cadenas que circulaban a través del correo electrónico y del ya desaparecido programa de mensajería instantánea MSN Messenger. Actualmente, dichas cadenas que los contactos se envían y reenvían suelen verse en WhatsApp. Pero incluso en Facebook y Twitter se pueden encontrar links a artículos, en algún modo, falsos o engañosos.

Cómo saber si una noticia es verdadera o falsa

Rumores que se dan por hechos, noticias tergiversadas, falsas declaraciones, titulares engañosos que llevan a publicidades. El hoax toma muchísimas formas. La web española Universia recopiló cinco “reglas” para poder distinguir el hoax de la información real.

• ¿Quién publica la historia? Es creíble si la noticia ha salido en los periódicos nacionales de cabecera o del ámbito internacional. Si es una exclusiva de una página desconocida de Internet o de un medio del que vale la pena desconfiar, no hay que creerla.
• Algunos hoaxes no son publicados como tal, sino que son noticias satíricas de medios especializados. Por ejemplo, la revista Barcelona. El problema es que hay personas que las comparten como si de algo serio se tratase. Si suena a chiste, lo mejor es entrar en la web y mirar si el resto de noticias también siguen la misma pauta.
• En otros casos, los más complicados, hablamos de noticias verdaderas a las que se le han añadido connotaciones falsas con intención de distorsionar la realidad. Si no se está seguro de la veracidad de este tipo de exclusivas, hay que investigar si el resto de medios la publican con los mismos detalles o componentes, y si existen contradicciones.
• Nunca leer solamente el titular, ya que puede que no refleje la verdad de la historia.
• Nunca creer una cita cuando el medio no especifique la fecha ni la fuente. Las citas falsas están a la orden del día en la gran extensión de la web.