Publican una guía sobre salud ósea en personas trans y el impacto de la terapia hormonal
La Sociedad Argentina de Osteoporosis convocó a especialistas para estudiar la masa ósea de las personas trans y no binarias antes y durante su terapia hormonal, sea con estrógenos o con testosterona. El impacto de la hormonización, las condiciones de vida y el respeto por la identidad de género autopercibida.
Especialistas publican una guía para cuidar la salud ósea en personas que atraviesan terapias de hormonización. Foto: www.argentina.gob.ar
Especialistas que convocó la Sociedad Argentina de Osteoporosis publicaron una guía con recomendaciones para equipos de salud que suministran terapias hormonales de reafirmación de género. Sugieren estudiar la masa ósea en personas trans y no binarias antes y durante la terapia, y el impacto sobre el hueso para contribuir a mejorar la atención y la calidad de vida de las personas transgénero.
Durante dos años, un grupo de profesionales con experiencia en la atención de personas trans de hospitales y clínicas públicas y privadas se reunieron para elaborar la guía "Valoración de la densidad mineral ósea en personas transgénero, posicionamiento de la Sociedad Argentina de Osteoporosis". Fue publicada a principios de febrero en la Revista Medicina. Los factores que pueden influir en la salud no tienen que ver únicamente con la hormonización, sino con las condiciones sociales, de vulnerabilidad y expulsión de las instituciones de las personas trans y no binarias, explicó Gerónimo Carolina Devesa, profesional de la salud del Hospital Perrupato.
"La idea surge desde la Sociedad Argentina de Osteoporosis a partir del interés que generan la hormonización y otros tratamientos que se utilizan durante la afirmación de género y su impacto sobre el hueso", introdujo a Télam el médico especialista en endocrinología y magíster en metabolismo óseo Rubén Abdala, integrante del Instituto de Diagnóstico e Investigaciones Metabólicas (IDIM) y el Grupo de Atención a Personas Transgénero del Hospital Carlos G. Durand.
La cantidad de tejido óseo depende principalmente "de factores genéticos, y juegan un rol preponderante las hormonas sexuales, el peso, actividad física, la nutrición, la vitamina D", entre otras variables, explicó Abdala. En estudios previos del IDIM y Hospital Durand, se había observado que las mujeres trans tenían menor densidad ósea que la población cis (personas cuya identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer), aun sin haber comenzado una terapia de hormonización.
Esto "podría deberse al estilo de vida hipoactivo observado frecuentemente en las mujeres trans", es decir, un estado de vida con menos deporte, indica la publicación, además de condiciones de vida más vulnerables que puedan llevar a una peor alimentación y a tener bajos niveles de vitamina D. En este punto, Abdala focalizó como fundamental cuidar la salud ósea para prevenir complicaciones futuras, como las fracturas por fragilidad (osteoporosis).
La pregunta que guió a la publicación fue: "¿Cómo y cuándo evaluamos la salud ósea en las personas trans?". La premisa desde la que partió el equipo de trabajo fue que la terapia de afirmación hormonal "podría estar asociada con alteraciones en la densidad mineral ósea (DMO)".
En este sentido, sugirieron a los equipos de salud solicitar la DMO a todas las mujeres trans y a consultantes trans que hayan recibido supresión puberal –un tratamiento que retrasa la pubertad–, además de aquellos que presenten factores de riesgo que afecten la salud ósea. En mujeres trans –que se hormonizan con estrógenos– se observó que las terapias con estradiol pueden empeorar la insulinorresistencia, al tiempo que provocarían una pérdida de masa ósea mayor comparada con la TAH en género masculino. También para este colectivo, cuando tiene entre 15 y 43 años, luego de 12 a 24 meses de TAH, se observó un aumento de la densidad ósea en la lumbar en relación con los valores previos al tratamiento, aunque no se observaron cambios en los huesos de la cadera.
En tanto, en varones trans antes de la terapia hormonal –con testosterona– no se observaron diferencias significativas respecto de las mujeres cis, pero, posteriormente a la TAH, se evidenció "mayor fuerza medida por dinamómetro, mayor índice cintura/cadera (distribución abdominal), menor grasa total y mayor masa magra". A su vez, no se registraron cambios significativos en la densidad mineral ósea luego de 12 a 24 meses de tratamiento, aunque sí algunos estudios encontraron un aumento de este índice luego de los dos años, según consigna la publicación.
Frente a los casos de baja masa ósea, el equipo recomendó adoptar las medidas de prevención de pérdida de masa ósea basadas en un consumo adecuado de calcio con la dieta (1200 miligramos por día), mantener niveles de vitamina D superiores a los 30 nanogramos por mililitros y actividad física. Además, "frente al hallazgo de osteoporosis, considerar la implementación de tratamiento farmacológico".
El equipo, además, hizo énfasis en la importancia de respetar la Ley 26743 en las consultas y seguimientos a personas trans para "seguir las convenciones sociales y legales vigentes en nuestro país, respetando la identidad de género autopercibida". "Para ello, es importante capacitar al equipo de salud, desde que ingresa la persona (o sea, desde el saludo de la recepción), aprender a llamar por el apellido, y, en lugar de diagnóstico, consignar 'Ley 26743', eliminando la estigmatización subyacente", detalló Abdala.
Asimismo advirtió que "un dilema importante surge cuando se informa el estudio y el equipo solamente consigna el sexo asignado al nacer (varón o mujer) y no permite la modificación para el análisis", frente a lo cual Abdala consideró importante "redactar un informe como hoja principal donde se asigne la identidad de género".
Las y los participantes del estudio pertenecen al Hospital Carlos Durand, Hospital Nacional Profesor Alejandro Posadas, Hospital Doctor Teodoro Álvarez, Hospital Italiano, Sanatorio Allende de Córdoba; Centro de Medicina Reproductiva de Tucumán; Hospital General de Agudos José María Ramos Mejía, Hospital General de Agudos Doctor Juan Antonio Fernández. Se trata de Alberto Nagelberg, Rubén Abdala, María Larroudé, Vanina Farías, Mariano Garabito, María Balonga, Evangelina Giacoia, Silvia Karlsbrum, María Pavlov, Adriana Frigeri, Mirena Buttazzoni, Pablo Costanzo, Sebastián Suárez, Andrés De Benito y Verónica Pa.
Fuente: Télam / Unidiversidad
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