Psicología, derecho y sexualidad
Entrevista a Alicia Berardini.
Imagen de banderas de la comunidad LGTB flameando en el Congreso de la Nación. Fuente: Fotogalería del INADI "Diversidad sexual"
Equipo de Comunicación de la Facultad de Educación de la UNCUYO
Publicado el 31 DE OCTUBRE DE 2017
La profesora de sordos y terapeuta del Lenguaje, Alicia Berardini, analiza la trascendencia que la sexualidad tiene en el desarrollo psíquico y social de las personas. La especialista se desempeña como profesora de las cátedras Fonética y Fonología aplicadas a la Logopedia, Bases funcionales del lenguaje y Práctica profesional e investigación terapéutico-educativa: proyectos preventivos, en la Facultad de Educación (FED) de la UNCUYO. En sus trabajos de investigación, estudia las diversas aristas entre sexualidad y derechos, profundizando en el análisis del marco jurídico vigente en nuestro país desde una mirada interdisciplinar.
Si entendemos la problemática de la sexualidad como resultante de un complejo y extenso proceso de construcción histórico-social que ha llegado a transformarse en una cuestión de derechos, ¿puede la psicología ayudarnos a comprender ese proceso y su resultante? ¿Cómo se articulan la psicología y el Derecho en este caso?
Efectivamente, dado que la sexualidad atraviesa al ser humano en todos los aspectos de su vida, la psicología proporciona herramientas para comprender y analizar la naturaleza de esta construcción y sus implicancias en la vida de las personas. Es frecuente encontrar asociaciones directas y claras del concepto de sexualidad a los aspectos biológicos relativos a ella. Sin embargo, no es tan frecuente la comprensión de la trascendencia que la sexualidad tiene en el desarrollo psíquico y social de las personas.
¿Cómo es eso?
El concepto de sexualidad no remite solo a genitalidad, sino que abarca una amplísima gama de cuestiones tan trascendentes en la vida de una persona como lo es la construcción de su propia identidad. El reconocimiento de esta complejidad nos obliga a ampliar la mirada más allá de un modelo biologicista. Por ello, los aportes de otras disciplinas permiten reconocer las dimensiones psicológica y social del tema. La sexualidad es un eje central y organizador del desarrollo humano a lo largo de todo el ciclo vital. Cuerpo, sexo, género, identidades y roles, orientación sexual, modos de organizar el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción; son complejas facetas de este eje organizador. Cada una de las dimensiones que la componen, en particular y en conjunto, resultan de la interacción de factores biológicos, sociales, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y psicológicos.
¿Cuál es el rol de la sexualidad?
La sexualidad se experimenta y expresa en pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, roles y relaciones interpersonales que atraviesan todos los ámbitos de la vida privada y la vida pública, desde su inicio. El proceso de convertirse en hombre o mujer y de sentirse y aceptarse como hombre o mujer u otras variantes, es un proceso lento y complejo que involucra las dimensiones biológica, sociocultural y psicológica. Esta perspectiva holística, basada en un enfoque de género, es relativamente nueva y constituye una nueva forma de entender -entre otras cosas- los derechos de las personas. Esta es la razón por la que resulta muy rica la mirada interdisciplinar: psicología y Derecho.
Desde esta mirada, ¿en qué contexto tuvo origen la Ley 26150 en Argentina?
Las cuestiones relativas a la sexualidad han sido profusamente reguladas políticamente desde la constitución del Estado moderno. En las últimas décadas, las demandas de diferentes grupos y sectores sociales, la asunción de tales demandas por parte de los Estados y el desarrollo de políticas públicas en torno al tema, la han instituido en una cuestión de derecho. En el proyecto Sexualidad: el marco jurídico en argentina, nos propusimos identificar los antecedentes histórico-jurídicos de la legislación argentina relativa a la sexualidad, que incluye la Ley 26150. Se rastreó el proceso que desde mediados del siglo XX se realizó a nivel internacional, latinoamericano y –finalmente– nacional. Esto permitió evidenciar una tendencia política que mediante convenciones, declaraciones, conferencias y leyes fue construyendo e instaurando “nuevos derechos”, emanados del reconocimiento explícito de los Derechos Humanos. En paralelo, se realizaban Conferencias de la CEPAL en diferentes países de la Región con temáticas similares. En ese contexto surgieron nuevas leyes en nuestro país -entre ellas la 26150- que reflejan las tendencias marcadas por los organismos supranacionales.
¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrenta hoy nuestra sociedad, en particular los docentes y padres, en relación con lo que regula el marco jurídico vigente, por un lado, y lo que significa la sexualidad como dimensión que atraviesa la vida cotidiana de las personas?
Entiendo que se ha avanzado fuertemente en la toma de conciencia acerca de la necesidad de cambiar los esquemas de la cultura machista que ha imperado desde siempre en la sociedad. Sin embargo, están pendientes de resolución desafíos tales como educar con perspectiva de género, no sólo en las instituciones de educación formal, sino en todas las instituciones y ámbitos posibles, tanto públicos como privados, priorizando las instituciones de aplicación tales como la justicia y el sistema de salud. Es imprescindible recordar que la sola existencia de la ley es absolutamente insuficiente para que la realidad cotidiana se transforme. Somos los ciudadanos, activos partícipes de la construcción social, los únicos que podremos darle la fuerza práctica, concreta y vital que requiere la ley para constituirse en el soporte de una mejora en la calidad de vida. En este proceso la educación tiene un papel especialmente relevante.
Contexto jurídico para el nacimeinto de la ley de Educación Sexual Integral
facultad de educación, educación sexual integral, ley 26150,