La defensora oficial de los tres imputados por presuntos abusos en el Instituto Próvolo, Alicia Arlotta, planteó que existen intereses contrapuestos para defender a los tres acusados, es decir, a los sacerdotes Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59) y al jardinero Armando Gómez (49). La fiscalía y la querella se opusieron, pero será el tribunal el que defina la situación.

Arlotta hizo el planteo luego de escuchar el relato de un exalumno del Próvolo que denunció reiterados abusos por parte de Corbacho, Gómez y de un acusado que fue declarado inimputable. El joven aseguró que durante uno de esos vejámenes, el cura Corradi ingresó a la habitación y lo sacó de ahí.

Fue con base en esto que la defensora planteó la existencia de intereses contrapuestos al considerar que uno de los imputados (Corradi) podría acusar al otro porque advirtió cuando abusó del niño. Tanto la fiscalía como la querella se opusieron al planteo al asegurar que no existe tal contraposición de intereses.

Próvolo: a un mes del inicio del juicio, piden agilizar el proceso

Agilizar el proceso: ese fue el pedido que hicieron los querellantes al cumplirse un mes del inicio del juicio por presuntos abusos en el Instituto Próvolo, que comenzó el 5 de agosto. En este período, solo se realizaron doce audiencias en las que los magistrados escucharon los testimonios de ocho exalumnos y alumnas, algunos grabados, y otros, con la reproducción en vivo de la cámara Gesell.

El querellante Oscar Barrera explicó sus razones. Dijo que el planteo de Arlotta fue extemporáneo, porque debería haberlo advertido antes de iniciar el proceso, y que a Corradi no se lo investiga por participación, lo que legalmente sería una comisión por omisión, es decir que sabía lo que pasaba, vio los hechos.

El jefe de la Unidad Fiscal de Abuso Sexual, Alejandro Iturbide, rechazó el planteo por entender que no existen tales intereses contrapuestos en defender a los tres acusados. De todas formas, explicó que será el tribunal el que tomará una decisión, que comunicará a las partes el lunes, cuando continúe el debate.

Si el tribunal no hace lugar al reclamo, Arlotta continuará defendiendo a los tres imputados; en caso contrario, se debería solicitar que otro defensor oficial asuma ese rol, por lo menos para los otros dos acusados.

Próvolo: víctima de La Plata viajó a Mendoza para acompañar a sobrevivientes

Daniel Sgardelis, una víctima de abuso del Instituto Próvolo de La Plata viajó a Mendoza para acompañar a los sobrevivientes mendocinos. El hombre aseguró que es necesario ayudar a los exalumnos, ya que es difícil seguir adelante luego de sufrir vejaciones y malos tratos.

Un proceso complejo

A un mes de iniciado el juicio, Barrera e Iturbide coincidieron en asegurar que, si bien solicitaron celeridad, este es un proceso complejo por la producción de la prueba y por la discapacidad auditiva de las víctimas y de uno de los imputados, que necesitan en forma permanente la asistencia de intérpretes en lengua de señas.

Iturbide expresó que, si bien insistieron con la necesidad de darle celeridad al proceso, esto no depende de los magistrados, sino de quienes manejan las agendas de otras causas que llevan adelante los jueces. De todas formas, aseguró que existe predisposición y que no es un tema cerrado, sino que se puede modificar.

Por su parte, Barrera consideró que el procedimiento ha sido ajustado a la realidad de la causa, teniendo en cuenta que es un juicio distintos a otros porque es necesario adecuarse a un proceso en el que los denunciantes y algunos de los denunciados tienen una discapacidad auditiva. Pese a esto, aseguró que insistieron con la necesidad de acelerar el proceso.

Próvolo: una testigo acusó de abuso a los tres imputados

Una joven de 26 años acusó al sacerdote Horacio Corbacho (59) y al jardinero Armando Gómez de violarla cuando era alumna del Instituto Próvolo, mientras que señaló al cura Nicola Corradi (83) de someterla a tocamientos.

“Todos sabían de los abusos”

Barrera describió como desgarrador el testimonio que se reprodujo en las audiencias de ayer y que continuó hoy. Se trata de un joven de 23 años oriundo de Misiones, que vivió interno en el instituto desde los 8 hasta los 14 años.

Barrera explicó que el joven denunció los abusos sistemáticos a los que fue sometido y la violencia física y psicológica ejercida sobre él y sus compañeros.

Para el querellante, lo peor del testimonio es que dejó en claro que “todos sabían de los abusos” y nadie hizo nada para proteger a los pequeños. Esto, porque en su denuncia, el joven contó que tanto el cura Corradi como las religiosas Asunción Martínez y Kosaka Kumiko (ambas imputadas en otras causas) sabían lo que sucedía puertas adentro del predio ubicado en Luján de Cuyo.

El proceso se reiniciará el lunes a las 8.30. Lo primero que comunicarán los magistrados es si hacen o no lugar al planteo de la defensora oficial.