Los imputados y detenidos por los abusos en el Próvolo serán trasladados la próxima semana a los tribunales provinciales donde les notificarán las nuevas acusaciones que pesan sobre ellos, y que se desprenden del testimonio de un exalumnos, que aseguró haber sufrido abusos en el instituto.

La medida fue confirmada a Unidiversidad por el abogado de la Defensoría de Personas con Discapacidad, Oscar Barrera, quien es el representante de cinco víctimas en la causa.

La notificación de las nuevas acusaciones contra los imputados se producirá durante el receso invernal, ya que el fiscal del caso, Gustavo Stroppiana solicitó que se habilite la feria judicial para no frenar la investigación y así se determinó. Durante la primera semana, la intención fue ordenar y analizar toda la documentación existente, que incluye las declaraciones de 18 personas que acusaron a los imputados por ser los autores de los abusos o por encubrirlos.

Durante la próxima semana, Stroppiana solicitará el traslado de todos los detenidos para notificarles que pesan sobre ellos nuevas acusaciones. Ellos son: los sacerdotes Nicola Corradi y Horacio Corbacho, los exempleados José Luis Ojeda, José Bordón y Armando Gómez y la religiosa Kosaka Kumiko. El único de los imputados que sigue el proceso en libertad es un jardinero de apellido Choque, porque está imputado por un abuso simple (un tocamiento) que tiene una pena menor a 3 años de prisión.

Próvolo: sigue la pesquisa pese a la feria

Habilitaron la feria judicial para continuar con la investigación de los casos de abusos en el instituto lujanino. Durante ese período declararán testigos. El testimonio clave de otra víctima.

Barrera recordó que el testimonio del joven -que viajó desde el Litoral para declarar- fue clave, porque acusó a Corbacho, a Gómez y Ojeda como sus abusados, pero dijo que el resto de los acusados sabían de los vejámenes y los encubrieron.

En su declaración, el exalumnos también aseguró que los maltratos físicos eran habituales en el instituto y que estaban relacionadas con la imposición de que hablaran, ya que en Próvolo seguían el sistema oralista por lo que no les enseñaban la lengua de señas.

Barrera explicó que además de notificarles las nuevas acusaciones que pesan sobre ellos, el fiscal les solicitará una muestra de ADN. Al único que ya le hizo este pedido fue al sacerdote Horacio Corbacho, quien se negó a la extracción de sangre, por lo que el 7 de agosto decidirá la jueza de Garantías, Alejandra Alonso.