El grupo de diez gendarmes que realiza un rastrillaje en el Instituto Próvolo concluyó el escaneo del predio y detectó anomalías que ahora serán confirmadas con el georradar. Con base en esos resultados determinarán las zonas a excavar.

La información fue confirmada a Unidiversidad por Oscar Barrera, uno de los querellantes en la causa en la que se investigan los abusos sexuales a exalumnos del instituto y que ya tiene a quince personas imputadas, entre ellas, los sacerdotes Nicola Corradi y Horacio Corbacho y las religiosas Kumiko Kosaka y Asunción Martínez.

Gendarmería inició el rastrillaje en el Próvolo

Esa fuerza -al mando de la fiscal subrogante- utilizará un georradar y retroexcavadoras para buscar pruebas durante los próximos ocho días. Habría objetos enterrados en el instituto.

Los trabajos

El rastrillaje comenzó el martes 23 de enero y lo primero que hicieron los profesionales de Gendarmería fue concretar una inspección ocular de todas las zonas previamente delimitadas. Esto se hizo con base en los testimonios de algunos exalumnos, que en sus declaraciones en Cámara Gesell aseguraron que vieron cómo autoridades del instituto enterraron objetos y que un niño murió en forma accidental al caerse del techo y nunca más supieron de él.

Una vez que concluyó la inspección ocular, el grupo de Gendarmería (incluye especialistas en la utilización del escáner, del georradar, un antropólogo, un profesional en criminalística y un arquitecto) comenzó a utilizar el escáner, un aparato que no toca la tierra, sino que en forma aérea –colgado– se pasa sobre la superficie. Con esta herramienta se detectaron lo que se denomina anomalías, es decir que hubo rebote de ondas electromagnéticas, aunque es imposible determinar de qué objeto se trata.

El paso siguiente a la detección de estas anomalías es la confirmación con el georradar, un aparato con ruedas que se pasa por el terreno y permite obtener más precisiones sobre el objeto que podría haber debajo de la tierra. Si este trabajo da resultados positivos, entonces se excavará en esas zonas para comprobar de qué objeto se trata.

Próvolo: de Verona a Mendoza, la ruta de la impunidad

Exalumnos de las sedes del Instituto Próvolo de la ciudad Italia, de La Plata y de Mendoza denunciaron abusos sexuales. En la provincia se abrió hace un año una investigación.

Todo el proceso es seguido de cerca por la fiscal subrogante Virginia Rumbo, ya que Gustavo Stroppiana –quien lidera la investigación– se tomó unos días de licencia. Además participan las partes involucradas en la causa, es decir, tanto los querellantes de los exalumnos y sus familias como los defensores de los imputados.

En caso de que la existencia de estas anomalías sea confirmada con el georradar, entonces la fiscal deberá solicitar a una jueza de Garantías que apruebe las excavaciones propuestas por los profesionales. Si se encuentra algún objeto, este se preservará y analizará, ya que será una prueba más en la causa.

La investigación judicial, que se inició en noviembre de 2016, incluye los testimonios de un grupo de exalumnos que ratificó los abusos por parte de algunos imputados, así como el conocimiento que tenían otros de los acusados acerca de lo sucedido. En mayo se vencen los plazos procesales para que el fiscal solicite la elevación a juicio de la primera causa, en la están involucrados cinco imputados: los dos sacerdotes y tres exempleados: Armando Gómez, José Bordón y otra persona cuyo nombre no se publica por orden judicial.