El 31 de diciembre de 2015 no se renovaron los contratos de los más de mil coordinadores, docentes y talleristas que llevan adelante los más de 200 Centros de Actividades Infantiles (CAI) y Juveniles (CAJ) que, desde antes de 2012, funcionan en escuelas de zonas vulnerables con apoyo sociocultural y pedagógico para alrededor de 5000 estudiantes y familias.

Según la Dirección de Prensa de la Dirección General de Escuelas, los contratos finalizaron junto con el ciclo lectivo 2015 y, si bien el director de la DGE, Jaime Correas, aseguró su continuidad, previamente se van a revisar de forma individual el desempeño, la llegada y los resultados de cada uno de estos centros. Por esta razón, pronto se reunirán los representantes de los trabajadores y miembros de la DGE para la evaluación.

Sin embargo, este martes 5 de enero los educadores harán un reclamo en las afueras de la Casa de Gobierno a través de actividades en las que participarán talleristas, docentes, niños y sus respectivas familias, con el fin de que se conozca la labor que se lleva a cabo en los CAI y CAJ de la Provincia.

“Más de 200 escuelas mendocinas perderán el acompañamiento pedagógico que los Centros de Actividades Infantiles y Juveniles brindan desde antes del año 2012. La Dirección General de Escuelas finalizó el contrato de más de 1000 trabajadores, que pertenecían a los 66 CAI y 144 CAJ que funcionan en diferentes escuelas en zonas vulnerables de la provincia", explicó Gabriela Fiochetta, representante de los trabajadores de CAI y CAJ cuyos contratos no fueron renovados.

¿Qué son los CAI y los CAJ?

Los Centros de Actividades Infantiles y Centro de Actividades Juveniles son parte de una política socioeducativa orientada a ampliar el universo cultural y fortalecer las trayectorias escolares de alumnos que requieren mayor acompañamiento pedagógico para acceder y completar sus estudios.

En ellos se despliegan talleres y actividades artísticas, científicas, tecnológicas, deportivas, recreativas u otras relevantes para la comunidad, siempre vinculados con zonas de vulnerabilidad social.

En el caso de los CAJ, que funcionan sólo para el nivel secundario, los estudiantes, en espacios y tiempos complementarios al horario escolar, participan en actividades vinculadas con la ecología, la ciencia, la tecnología, la comunicación, el deporte, el arte y la literatura.

Según explicó Fiochetta, en Mendoza los centros llegan a unos 150 estudiantes y sus respectivas familias por cada centro y entre los logros más notables que se atribuyen a su funcionamiento son "la suba en la reinserción escolar, la baja en el ausentismo y una importante mejora en el trabajo pedagógico, reflejada en el paso de un año a otro".