Una enorme columna de humo negro puso en alerta a los mendocinos la tarde del viernes pasado. Se trató de un incendio más en la playa de secuestro de vehículos San Agustín, ubicada en el piedemonte.

La playa alberga a vehículos y motocicletas con pedido de secuestro o que tiene relación con medidas judiciales, pero, con paso del tiempo y de muchos gobiernos, ha sido puesta en cuestión no solo por la contaminación ambiental que produce sino también por su ubicación.

A lo largo del tiempo, varios gobernadores intentaron descomprimir la acumulación de vehículos y motos, se realizaron remates, compactaciones, pero nada hizo que se renunciara de apilar decenas de autos en la zona. ¿Existe alguna solución?

Para Ricardo Correnti, la solución estaría en uno de los tantos proyectos que impulsa. Según pudo contar a Unidiversidad, el proyecto consta de poder entregar estos vehículos secuestrados a personas con discapacidad o movilidad reducida.

“Nuestra intención es descomprimir la playa San Agustín. Los autos y las motos que están secuestrados por falta de documentación o por irregularidades, después de un tiempo en vez de ser rematadas para conseguir unas monedas, deberían ser donadas a talleres multifuncional de discapacidad para que se reparen, se pinten y se vendan a las personas con movilidad reducida a la mitad del precio del mercado, así será muy accesible tener un vehículo”, expresó Correnti.

Además, detalló que con este tipo de trabajo se estaría introduciendo mano de obra para mantener los talleres y así reactivar la producción de piezas para la adaptación de los vehículos. “Estos talleres multifuncionales se realizarían también en cada Municipio. Convertir algunas motocicletas para que sean triciclos o también que se les pueda adaptar una silla de ruedas permite no solo libertad y movilidad, sino también una salida laboral”, concluyó.

Hay más de 50.000 mendocinos con alguna discapacidad

En Mendoza, 53.195 personas cuentan con el Certificado Único de Discapacidad (CUD), lo que presenta un 2,7% de la población estimada (1.928.304 personas). Para obtenerlo hay que llevar adelante un trámite gratuito y voluntario que incluye una evaluación interdisciplinaria en la que los profesionales determinan si la persona se encuadra o no dentro de las normativas vigentes de certificación de discapacidad. Es un documento público que tiene validez nacional y permite acceder a ciertos derechos, como cobertura del 100% en las prestaciones y traslados gratuitos en el transporte público.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre el 10% y el 15% de la población mundial tiene algún tipo de discapacidad, por lo que puede concluirse que en Mendoza todavía hay muchas personas que no obtienen el certificado que le permite garantizar ciertos derechos.

Por tipo y departamento

Del total de mendocinos con CUD (53.195), 15.727 padecen una discapacidad motora, lo que representa el 29%; en segundo lugar aparece la mental con 13.396, un 25%; y tercero las discapacidades múltiples (aquellos que padecen más de una discapacidad) con 8.483 (16%).

Siguen en la lista la discapacidad auditiva (8,9%), la intelectual -problemas de aprendizaje- (7,5%), la visceral- ocasionada por condiciones de salud orgánicas o funcionales- (7%) y por último la visual (5,5%).

Los departamentos que tienen mayor cantidad de personas con CUD son Guaymallén (8.686 personas) y Las Heras (7.452), lo que no sorprende al tratarse de los más poblados. Pero cuando se cruza esa cantidad sobre el total de la población de cada municipio, los que más personas con discapacidad tienen cada 100 habitantes son La Paz (3,8) y Santa Rosa (3,5). En el otro extremo están Maipú (2,3) y San Martín (2,2).

Por edades

En cuanto a las edades, la franja con mayor cantidad de mendocinos con discapacidad es de los 60 a los 64 años con 4.360 personas, lo que representa un 8%; entre los 55 y 29 años hay 4.180 (7,8%); y de 5 a 9 años, 4.042 (7,6%).

Mayor dificultad: motora

En cuanto al tipo de dificultad, el estudio del Indec concluye que la más prevalente es la motora (42,7%), seguida por la visual (23,3%). En tercer y cuarto lugar aparecen la dificultad auditiva (18,6%) y la mental-cognitiva (12,7%), mientras que las dificultades del habla y la comunicación, y del cuidado de sí mismo son las menos prevalentes.

Si se compara con la cantidad de CUD en la provincia, coincide con la mayor prevalencia de la discapacidad motora, pero no con las que se ubican en segundo y en tercer lugar.