La Justicia sentenció a Gabriel David Marino (25) a prisión perpetua por el asesinato de la dirigente trans Diana Sacayán. Es la primera condena que cataloga al crimen como un “travesticidio”, en tanto homicidio agravado por odio de género y violencia.

Sacayán murió en octubre de 2015, tras recibir en su departamento del barrio porteño de Flores 13 puñaladas por parte de Marino. Desde el primer momento tanto la fiscalía como las dos querellas, integradas por representantes de la familia de la víctima y el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), habían solicitado que el asesino fuera condenado a prisión perpetua por travesticidio, reclamo que finalmente fue escuchado.

Poco antes de la condena, las querellas habían emitido un comunicado de prensa en el cual resaltaban la importancia en materia de políticas de género y respeto a la diversidad que marcaría el fallo.

"Se espera una sentencia histórica, que el Poder Judicial reconozca que el asesinato de Diana fue un crimen de odio y por prejuicio a su identidad de género travesti y que este Poder Judicial se exprese por primera vez en la historia sobre la muerte de las travestis y reconozca que esto fue un travesticidio", habían expresado en el comunicado.

La audiencia fue transmitida por pantalla fuera de la sala, al tiempo que en la plaza Lavalle se había instalado una radio abierta con transmisión en vivo en conmemoración de la dirigente social.

Sacayán es recordada por haber impulsado las leyes de Identidad de Género y de cupo laboral para las personas trans.

En palabras del fiscal Ariel Yapur, Marino fue responsable del “homicidio triplemente agravado por odio de género, por violencia de género y por el vínculo” de Sacayán. Además, Yapur destacó la “inmensa responsabilidad institucional” de la causa, por la “dimensión de Diana como víctima”, en primer lugar, y por “el interés especial” que muchas organizaciones internacionales demostraron sobre el tema.

"El caso de Diana es un caso testigo de las violencias contra las mujeres trans", agregó el fiscal sobre el travesticidio de Sacayán.

Otra de las personas que rescataron la importancia social del caso fue la representante de la familia de Sacayán, Luciana Sánchez, quien también consideró ante los jueces que el mismo fue “fundacional” y rescató el “impacto” que el mismo tuvo sobre la sociedad.

El hecho de denominar al crimen como “travesticidio” es, en boca de muchos, de importancia crucial para el presente y futuro de la lucha por el respeto a la identidad de género.

El abogado querellante por el Inadi, Ricardo Kassargian, destacó en su alegato “el valor de las palabras”. "Si matan al padre, se habla de parricidio; si matan a un hijo, se habla de filicidio; al hermano, fraticidio. Entonces, cuando matan a una travesti por su condición de tal, se debe hablar de travesticidio", señaló.

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