Yolanda Pozo, referente de la Comunidad Boliviana Mendoza, y Margarita Fernández, a cargo de la comisión de Cultura de ese espacio y profesora de la escuela folckórica “Danza Bolivia”, vienen trabajando incesantemente desde diciembre pasado por la participación de los residentes bolivianos en la fiesta de carnaval.

Fue en ese mes cuando la Cámara de Diputados de la provincia y el Poder Ejecutivo dieron el visto bueno a un proyecto impulsado por el legislador justicialista Gustavo Arenas, orientado a que la recuperación del carnaval no se entendiera sólo como una expresión artística cultural más sino también como un espacio para la participación popular.

De esta manera la propuesta de Arenas de declarar la celebración de la Fiesta Provincial de Carnaval se hizo realidad y empezó a integrar en grupos de trabajos a miembros de distintas agrupaciones murgueras, circenses y demás expresiones artísticas, para organizar el encuentro familiar que finalmente se concretará mañana.

Entre esos grupos se encuentra la Comunidad Boliviana que aportará sus danzas, música y colorido a la primera fiesta de carnaval que se realizará en Mendoza en términos oficiales, luego de que 1976 el festejo sufriera prohibiciones en todo el país a raíz del decreto firmado por el gobierno dictatorial impuesto en ese momento.

Una fiesta con identidad propia

Yolanda contó a este medio que para la colectividad que representa, la fiesta de carnaval que se vivirá este martes, y la que espera que se redite cada año, presenta dos significados. El primero se vincula con los valores religiosos que motivan esta celebración dentro de la cultura boliviana. “En nuestro país se trata de una vivencia que viene de nuestros ancestros”, explicó.

“Para Bolivia es una fiesta originaria porque para los incas, quechuas, aymaras y otros pueblos andinos esta fecha es cercana a la fiesta de la siembra, lo que equivale al renacer de la vida, al inicio del año nuevo. Tiene que ver mucho con la rendición de tributos a la pachamama”, se explayó la referente.

También explicó que a partir de la conquista de América durante el siglo XV el festejo empezó a transformarse como consecuencia de la imposición de la fe cristiana. “El carnaval en nuestra tierra fue cambiando a una devoción de una imagen simbólica del catolicismo como es la virgen”, detalló.

Asimismo, resaltó que durante los siglos que le siguieron a la conquista se lograron mantener  dentro del festejo matices de los pueblos originarios y las creencias bolivianas. “Por eso una de las dimensiones que toma el carnaval en Bolivia o en nuestra comunidad es el valor religioso, porque es el único país de Latinoamérica que tiene una significancia ligada con la religión, ya que en Brasil, Uruguay y Argentina tienen una perfil más popular y hacen referencia a cuestiones sociales y políticas”, declaró Yolanda.

También rescató el hecho de que la comunidad boliviana asentada en la provincia festeje el carnaval cada año y más allá de las prohibiciones existentes hasta el año pasado.  

En este punto reconoció particularidades propias del desarraigo y del contexto. “No es lo mismo como festejan el carnaval los inmigrantes bolivianos o los hijos de bolivianos acá en Mendoza a como se desarrolla en Bolivia”, aclaró. Y siguió: “Acá lo celebramos con los matices de nuestra cultura originaria pero a partir del desarrollo folclórico cultural y social de esta provincia, de este país, lo que se va transformando en una identidad propia”.

Respecto al segundo significado que para la colectividad tienen este festejo, Yolanda subrayó la condición de legalidad que presenta la fiesta carnavalera a partir de este año. Se refirió al esfuerzo individual y a la clandestinidad en que se vieron obligados durante décadas quienes deseaban celebrarlo.

Según la referente el apoyo del Estado “le da resignificancia a la fecha y también nos integra”, expresó. “Tiene un trasfondo de inclusión, de mostrarnos todos iguales, gracias a eso nos desinhibimos de muchos tabúes  que nos marca en particular la sociedad mendocina que es tan conservadora y  cerrada”.

En este sentido, Yolanda destacó el trabajo del diputado Arenas, como un aporte para que el carnaval “tome la magnificencia que necesita a nivel provincial”, y por la convocatoria a la organización de los festejo

El esfuerzo hecho fiesta

Por otro lado, Margarita Fernández describió el trabajo en el armado de carros, vestuarios y los permanentes ensayos que implican lestos festejos. Es que este año a los preparativos para el cierre de la Fiesta del Carnaval se le sumaron los de la participación de la colectividad en el carrusel vendimial que se concretó el último sábado.

“Han sido meses de muchísimo trabajo, pero después disfrutamos un montón de participar en estos eventos”, dijo la joven. Destacó también el hecho de que la participación en la fiesta carnavalera sea libre y no limitada como la del carrusel, donde más de la mitad de los bailarines de folclore boliviano se quedan afuera.

De un aproximado de 700 bailarines, malabares y murgueros previstos para la fiesta de mañana en el parque general San Martín, Margarita resaltó que 500 corresponderán a la Comunidad Boliviana Mendoza. Entre ellos los integrantes de “Danza Bolivia”, “Fraternidad Antonelli”, “Fraternidad Centralistas de Guaymallén”, “Los Llajuas”, “Caporales de San José”, "Los Chuños",  y muchos más.

Finalmente las jóvenes invitaron a todas las familias mendocinas a sumarse al festejo que si bien clausurará la Fiesta Provincial del Carnaval, se convertirá históricamente en el punto de partida de la recuperación de una tradición popular, festiva e integradora.

Para tener en cuenta

- A los bailarines de la colectividad se suman las murgas La Buena Moza, El Remolino, La Sanmartina y La Caciqueña y que al final del encuentro se presentará el famoso grupo cuartetero La Konga.

- Invitan a las familias a asistir con disfraces.

- Por otro lado, fuentes oficiales informaron que los menores de 12 años que asistan al festejo en ómnibus no abonarán pasaje de 12 a 24, pasadas las 22 deberán viajar acompañados de un mayor.