Preocupa en Argentina la amenaza que sufren los humedales por la minería del litio

Desde la Fundación Ambiente y Recursos Naturales aseguran que la falta de una Ley de Humedales acentúa el riesgo que corren estos ecosistemas de gran valor biológico, ecológico, cultural y social. Los humedales andinos del país, de Bolivia y Chile concentran en su conjunto cerca del 53% de las reservas mundiales de litio.

Preocupa en Argentina la amenaza que sufren los humedales por la minería del litio

Los humedales andinos de Argentina, Bolivia y Chile concentran cerca del 53% de las reservas mundiales de litio. Foto: Asamblea Pucará

Medio Ambiente

Proteger los humedales

Unidiversidad

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Publicado el 04 DE FEBRERO DE 2025

Los humedales poseen un inmenso valor biológico, ecológico, cultural y social. Según la Convención Ramsar, el 40 % de las especies del mundo habitan o se reproducen en estos entornos. Sin embargo, datos de Naciones Unidas muestran que desde 1970 se han perdido alrededor del 35 % de estos ecosistemas en todo el mundo y están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques. Para recordar su importancia es que cada 2 de febrero se conmemora el Día Mundial de los Humedales en recuerdo de la firma de la Convención sobre los Humedales.

En Argentina, los humedales ocupan el 21,5 % del territorio e incluyen una gran diversidad de ambientes, como lagunas, mallines y turberas, zonas costeras estuariales y marinas, pastizales inundables, bosques fluviales, esteros y salares, que no están exentos de amenazas. Entre los principales factores de su deterioro, se encuentran la agricultura y ganadería industrial; la minería y otras industrias extractivas; la urbanización; las especies exóticas invasoras; la sobreexplotación de los bienes naturales que alojan, el cambio climático y la contaminación por desechos de diverso origen.

En el país, la demanda por una Ley de Humedales que proteja a estos ecosistemas data de hace ya más de 15 años. “La falta de interés de nuestra dirigencia política, sumada a la percepción de algunos sectores de la sociedad que consideran a los humedales como tierras de descarte destinadas a ser modificadas o rellenadas para distintos usos productivos, ha impedido que estos proyectos prosperen y tengamos una herramienta legal efectiva para conservar, usar sosteniblemente y restaurar humedales”, señaló Ana Di Pangracio, directora ejecutiva adjunta de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).

Además, agregó: “Es imperativo reconocer que los sistemas naturales, de los cuales los humedales son parte integral, son el fundamento mismo de la vida en la Tierra, incluyendo la nuestra. La protección de la naturaleza implica una vida mejor y más digna para la población en su conjunto”.

La Corte Suprema de Justicia de Catamarca ordenó suspender actividades en uno de los salares de la zona. Foto: Archivo Mongabay Latam

Las presiones por la minería del litio

En los humedales de Argentina no están prohibidas las actividades extractivas. “En los últimos años, una de las grandes preocupaciones que hay en el mantenimiento de la integridad de estos ecosistemas es el avance de la minería de litio”, aseguró a la organización Mongabay Latam Laura Castillo, coordinadora del Programa Altoandino de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) de Argentina.

La FARN pone el foco en que todos los humedales andinos –entre ellos, salares, vegas y lagunas– están amenazados por actividades extractivas, como la minería de litio, de cobre y de otros minerales considerados “críticos” para el modelo de transición energética dominante, como insumos para la electrificación de vehículos y el almacenamiento de energía de fuentes renovables, entre otros fines, lo que permitiría sustituir el uso de combustibles fósiles. Sin embargo, la mayor demanda de litio proviene de la industria automotriz para la alimentación de vehículos eléctricos de movilidad individual.

Según la Agencia Internacional de Energía, la demanda de litio para la producción de baterías aumentará hasta 42 veces para el año 2040 en comparación con 2020; en tanto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prevé que la demanda de litio será el 1036 % superior a los niveles de 2020. De todas formas, Castillo advierte que estas estimaciones no son claras y se enfocan principalmente en la movilidad individual.

En este sentido, bajo una narrativa de soluciones climáticas, este modelo perpetúa el paradigma de hiperconsumo de bienes ambientales, exacerba presiones naturales y genera impactos negativos para la biodiversidad y las comunidades que habitan en los humedales andinos de Argentina, Bolivia y Chile, que concentran en conjunto alrededor del 53 % de las reservas mundiales de litio. La FARN destaca que más de la mitad de los minerales considerados “críticos” están en tierras indígenas o cerca de ellas. Sin embargo, la minería de litio avanza en violación de los derechos indígenas, sin consulta previa, libre e informada, en oposición a las comunidades –muchas veces, con el aval de los gobiernos que deberían garantizar sus derechos– e incluso con amenazas a personas defensoras del ambiente, sin información suficiente sobre la estructura y funcionamiento de los humedales, sin evaluaciones adecuadas de sus impactos y sin una planificación estratégica del territorio.

Según datos oficiales, en Argentina hay una cartera de más de 50 proyectos de litio en diferentes estados de avance ubicados principalmente en las provincias de Salta, Catamarca y Jujuy. En la región de Jujuy y Salta, empresas como Pan American Energy, Pluspetrol y Tecpetrol, históricamente vinculadas a la industria del petróleo y el gas, están ampliando su presencia en sectores de energías renovables, con un marcado interés en la extracción de litio, aun en un escenario de reclamos y denuncias hacia la actividad.

Salinas Grandes, provincia de Jujuy. Foto: Nicolás Nuñez / Mongabay Latam y DiarioAR

Comunidades indígenas de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc, cuenca compartida entre las provincias de Salta y Jujuy, hace más de 14 años advierten sobre la presencia de empresas mineras que buscan extraer litio y padecen las crecientes amenazas generadas por el avance de esta actividad bajo mecanismos que vulneran derechos humanos fundamentales y amenazan la integridad del ambiente. Desde entonces, llevan adelante un proceso de defensa de sus derechos y de su territorio, e iniciaron acciones judiciales en distintas instancias (locales, nacionales e internacionales), como la demanda presentada ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, máximo tribunal argentino, y el pedido de intervención ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos sobre las violaciones a derechos humanos que la extracción de minerales para la transición energética está causando en el continente.

En la provincia de Catamarca también se han advertido las falencias en los procesos de evaluación de los impactos de la actividad minera: en marzo de 2024, la Corte Suprema de Catamarca ordenó frenar la actividad minera en el río Los Patos–Salar del Hombre Muerto hasta que se realice una evaluación de impacto ambiental acumulativo.

“Las soluciones a la crisis climática y de biodiversidad no pueden cimentarse sobre la violación de los derechos humanos y en detrimento del ambiente, y requerirán indefectiblemente que los países definan sus propias transiciones socioecológicas hacia modelos de vida respetuosos con los derechos humanos y los límites planetarios”, destacó Castillo.

Antofagasta de la Sierra, Catamarca, una de las provincias donde se explota litio. La Corte Suprema de la provincia ordenó frenar la actividad. Foto Asamblea Pucará, extraída de DiarioAR

Bolivia, entre el Salar de Uyuni y el Pantanal

“Cuando se llega al Salar de Uyuni, famoso en Bolivia y en todo el mundo, se observa un horizonte blanco con unos paisajes realmente únicos en el planeta”, dijo al sitio Mongabay Oscar Campanini, director ejecutivo del Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib) sobre ese espectacular paisaje. “Todo eso es parte de un sistema más grande, donde no solamente hay esta laguna blanca, dura, inmensa, sino que hay agua, plantas, animales y personas”, agregó.

Hay una vida realmente hermosa, describió Campanini. "Están los flamencos que son todo un espectáculo, el cóndor, el ñandú andino, el suri, las vizcachas y una gran diversidad de animales y de plantas. Y aunque en la zona de Uyuni llueve poco, existe agua acumulada debajo del suelo desde hace cientos de miles de años".

Campanini comentó que toda esta región, llamada el Gran Atacama, cuenta con humedales interrelacionados, donde, además, hay una gran diversidad de salares. Esta zona tiene otra particularidad, y es que son zonas desérticas, por tanto, el agua subterránea acumulada en millones de años tiene un rol importante. Pero, además, coincide con que en estas zonas se encuentran los mayores depósitos de litio en el mundo.

“Participamos de una red que se llama la Alianza de Humedales Altoandinos, con organizaciones e instituciones de Argentina y de Chile, para enfrentar los impactos de extracción del litio en los humedales altoandinos. Entonces, si hablamos de amenazas, este sería uno de los riesgos, dijo Campanini.

Las actividades extractivas, principalmente la minería y la minería del litio van a transformar toda esta riqueza, esta vida que existe en estos ecosistemas, en zonas de sacrificio, agregó Campanini. “Vamos a sacrificar esa riqueza en nombre de una transición energética que se está impulsando en otros países, en otra parte del mundo, no necesariamente en nuestros países”.

El salar de Uyuni tiene reservas de aguas subterráneas. Además es un sitio clave para el turismo boliviano. Foto: Diego Delso, delso.photo, Licencia CC-BY-SA, extraída de Mongabay

El Pantanal también es un humedal que se extiende hasta Brasil y Paraguay y forma parte de la lista de sitios Ramsar. En el sector boliviano cuenta con 3 189 888 hectáreas y alberga las nacientes de las aguas que alimentan este ecosistema, impactado por el sector agroindustrial. “Hacemos seguimiento de los impactos que tiene la actividad agroindustrial en el bosque y por ende en las fuentes de agua y en el humedal”, comentó Campanini.

“Creo que es importante que la gente sepa que nuestros salares, nuestros humedales, son vida y que lamentablemente existen estas actividades que están apuntando y proyectando a convertirlas en zonas de sacrificio”, agregó Campanini.

Perú: humedales como solución a la crisis climática

“Perú es uno de los países más vulnerables al cambio climático. En ese sentido, tanto la infraestructura natural como los humedales son una gran solución para contribuir con la mitigación y adaptación a la crisis climática”, aseguró Walescka Cachay, oficial del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) en Perú.

Por un lado, los humedales costeros como los manglares ofrecen soluciones rentables para proteger a la población contra altas mareas y reducir el riesgo de desastres, agregó Cachay. Por otro lado, los humedales continentales, como los ríos y turberas, ayudan a la absorción de agua para prevenir inundaciones y sequías, además, albergan alta biodiversidad y brindan hábitat para diversas especies, así como importantes servicios ecosistémicos. Entre ellos, la regulación del ciclo hidrológico, provisión de agua y alimento de consumo directo, recreación y turismo sostenible.

El Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes alberga una población de cocodrilos y nutrias. Foto: Sernanp/Walter Wust, extraída de Mongabay

En Perú hay 14 humedales que forman parte de la lista de sitios Ramsar, que cubren una superficie total de 6 789 685 hectáreas. De ellos, 10 se encuentran dentro de las áreas naturales protegidas, entre ellas las reservas nacionales de Paracas, de Junín y Pacaya Samiria. El Lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo y reconocido internacionalmente, también es un sitio Ramsar que Perú comparte con Bolivia.

Si se toman en cuenta, además, los humedales que no forman parte de la Convención Ramsar, la extensión se eleva a 18 millones de hectáreas de humedales que incluye manglares, lagunas, estuarios, albuferas, deltas, pantanos, lagos, lagunas, bofedales, manantiales, puquios, turberas y páramos, entre otros ecosistemas.

Cachay comentó que en 2024 fue aprobada la Ley para la protección, conservación y uso sostenible de los humedales en el territorio nacional, que destaca una gestión integral de estos ecosistemas, así como el respeto de las concepciones de bienestar y desarrollo de los grupos étnico-culturales del entorno. La especialista de WWF menciona también que la protección de los humedales está reconocida en la Ley General del Ambiente, así como en la Ley de Recursos Hídricos.

En la Reserva Nacional Pacaya Samiria, uno de los sitios Ramsar en Perú, WWF realiza monitoreo de las poblaciones de delfines de río, además que apoya el turismo basado en la observación responsable de estas especies, minimizando su impacto. Otra iniciativa se desarrolla en el Lago Sauce, en la región amazónica de San Martín, donde se promueve la recuperación de la cuenca de este lago.

La Reserva Nacional de Paracas alberga por lo menos 1500 especies de plantas y animales. Foto: Gabriel Herrera, extraída del sitio Mongabay

A pesar de la legislación y de los intentos de conservación, existen diversos factores que afectan a los humedales en Perú. Cachay menciona algunos como el crecimiento urbano acelerado y desordenado, el aumento del nivel del mar por el cambio climático, lluvias e inundaciones extremas vinculadas a fenómenos como El Niño, aunados a cambios del uso de las áreas para fines agrícolas y de acuicultura. “La extracción de agua, la explotación directa de recursos como la pesquería no sostenible y la explotación forestal, la contaminación, el cambio climático y las especies invasoras están poniendo en riesgo estos ecosistemas”, señaló Cachay.

 

Fuente: Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y Mongabay Latam

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