Premiación Bafici: el año del archivo

Con mucha desilusión se escuchó el veredicto del jurado sobre las categorías de mejor película y mejor dirección en la competencia local e internacional. La chica del Sur lo merecía todo. 

Premiación Bafici: el año del archivo

Im Su-kyong en La chica del sur (2012)

Sociedad

Unidiversidad

Valentina González

Publicado el 23 DE ABRIL DE 2012

Se conocieron los premios del Bafici y en general hubo desilusión por las decisiones de los jurados. En la categoría mejor película internacional el premio fue para la israelí, Policeman, que también se llevó la mejor dirección para Nadav Lapid.

Con toda justicia, el mejor actor en la competencia internacional fue para el joven Martin Piroyanski por La araña vampira. Nada supera su mirada de asombro, sus cambios de ánimo, su fortaleza, un papel digno de este gran actor, lleno de matices, que nunca había sido lo suficientemente bien dirigido.

En la competencia argentina, para sorpresa de casi todos los críticos, fue elegida mejor película Papirosen de Gastón Solnicki, en lugar de la infinitamente superior La chica del Sur, de José Luis García, que sólo que se quedó con una mención especial.

Estas dos películas, las mejores de la selección argentina, son documentales personalísimos hechos en su gran mayoría con archivos personales de los realizadores.

En Papirosen, Solnik cuenta la historia de su padre, su abuela, y de la forma en que funciona esa familia que carga con el hecho de haber escapado de Europa durante la persecución nazi.

Acaso lo curioso y el valor real de de toda esta historia es haber sido realizada íntegramente con archivos familiares, algunos en digital, otros en VHS, y hasta algunos pequeños momentos en super 8.

Papirosen pasa por diferentes momentos, algunos emocionantes, pero nunca llega a provocar empatía real con ningún personaje. Sólo el personaje de la abuela termina de ser delineado, y es insoportable. Una vieja avara que cumple con todos los prejuicios sobre los judíos: egoísta, tacaña, puede pensar con lucidez el nazismo pero no puede tratar como una persona a su empleada doméstica. Se hace la tonta cuando le hablan de plata, es machista, no protege a su familia.

Esta sería una película antisemita si no fuera porque está realizada desde adentro de una familia judía. ¿Es, entonces una película autocrítica? Tampoco, la verdad es que la mirada del director no está del todo presente, abre muchos temas sin quedarse con ninguno hasta el final, como si el propio Solnik no quisiera demasiado a ese grupo de gente que son su familia. A veces Papirosen es sólo un discontinuo de videos familiares.

Por otro lado, está la hermosa La chica del Sur, también contada en toda la primera parte por videos tomados con una cámara VHS a fines de los ´80, cuando su director, José Luis García, viaja casi por casualidad a Corea del Norte a un encuentro de estudiantes socialistas.

José Luis es adolescente, y le acaban de regalar una cámara VHS. Su hermano tenía el paquete para viajar a Corea y a último momento surge un inconveniente y no puede ir, entonces viaja en su lugar José Luis, y lleva su cámara para registrar todo el viaje que no tiene para él hasta ahora más que un sentido turístico.

En Corea del Norte, mientras grava horas de estudiantes de todo el mundo discutiendo la igualdad y la necesidad de unir a las dos Coreas, José Luis se entera de una chica de Corea del Sur que ha cruzado la frontera para ir al encuentro, la chica llega sola, y se convierte en una figura de devoción.

La chica es militante pacifista y se llama Im Su-kyong. Es joven, fresca y buena con las palabras. José Luis la sigue a todos lados, es una líder natural, y termina por revolucionar el evento cuando anuncia que atravesará a pie la frontera más peligrosa y vigilada del mundo, para volver a su país.

Así comienza este documental en primera persona, contado con exquisito buen gusto, y que seguirá 20 años después, cuando José Luis García encuentre el modo de contactarla, viaje a Corea del Sur, y siga incesantemente a este personaje controversial.

Im su-kiong es extraña y odia a García, por lo que no le hace fácil la película. Pero de algún modo, Im su- Kiong y García, son dos buscadores de utopías, que se encuentran en un espacio personal e intimo de transformación.

Este año la selección del Bafici fue muy floja, se vieron muchas películas malas sobre muy pocas buenas. Sin embargo, hay un momento clave en el cine argentino que tiene que ver con el archivo de personas con talento que pueden cautivar con su cámara personal y casera momentos perfectos.

Un archivo no es siempre un relato, y un relato no es siempre cine. Es necesario otra cosa que no tiene Papirosen y que sí tiene La chica del Sur. No sé muy bien que es pero sospecho que tiene que ver con la capacidad de amar a tus personajes y hacernos amarlos también.