Hace 17 años se inauguró el Embalse Potrerillos y, desde ese momento, se aprobaron y se dejaron de lado proyectos para desarrollar la zona del perilago. Ahora, el Ejecutivo tiene en sus manos una ley que le permite iniciar un proceso de desarrollo público-privado, pero antes de arrancar, el subsecretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial, Humberto Mingorance, aseguró que las tierras y las costas que rodean al espejo de agua son y seguirán siendo fiscales.

La aclaración de Mingorance no es menor: basta repasar la historia nacional y provincial para encontrar sobrados ejemplos de la falta de claridad en las concesiones de bienes públicos relacionados con el turismo y la recreación, que con los años parecen ser privados en lugar de un patrimonio provincial. Solo por dar algunos ejemplos: hoteles abandonados, construidos con créditos públicos nunca devueltos; concesiones vencidas en zonas turísticas; falta de cumplimiento de lo estipulado en contrato de comodatos y de pago de los cánones.

La ley que le permite al Ejecutivo avanzar se aprobó el 1.º de agosto y establece un Régimen de Participación Público-Privada para el Desarrollo del Perilago del Embalse de Potrerillos. También determina que se cumplan condiciones de sustentabilidad ambiental, social y económica para garantizar la preservación de todos los bienes públicos, desde los naturales hasta los culturales.

La norma prevé que los proyectos deberán contemplar un mínimo de espacios de acceso público gratuito de uso recreativo y deportivo, permitiendo la libre circulación. Además, estableció un Comité Ejecutivo que deberá aprobar cada una de las actividades y los desarrollos que se pongan en marcha, conformado por organismos que tienen alguna injerencia en la zona: el Departamento General de Irrigación (DGI), Hidráulica, Ambiente, Vialidad Nacional y Provincial, los municipios de Las Heras y Luján de Cuyo y el Ente Provincial de Turismo, entre otros. A esta ley provincial se suma la nacional de Participación Público-Privada, que se aprobó hace unos meses y que brinda sustento jurídico para concretar emprendimientos con este sistema mixto.

En busca de un desarrollador

Mingorance explicó los pasos a seguir. Dijo que en breve reglamentarán la ley, que se conformará el comité que debe aprobar el proyecto y que trabajan en la letra del contrato que firmarán con Mendoza Fiduciaria, que será la entidad que lleve adelante el proceso. Esta es una sociedad anónima entre el Gobierno (a través del Ministerio de Agroindustria y Tecnología) y entidades de la actividad comercial y financiera de Mendoza que se conformó en 2005.

Una vez que se firme ese contrato, Mingorance comentó que analizarán si se llama a una licitación nacional o internacional para buscar un desarrollador, es decir, alguien que proponga un proyecto integral y no un simple emprendedor, que además podrá o no aportar los inversores. El funcionario planteó que el proceso llevará tiempo y aseguró que la intención fue sentar las bases de lo que deberán continuar las próximas gestiones.

El secretario de Ambiente comentó que tienen claridad respecto de las actividades que quieren desarrollar en la zona: turísticas, recreativas y deportivas, pero que todo se debe hacer con los debidos controles y, sobre todo, cuidando los recursos naturales.

Mingorance defendió la idea de la participación privada. Dijo que el Estado no sabe realizar ni administrar proyectos turísticos, que cuando lo hizo no funcionó y recalcó que una muestra de ello son los hoteles de montaña construidos con fondos públicos que quedaron abandonados por años.

En esa unión público-privada que proyectan, Mingorance recalcó que el Estado no solo pondrá las tierras –que, recalcó, son y serán fiscales–, sino todas las inversiones millonarias que realizó a través de los años: el espejo de agua, las rutas y el túnel que une la localidad con Cacheuta. Los privados, explicó, deberán invertir en los proyectos y pagar por las concesiones que se les otorguen.

“El Estado no tan solo tiene las tierras, que son fiscales y lo van a seguir siendo, sino toda la inversión que ya realizó. Y todo lo que inviertan (los privados), en algún momento va a pasar a ser patrimonio de la Provincia”, fueron sus palabras.

Mingorance también confirmó que dejaron de lado un proyecto que se realizó en la gestión del exgobernador Francisco Pérez para el cual se llamó a un concurso. Explicó que, entre otros aspectos, se proyectó un centro para deportistas de alto rendimiento, pero el Gobierno actual considera que sería otro “elefante blanco”, en alusión al estadio que se construyó en el Parque.

Pese a descartar esa iniciativa, el funcionario explicó que aprovecharán toda la documentación y los estudios existentes para no pagar de nuevo por ellos. Estos son: algunos aspectos de los proyectados en ese concurso, informes sobre gestión de riesgos (aluvión, viento zonda, etc.), de los recursos naturales, código urbanístico de la Villa Potrerillos y otro de la zona del perilago y zonificación de perilago, es decir, los criterios urbanísticos generales.

Mingorance destacó que en la zona también hay tierras de privados, que son los emprendimientos que se aprecian a simple vista desde el perilago. Dijo que esas construcciones están bajo la órbita de las comunas de Las Heras y Luján de Cuyo, y que ambas deben respetar las normativas en materia de Ordenamiento Territorial.

El perilago hoy

Desde que se inauguró el embalse, en 2001, y especialmente luego de la construcción del camino que circunda el perilago, muchas personas visitan el lugar los fines de semana para disfrutar del paisaje, pero lo cierto es que no existen demasiadas regulaciones.

Mingorance explicó que actualmente en la zona tienen presencia el Ministerio de Seguridad y la Dirección de Recursos Naturales, que tiene el control sobre el espejo de agua. Además, cuentan con permisos precarios la Asociación de Windsurf y la de Kitesurf.

En la zona también está el campig de ACA, que tiene una concesión que está vencida y que no se renovará hasta analizar cómo avanza el nuevo proyecto. En el lugar también se encuentra el Hotel Potrerillos, que permaneció cerrado durante años y fue concesionado a un privado durante la actual gestión.