El femicidio de Chiara Páez sacudió al país en 2015 y motorizó la organización colectiva al grito de "Ni Una Menos". Se convirtió en social un reclamo que, hasta entonces, solo habían encabezado los feminismos. Este 3 de junio volvió a movilizar a todo el país y las calles de Mendoza también se poblaron por miles de personas que exigen el fin de los femicidios y de todas las violencias de género.

1. Ni un femicidio más

El reclamo principal es el fin de los femicidios, la consecuencia más extrema de la violencia de género

2. Fue lesbicidio

Una intervención artística encabezó una columna para denunciar los crímenes de odio y reclamar por el triple lesbicidio de Barracas

3. Las violencias a veces son invisibles

La juventud hace bandera de los reclamos contra la violencia machista: no a los femicidios, no al acoso callejero

4. Una multitud

Miles de personas marcharon desde la tarde hasta la noche junto a familiares de sobrevivientes, organizaciones sociales, políticas, feministas, sindicales

5. Abajo el DNU

Distintos carteles denuncian el DNU del presidente, que recorta el presupuesto en políticas y programas destinados a prevenir y erradicar la desigualdad de género

6. El grito de las que ya no están

La potencia de las manifestaciones es la masividad, pero los megáfonos ayudan a levantar la voz del reclamo colectivo

7. Feminismos populares

Las organizaciones territoriales reclaman el acceso a derechos básicos en los barrios: "La urgencia es el hambre".

8. Libertad no es libertad de mercado

Las discusiones coyunturales se trenzan en la marcha de Ni Una Menos. La defensa de la libertad en oposición a las leyes de mercado

9. La fuerza de la lucha

La violencia machista puede inmovilizar, pero es posible convertir el miedo en fuerza para salir de esa situación. 

10. El reclamo incansable

Bajo el grito de "Ni Una Menos" se alzan las voces contra todos los tipos de violencia de género, a veces explícitas, a veces implícitas