¿Pos lo qué? ¡Poslodocosmo!

Lorena Puebla y Alejandro Frías, los mismos que sacaron punta a sus lápices e hicieron Serendipia, se han propuesto volver a la carga con Poslodocosmo. Esta revista digital contiene novedades discográficas y editoriales. Pasen y lean.

¿Pos lo qué?  ¡Poslodocosmo!

Lorena Puebla y Alejandro Frías

Cultura

Unidiversidad

Natalia Bulacio

Publicado el 16 DE ABRIL DE 2013

Poslodocosmo promete. Y como proyecto cultural que nace por estos días, es realizado con el esfuerzo del bolsillo de los periodistas y con otro aporte proveniente de la esfera de la publicidad.

“Nos hemos acostumbrado tal vez a ofrecer publicaciones, y hacía un tiempo que no publicábamos nada, así que ya era hora de que volviéramos con algo para entregar. En cuanto al momento, el lanzamiento se postergó dos veces antes por distintas razones. De hecho, el proyecto inicial era publicar en papel, pero no es tan sencillo cuando se trata de un proyecto independiente, así que al final, decidimos no postergarlo más y salir en formato digital, aunque el deseo del papel sigue en pie”, sostiene el escritor y periodista Alejandro Frías para enmarcar los porqués que fundamentan este lanzamiento.

¿En qué consiste Poslodocosmo
Básicamente, es una publicación quincenal en la que se comentan libros y discos, con el acento puesto en las producciones locales. En la medida en que sea posible, la tapa y la nota central serán de un escritor, músico o banda mendocina, pero claro que esto no es restrictivo: si un mes que no hay mucha producción local destacada, irá un título de otros pagos.

“La idea en general es poder comentar libros y discos para acercar a la gente otra voz sobre lo que surge, porque en los medios hay poco espacio para esto. Ojo, no quiere decir que no haya, lo que decimos es que hay poco espacio, entonces se nos ocurrió esto de una publicación exclusivamente dedicada a comentar. Eso lleva un trabajo fuerte de lectura y escucha, porque no comentamos ningún libro sin haberlo leído ni ningún disco sin haberlo escuchado. Después llega eso de sentarse a escribir, con lo que no buscamos hacer crítica, no es una revista de crítica literaria ni musical, sólo comentamos y damos a conocer buenos libros y discos, porque hacer crítica llevaría a que estuviese dirigida a un público especializado, y no es esa la idea. Por el contrario, queremos poner al alcance de la gente eso tan bonito que es que alguien te diga ‘Che, leete este libro o escuchá este disco que está buenísimo porque…’. Queremos estar en esos dos espacios, el de recomendar y el de explicar por qué lo recomendamos.


¿Cómo analizan el panorama local en materia de productos culturales editoriales y discográficos?
Mendoza siempre vive buenos momentos en este sentido. Fijate que, salvo la época más frívola del menemismo, siempre hubo buenas publicaciones. En este momento tenemos muy buenos músicos, algunos ya consagrados y otros en camino de serlo, y escritores ante los cuales uno puede sacarse el sombrero.

Por supuesto que siempre aparece la dificultad del soporte en el cual poner el trabajo literario o musical, pero las nuevas tecnologías ofrecen alternativas más económicas que están al alcance de la mayoría. Ahora, lo que sigue faltando es compromiso, tanto privado como estatal. No hay muchos capitales privados que se animen a publicar un libro, una novela, por ejemplo, de autor local, y lo mismo pasa con la música, por lo que el músico o el escritor deben hacer un esfuerzo doble para publicar, es decir, crear y financiarse. En cuanto a la participación del Estado, bueno, conocen nuestra opinión. Nosotros, tanto con la revista Serendipia como con los libros, no participamos en la Feria del Libro provincial, porque no nos gusta cómo se trata a los escritores desde el Estado.

Para colmo, hay una ley de financiamiento de publicaciones cajoneada, que ningún gobierno se ha animado a poner en práctica. Desde los municipios no suele haber mucha plata para publicar, por lo que de vez en cuando se animan a financiar un libro, por lo general antologías. Hay experiencias muy buenas, como la de Junín, con el concurso que creó ese enorme y generoso escritor que fue Eduardo Gregorio, o algunos otros concursos, como el que alguna vez organizó Las Heras, pero no mucho más. En cuanto al Estado provincial, desde hace años hay una política de desintegración de Ediciones Culturales, que pasó de ser una estructura con personal a esto que tenemos ahora: una sola persona a cargo de un área que no hace más que publicar los libros ganadores del Vendimia y, si se tiene suerte, alguno que otro más, amén de que cada vez se orienta más al amiguismo, porque es hacia adonde se encamina. 


¿Cómo vislumbran el futuro de esta publicación?

Aspiramos a que se convierta en un espacio de referencia. Que se pueda recurrir a la revista para encontrar una recomendación, no solo a la de esa quincena, sino al archivo. Es decir, que sirva de referencia, que la gente confíe en que le podemos recomendar un buen libro o un buen disco.

¿Cuánto hay de cada uno de ustedes en este proyecto?
Mucho, muchísimo. Uno se pone en juego desde varios puntos. De movida, cuando le estás diciendo a alguien que escuche a determinado cantante, ya te estás poniendo en juego, porque si el otro escucha el disco y no le gusta, ya le vas a caer pesado. Entonces hay que poner todo en juego, sin contar con que se está apostando a un trabajo que se prolonga en el tiempo. En nuestro caso particular, que estas publicaciones son de tipo familiar, imaginate que es la casa la que se compromete. Hay mucho de nosotros en esto, es como otro hijo, y tenemos que acompañarlo hasta que crezca.

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