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21 DE NOVIEMBRE DE 2024
El dolor de espalda acompaña a la historia del hombre. Generalmente es un padecimiento benigno que, debido a su elevada frecuencia y tendencia a la cronicidad, tiene enorme repercusión social y económica.
Foto. Web
Cristina Estrella de Maccari para N U Gráfica.
Publicado el 21 DE FEBRERO DE 2013
Los seres humanos tenemos un esqueleto que nos diferencia de nuestros parientes primates más próximos –el gorila, el chimpancé y el orangután–. Esta diferenciación comenzó hace más de cuatro millones de años. El caminar erguidos se transformó en una ventaja evolutiva, ya que la liberación de las manos permitió recolectar alimentos más eficientemente y llevarles la comida a las hembras para que estas dispusieran de más tiempo para crianza y protección de las crías.
¿Qué ventajas nos proporcionó el adoptar la postura
erecta? En
general, se considera que fueron muchas: cambió la ubicación de las
cuerdas vocales, con lo que desarrollamos la capacidad de hablar; se liberaron los brazos para llevar a cabo el manejo de armas y de herramientas; mejoró
la visión a larga distancia; se logró mayor resistencia para recorrer grandes distancias, aventajando a animales con locomoción
a cuatro patas, entre otras virtudes.
Sin embargo, desde que los humanos tuvimos el valor de adoptar la posición erecta y se incrementó el tamaño de nuestros cerebros, hemos sufrido dolor en la parte posterior del tronco, desde el occipucio al sacro. Es decir, hace varios millones de años que ¡padecemos dolor de espalda! ¿Por qué sucede esto? Perdimos la ventaja estructural de caminar con las cuatro extremidades, tenemos que sostener el peso de nuestro gran cerebro con la región superior de la columna vertebral y todo el peso del cuerpo con la región inferior de la misma. Tanto es así, que en la actualidad, ocho de cada 10 personas han padecido dolor de espalda en algún momento de sus vidas y de todos estos dolores, el porcentaje más importante (un 70 por ciento) corresponde a la zona lumbar (región inferior). Le sigue en frecuencia el dolor cervical, por ser esta zona la de mayor rango de movimiento (región superior) y en menor grado, la columna dorsal.
¿Cuáles son las principales causas del dolor de espalda?
• Mal estado físico general
• Mala alimentación
• Obesidad• Osteopenia y osteoporosis
• Malas posturas
• Cifótica (incremento de la curvatura dorsal)
• Lordótica (incremento de la curvatura lumbar)
• Falta de ejercicios, sedentarismo
• Debilidad y/o acortamiento de los músculos involucrados en la postura
• Malos hábitos de trabajo y/o de estudio. .
• Movilizar pesos sin los cuidados pertinentes
• Mantenerse muchas horas en posiciones inadecuadas, sentada o de pie, con poca o nula movilización de los grandes grupos musculares
• Mobiliario inadecuado
• Uso de computadoras por períodos prolongados sin pausas de recuperación
• Exposición a la vibración producida por vehículos o maquinarias industriales
• Mal dormir
• Insomnio
• Estrés (factores emocionales y sociales)
• Posiciones inadecuadas para dormir
• Traumatismos
• Esfuerzos bruscos (trabajar en el
jardín, levantar pesos, o realizar cualquier otro ejercicio con cargas,
técnicas o intensidad inadecuada)
• Ciertos deportes (esquí, automovilismo, alto impacto, etcétera)
• Tabaquismo (los fumadores son más propensos a sufrir dolores de espalda ya
que la nicotina disminuye el flujo de sangre a las vértebras).
• Otras patologías como artrosis, artritis, tumores, infecciones renales etc.
¿Cómo prevenir el dolor de espalda?
La infancia es el período óptimo para comenzar la prevención de los trastornos de columna tanto en el ámbito familiar y escolar.
En la escuela: proporcionar al niño contenidos relacionados con la salud, que pueden trabajarse transversalmente desde todas las áreas de conocimiento, conjuntamente con las clases de Educación Física. Proveer pupitres y sillas adecuados.
En la familia: favorecer la práctica de ejercicio físico y deportes no competitivos. Consultar frecuentemente con especialistas sobre la postura del niño. Estimular una alimentación adecuada.
Todas las edades
1. Mantenga la alineación de las tres curvaturas naturales de la espalda.
2. Evite tensiones innecesarias en su espalda. (el mouse de su PC, altura inadecuada del monitor, pesos extras en el plan de ejercicios físicos, estrés al conducir, etcétera).
3. Controle su peso.
4. Flexione las rodillas cuando se agache y/o levante un objeto, aunque sea liviano.
5. Sostenga los objetos lo más cerca posible del cuerpo.
6. Duerma de espalda o de costado sobre un colchón firme.
7. Al estar parado/a o sentado/a por períodos prolongados, ponga un pie sobre una caja o un taburete.
8. No adopte una posición laxa cuando está sentado/a o conduciendo.
9. Consulte a su traumatólogo lo más pronto posible cuando tenga cualquier molestia en su espalda.
10. Consérvese físicamente apto/a y haga ejercicios regularmente.
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