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No tienen incidencia negativa en nuestro metabolismo porque, al no tener trazas sintéticas, se asimilan mejor. Además, tienen más nutrientes gracias al uso de fertilizantes naturales, con más presencia de vitaminas, minerales y antioxidantes, y una mayor calidad en los hidratos de carbono y proteínas, en el caso de la carne.
La oferta de alimentos orgánicos y saludables es inmensa. Foto: Todo Salud Mendoza
Fuentes: Agricultura Ecológica, Econoticias.com, Universia.es
Publicado el 15 DE JUNIO DE 2017
Sí. Ingerir alimentos orgánicos, o también llamados ecoalimentos, es un gran negocio. Si bien todos saben que genera beneficios en la salud, según el artículo del portal de Agrocultura Ecológica, las ventajas son para el ecosistema e, incluso –y lejos de los prejuicios sociales– para el bolsillo de quien consumo este tipo de productos.
En los últimos años, los productos ecológicos (también llamados orgánicos, eco o bío) han experimentado un enorme crecimiento en nuestro país. Han pasado de ser considerados un producto gourmet, caro y exclusivo de tiendas especializadas a ser habituales en la cesta de la compra, con una gran variedad de referencias, a un precio asequible y fáciles de encontrar en todo tipo de tiendas y grandes superficies. No es una moda más o menos efímera. La demanda es cada día mayor, porque también es mayor la conciencia de la sociedad y la certeza de que estos productos son más saludables para el ser humano, e igualmente beneficiosos para los animales y el medio ambiente. Afortunadamente, también son cada día más las marcas que comparten esta filosofía ecológica. Algunas, como Vrai, lo hacen desde hace décadas.
Pero, ¿qué son exactamente los alimentos ecológicos? Aquellos alimentos ciento por ciento naturales que se obtienen sin utilizar productos químicos en todas las etapas: desde el crecimiento (de vegetales y animales) y la producción hasta la distribución. Estos procesos orgánicos son absolutamente respetuosos con la naturaleza y con las personas, y, en consecuencia, aportan una gran cantidad de beneficios.
1. Por salud: no utilizan conservantes ni colorantes; tampoco antibióticos, fertilizantes químicos o pesticidas. Aunque estos últimos previenen enfermedades y plagas, pueden ser susceptibles de dejar restos de residuos tóxicos perjudiciales para nuestra salud; de hecho, muchos especialistas los consideran causa de algunas enfermedades, como dolores de cabeza, problemas cardíacos, asma, alergias, osteoporosis y hasta hiperactividad o cáncer. Por el contrario, los alimentos ecológicos no tienen incidencia negativa en nuestro metabolismo porque, al no tener trazas sintéticas, se asimilan mejor. Además, tienen más nutrientes gracias al uso de fertilizantes naturales, con más presencia de vitaminas, minerales y antioxidantes, y una mayor calidad en los hidratos de carbono y proteínas, en el caso de la carne.
2. Por su gran cantidad de beneficios: son productos de temporada; esto es, productos que se dan naturalmente en cada estación y que, por tanto, no necesitan aditivos para su conservación posterior. Además, son más ricos en nutrientes. Por otro lado, la legislación sobre productos ecológicos impide el uso de antibióticos en el tratamiento de los animales, lo que evita consecuencias negativas en el consumidor. Los veterinarios encargados de su cuidado y tratamiento lo realizan con métodos que previenen enfermedades, al tiempo que evitan también los tranquilizantes y las hormonas.
3. Porque son respetuosos con el medio ambiente: cuidar el planeta y conseguir un consumo sostenible son dos de los grandes objetivos de estos productos. Reducir la contaminación del agua y el aire supone evitar riesgos para nuestra salud y un compromiso con el futuro, luchar contra el efecto invernadero y lograr una mayor eficiencia energética con el uso de fuentes renovables. Además, la agricultura ecológica fertiliza la tierra y frena la desertificación; favorece la retención del agua y no contamina los acuíferos; fomenta la biodiversidad; respeta los ciclos naturales de los cultivos; favorece la biodiversidad y el equilibrio ecológico; potencia la fertilidad natural de los suelos y la capacidad productiva del sistema agrario; recicla los nutrientes al incorporarlos de nuevo al suelo como abonos orgánicos y utiliza de forma óptima los recursos naturales.
4. Porque cuidan la ganadería: está comprobado que la cría y alimentación de los animales con alimentos ecológicos es más saludable para ellos. A diferencia de otros sistemas de producción, en los que los animales están encerrados y prácticamente hacinados con el único fin de ser “rentables”, la ganadería ecológica les permite vivir en condiciones de mayor libertad para que tengan un desarrollo normal y gocen de una mejor salud. Esto repercute en el resultado final y, al no utilizar hormonas ni métodos de inseminación artificial, también ayuda a conservar las especies locales, las más aptas para esa zona.
5. Porque tienen máximos niveles de calidad: desde la selección de la materia prima hasta que realizamos la compra, las empresas oficiales de control garantizan que la totalidad de los procesos cumplan con todos los estándares de calidad, que son más numerosos y más exigentes que en otros productos alimenticios. De esta manera, nos permite saber que los productos ecológicos son completamente fiables a la hora de consumirlos. Por otro lado, los propios procesos permiten mantener la pureza de todos los ingredientes, y eso se nota en su sabor.
6. Porque no son transgénicos: los organismos genéticamente modificados o transgénicos no se aceptan en los estándares de la agricultura ecológica. Aún queda camino por recorrer en el conocimiento de la relación a largo plazo entre su consumo, la seguridad de su uso y sus consecuencias para nuestro planeta y nuestra salud.
7. Porque son ecológicos de verdad: para que un alimento sea ecológico, al menos el 95 % de sus ingredientes debe provenir de la producción ecológica y el resto debe justificarse. Además de pasar por rigurosos controles, debe contar con certificados oficiales en todas sus prácticas, regulados por la Unión Europea. Los Consejos Reguladores de las diversas comunidades se encargan de vigilar que los productos que se venden con etiqueta ecológica lo sean de verdad. Estas etiquetas garantizan que un producto ha sido elaborado siguiendo las prácticas apropiadas y son un aval de la calidad ambiental de los productos ecológicos.
7. Porque hay muchos muy económicos: se dice que comprar productos orgánicos suele ser más costoso que la alimentación tradicional. Sin embargo, en el último tiempo, muchas publicaciones han intentado desterrar esa afirmación. Por ejemplo, el arroz integral, huevos, zanahorias, manzanas, nueces, aceite de oliva y cebollas son algunos de los alimentos más accesibles y la base de exquisitas recetas.
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