Por qué en Mendoza no avanzan los proyectos para prohibir la tracción a sangre
Por la crisis económica, hay más carretelas en las calles. La situación encierra múltiples problemáticas, que van desde falta de oportunidades para las familias hasta la ausencia de normativas que protejan del maltrato a los caballos. El ejemplo de Godoy Cruz.
Maltrato animal: por qué en Mendoza no avanza los proyectos para prohibir la tracción a sangre
La dura situación que afronta la Argentina –y a la que Mendoza no es ajena– ha resucitado viejos actores de la economía informal: los carreteleros de tracción animal o a sangre (TAS), que han copado aún más las calles de algunos departamentos de la provincia. Se trata de un trabajo necesario para ellos, un medio de subsistencia en este contexto, pero que encierra múltiples problemáticas que se suman a las fallas estructurales del país: falta de políticas públicas que ofrezcan soluciones viables para que estas familias no tengan que usar caballos en sus labores y leyes que protejan a estos animales.
De hecho, un informe de Unicef sostiene que, en las urbes de la Argentina, la tracción animal es una modalidad de transporte asociada a los sectores más vulnerables y la segunda causa de trabajo infantil, con más de 57.000 niños, niñas y adolescentes que circulan en torno a esta actividad. Suman 250.000 las familias que hacen uso de caballos como medio de transporte en las ciudades de nuestro país. Más de 70.000 equinos padecen cada día trabajos forzados en condiciones inadmisibles de maltrato y son despojados de la posibilidad de una vida acorde a su naturaleza.
El mismo informe sostiene que, aunque existe la Ley Nacional 14346, que establece penas de hasta un año para quien maltrate o haga “víctimas de actos de crueldad” a los animales, los caballos destinados a tareas de acarreo no están incluidos en estas sanciones y se hace todo lo contrario a lo que la ley promueve. Por otro lado, Mendoza no logra sacar una norma provincial que ponga fin a la tracción a sangre en centros urbanos y suburbanos.
Organizaciones defensoras de los derechos animales piden prohibir la tracción a sangre. Foto: Asociación Pempa
En este contexto, Oscar Mellado, abogado ambientalista, puso sobre el tapete una serie de problemáticas conjuntas que deja a la vista este tipo de trabajo: “La tracción a sangre involucra varias partes: el caballo, el carretelero y los ciudadanos. Todos deben tener garantizados los derechos como parte de la sociedad, ninguno es menos que el otro”, resaltó en diálogo con Unidiversidad.
“Hoy y siempre, los carreteleros han estado y están al margen del sistema. No juzgo eso, sino el control del gobierno sobre estos animales. Circulan como si nada, sin documentación que manifieste la salud del equino, ni las condiciones del carro y demás. Nadie está dispuesto a pagar el costo que implica prohibirlos. Nadie vela por el maltrato animal”, afirmó.
Pero ¿cuál es la razón por la cual en Mendoza no logra salir una ley que prohíba definitivamente la tracción a sangre? ¿Qué es lo que existe detrás de la resistencia a aprobar esta ley? De ser aprobada, ¿qué ayuda recibirían los carreteleros? Para los especialistas, existe solo la desidia de quienes gobiernan.
“El caballo ha sido vital para la evolución del hombre y lo ha acompañado incondicionalmente en el desarrollo de su vida y su entorno, pero eso debería ser parte del pasado, ya que, para todo lo que el ser humano lo utilizó hasta el día de hoy, se han desarrollado alternativas que realizan la misma labor sin tener que explotar a un animal. Hubo, en su tiempo, algún interés de varios municipios, el canje por motocargas, pero eso se perdió. Por eso, junto al diputado Emmanuel Fugazzotto, hemos presentado una iniciativa legislativa para prohibir la TAS. La idea es avanzar para que sea una prohibición de esta tracción y, en un tiempo, que nos permita generar la sustitución de los carros por motos, como se hizo en algún momento”, detalló el abogado.
Un informe de Unicef sostiene que la tracción animal en las urbes es una modalidad de transporte asociada a los sectores más vulnerables. Foto: Unicef
Para Mellado, contar con una ley provincial solucionaría un problema que abarca mucho más que la protección a los caballos, que continúan cayendo exhaustos ante la mirada de la sociedad, la incredulidad de los políticos y una policía que cuenta con pocas herramientas para terminar con este flagelo.
“Por ahí he escuchado que no debemos criminalizar la pobreza, pero siempre es más fácil sumarse a este relato”, cuestionó el abogado. “Quienes se empeñan en defender el argumento de que este es un modo válido de ganarse el sustento deberían contemplar todo lo que se oculta detrás de esta actividad y las nefastas consecuencias que tiene para quienes conducen los carros. Como primera medida, se los condena a condiciones de subvivencia. Segundo, se les roba el presente y se los condena a un futuro en condiciones de vulnerabilidad”, explicó el abogado, que sumó la falta de control sanitario, seguridad y regulación.
En tanto, para Noelia Poroyán, perteneciente a la Dirección de Educación y Gestión de Empleo de Godoy Cruz, Mendoza no logra legislar a favor de una ley provincial que ponga fin a la tracción a sangre en centros urbanos y suburbanos porque se necesita una partida presupuestaria importante.
“Si bien Godoy Cruz ha sido pionero en la prohibición de la tracción a sangre, de querer cambiar la mentalidad y realidad de las familias, como de darles un mayor bienestar a los equinos y cambiar la situación del medio ambiente con el reciclado, se necesita de un presupuesto importante a invertir. No solo se invierte en la compra de la motocarga, sino en el traslado de equinos a santuarios en otras provincias, como a Córdoba, para que tengan una mejor vida; en la capacitación del personal de control, ganadería y demás. Todo esto es una inversión y decisión política importante de un programa transversal que involucra a direcciones, delegaciones y municipios”, remarcó.
"Todo ser sintiente debe tener garantizados los derechos como parte de la sociedad", dijo Oscar Mellado, abogado ambientalista. Foto: Asociación Pempa
El importante trabajo de las organizaciones
La contrapartida de este oscuro problema con la tracción a sangre son las organizaciones que trabajan incansablemente en el rescate de la mayor cantidad posible de animales. La Asociación Pempa es hoy la organización más reconocida por su labor con los caballos. Con más de ocho años en la actividad de recuperar caballos maltratados y lograr que vuelvan a confiar en el ser humano, es la primera y única protectora equina dedicada a terminar con el maltrato de estos animales en Mendoza.
“La tracción animal en Mendoza es hoy una situación muy complicada. A eso debemos sumarle la lamentable situación económica que se vive y que ha generado que muchas familias tengan que trabajar con estos animales. Hoy se ven más por las calles y encontrás de todo: desde algunos muy bien cuidados hasta caballos en muy mal estado. Por eso, desde la asociación, intentamos dialogar con los propietarios e incluso les damos alimento y asistimos a los equinos, pero solo podemos hacer eso. Da lástima. Creo que una ley provincial, no sé si sería la solución, porque tenemos una nacional y poco se hace, sería un primer paso para que se controlara la tracción a sangre, siempre, claro está, con la ayuda del gobierno, como se hizo en algún momento”, explicó Jerónimo Allende, director de Pempa.
Actualmente, la asociación cuenta con 35 animales a cargo en el predio ubicado en Rusell, Maipú. Allí reciben los cuidados intensivos al llegar y los tratamientos que indiquen los veterinarios. Se los alimenta de manera adecuada, se les brinda un espacio donde estén cómodos y, por supuesto, se les brinda mucho amor y atención. Todo el trabajo de Pempa es posible gracias a la colaboración de voluntarios y voluntarias. El predio, donado hace dos años y seis meses por el Municipio de Maipú, está equipado con lo necesario para acompañar a estos animales en su proceso de rehabilitación.
“Nuestro objetivo es recuperar a estos caballos y lograr que vuelvan a confiar en el ser humano. La gran mayoría de ellos ha sufrido duros maltratos o ha sido abandonado por personas que los usan como medio de transporte para carretas o, en algunos casos, hasta son faenados. Al conocer la situación de cada uno de ellos, se monta un operativo de rescate y son trasladados al predio de la asociación, donde tendrán una rehabilitación a cargo de profesionales y voluntarios”, remarcó Jerónimo.
"Hoy se ven más por las calles y encontrás de todo: desde algunos muy bien cuidados hasta caballos en muy mal estado", dijo Jerónimo Allende, director de Pempa. Foto: Diario Los Andes
Pese a todo el gran esfuerzo de quienes integran Pempa, no se puede pasar por alto la grave problemática que hay detrás de estos caballos, que precisa un profundo análisis. “Muchos de los equinos que son recuperados pertenecen a familias que los usan como medio de transporte para poder llevar ingresos a su hogar. Por la falta de recursos económicos, los animales no pueden recibir los cuidados necesarios, por eso llegan a preocupantes estados de abandono y maltrato. La idea aquí, en Pempa, siempre es poder asistirlos. Entendemos la situación de esta familias, pero muchas veces, viendo en el estado en que encontramos a los caballos, sería bueno tener una ley que los protegiera”, argumentó Allende.
“Es el gobierno el que debe proporcionar a estas personas un medio de transporte que no sea tracción a sangre. Hasta el momento, solo algunos departamentos mendocinos lo han realizado. La idea del proyecto de ley, además de erradicar la tracción a sangre, es que se retome el plan canje de entregar a este ser sintiente por un carro”, dijo Mellado, que, además, advirtió sobre “las mafias” que están detrás.
María de los Ángeles Rivero (50) es otra alma que durante 15 años trabajó como veterinaria ganadera en algunos puestos de Lavalle. La oriunda de Guaymallén relató que trabajó muchos años en asistencialismo con carreteleros y sus caballos, a los que desparasitaba y curaba.
“Conocí algunos que tenían a los caballos impecables, pero no eran la mayoría. Recibíamos casos complejos. El 2001 fue el peor año. Levantábamos caballos caídos, algo que, cuando empezamos, nadie se animaba a hacer. Con el tiempo, comenzás a entender que se necesita algo o alguien que hable por estos animales, por eso la tracción a sangre debería ser prohibida en Mendoza”, dijo.
“No solo hablamos del animal en cuestión, sino que hay un trasfondo de cosas en esta metodología –continuó–. Trabajo infantil, derechos del animal, entre otras. Para ser exacta, los municipios de Guaymallén y Las Heras son los dos departamentos que más tracción a sangre y maltrato animal tienen. Sería un sueño que, de una vez por todas, se tomen las decisiones políticas justas para los carreteleros, pero también, de una vez por todas, para los animales. Eso sí, que sea progresivo, como lo hicieron algunos municipios con las motocargas”, detalló la veterinaria.
“Conocí algunos que tenían a los caballos impecables, pero no eran la mayoría. Recibíamos casos complejos. El 2001 fue el peor año", dijo la veterinaria ganadera María de los Ángeles Rivero. Foto: Infobae
Faena clandestina en Mendoza: otra situación difícil de controlar
En Argentina, comer carne de caballo no es tradición, ya que es un animal considerado un noble compañero y no una fuente de alimento. Sin embargo, es uno de los principales países exportadores del mundo de este producto que genera millones de dólares por año. En Mendoza se faena, comercializa y traslada a frigoríficos de Córdoba y La Pampa.
Hoy, la faena de caballos se convirtió en un gran negocio en Argentina, donde genera entre 50 y 100 millones de dólares al año. Si bien es ilegal en la provincia, el Gobierno nacional de alguna manera lo fomenta, ya que la exportación de carne equina está regulada hace años.
En 2018, a través de la Resolución 893, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) reglamentó el procedimiento definitivo para la remisión de équidos a faena, previsto en la Ley 24525 de 1995, que declaró de interés nacional “la promoción, fomento y desarrollo de la producción, comercialización e industrialización de ganado, carne equina, productos y subproductos”.
Al respecto, el comisario Carlos Siri, jefe de Policía Rural de Mendoza, afirmó a este medio que la carne de equino se comercializa ilegalmente, ya que se vende como carne molida, milanesas y bolsones que suelen comprarse por internet a precios muy económicos. Además, el inspector explicó que, cuando un caballo es denunciado como robado, la Policía Rural lo busca y, en la mayoría de los casos, lo encuentra, pero cuando esto no ocurre, es porque el animal ingresó al circuito de faenamiento.
Desde Pempa entienden que los destinos son Córdoba y el Sur argentino, donde hay frigoríficos encargados de exportarlos. Además, informaron que existen lugares de la provincia donde se faena clandestinamente a estos animales.
“En este tiempo, si bien no hemos recibido ninguna denuncia de faena clandestina, es una situación que se repite a diario en la provincia. Nosotros lo vivimos hace tiempo con el rescate de caballos de una faena ilegal en San Rafael. Por otro lado, aunque la comercialización de carne de caballo dentro del territorio provincial está prohibida, no así la exportación. Si bien hay una ley nacional, la 14346, aquí no se cumple. Me parece excelente que la provincia pueda tener una ley propia”, selló Allende.
Asimismo, existe el robo de caballos, que aumenta en las fiestas de fin de año o en época de Vendimia, pero Mellado explicó que no siempre el destino de esos equinos es el faenamiento. "También los sustraen para hacerlos trabajar, y muchas veces en malas condiciones. Los que se faenan no son los caballos débiles o maltratados, sino los grandes, gordos y en buen estado, porque se pagan por peso", afirmó el abogado, y señaló que la razón por la que se da la paradoja de que sea ilegal la faena en el país y se permita y fomente su exportación es el dinero. "Es una actividad muy rentable económicamente, es difícil que se deje de hacer porque genera mucho dinero”, lamentó.
El departamento de Godoy Cruz fue el primer municipio en implementar una legislación contra la tracción a sangre. Foto: Municipalidad de Godoy Cruz
Godoy Cruz, pionero en poner pone límite a la tracción a sangre
El año 2016 fue la fecha límite que dispuso el departamento de Godoy Cruz a todas las personas que usaran este tipo de movilidad para sustituirla por vehículos a motor. De hecho, según la comuna, fueron erradicadas más de 130 carretelas a tracción animal.
“En su momento, el proyecto conllevó el acompañamiento de todos los vecinos, más todo el personal de Policía Ambiental y Policía de Tránsito de Godoy Cruz, que fue capacitado acerca del 'Protocolo de actuación en la vía pública respecto de la tracción a sangre' para comenzar con el emplazamiento de todo carro tirado por equinos que circulara en Godoy Cruz y que infringiera la normativa”, dijo Noelia Poroyán, perteneciente a la Dirección de Educación y Gestión de Empleo de Godoy Cruz.
Según la funcionaria, la legislación obligaba a todo vehículo de tracción animal a inscribirse en el Registro Único de Recuperadores Urbanos.
“La tramitación duró casi dos años. Comenzó en 2016 y finalizó en 2018. Gracias a esta normativa, Godoy Cruz es una zona libre de carretas. Hoy, está prohibido transitar con ellas. Quienes vengan de otros departamentos al nuestro serán detenidos por la Policía Ambiental y la Policía de Tránsito de Godoy Cruz. Los mismos procederán al secuestro del animal y del carro. El animal será revisado por los veterinarios de la comuna, y la carreta, destruida. En cuanto al propietario, de ser aprehendido por reiteración, será multado, deberá estar al día con los papeles del animal y pagar en el área de Ganadería del municipio la estancia del equino. Además, dependiendo del estado del equino (vacunas, peso y salud), puede ser o no regresado a su propietario”, detalló.
En la actualidad, el Programa de Sustitución de los Vehículos de Tracción Animal está cerrado, ya que Godoy Cruz se considera una zona libre de tracción animal. “El programa ha evolucionado en el departamento: ya no hay carreteros, sino recuperadores urbanos a los que se les da la posibilidad de formar parte de cooperativas y plantas municipales”, señaló la funcionaria de Godoy Cruz.
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