Por qué el General San Martín debería estar en Mendoza
Una asociación civil que pugna por el laicismo presentó un proyecto que reaviva la polémica sobre las disímiles formas de entender la historia y el legado del General San Martín. En concreto, se propone que los restos mortuorios del Libertador sean trasladados desde la Catedral de Buenos Aires a un espacio público y laico de estas tierras, donde se organizó la gesta emancipadora de tres naciones latinoamericanas.
El abogado Marcelo Puertas es quien coordina la Asociación Civil 20 de Septiembre. La iniciativa de devolver los restos del General San Martín a estas tierras surge al calor de ese espacio dedicado a defender el laicismo y el libre pensamiento en el espacio público.
Desde esa concepción, sus miembros elaboraron el proyecto bajo el fundamento central de retirar los restos mortuorios de José de San Martín del mausoleo donde yacen desde 1880. La cripta fue montada a partir de la repatriación del cuerpo del militar desde Francia, que tuvo lugar ese año, en la explanada principal de la Catedral de Buenos Aires.
“La Catedral Metropolitana, en tanto institución perteneciente a un credo, es una entidad privada. La idea es reubicar el cuerpo en un monumento público y laico, donde toda la población tenga acceso a él y la posibilidad de honrar su memoria”, explicó Puertas a Edición UNCUYO.
Hacía algunos años que la asociación 20 de Septiembre ideaba la iniciativa, pero decidió darla a conocer en 2014 en el marco de la celebración del bicentenario de la gobernación de Cuyo por parte de San Martín. De esta manera, la letra ya llegó a las manos del gobernador Francisco Pérez, del fiscal de Estado subrogante Javier Fernández y de todas las fuerzas políticas con representación legislativa, para ser evaluada.
Puertas entiende que en un primer momento la propuesta puede sonar impactante, pero explica que el traslado se plantea sobre el sujeto social menos discutido dentro de la argentinidad: “De todos los prohombres, San Martín es el que más vinculado está a nuestra identidad nacional y sobre todo republicana”, argumenta.
¿Por qué Mendoza y no Corrientes, tierra natal del Libertador? ¿O la misma Buenos Aires, donde su esposa y compañera Remedios de Escalada descansa en el cementerio público de Recoleta?
Matías Lozada, un joven miembro de la 20 de Septiembre, señala dos elementos significativos que, en su interpretación, legitiman a nuestra provincia como depositaria de los restos del Libertador de América. En primer lugar, porque aquí se acunó la gesta: “El aporte de Mendoza a la creación del Ejército de Los Andes no se puede negar. Este fue el instrumento ideológico que utilizó San Martín para una parte importante de la liberación sudamericana”.
En este punto cabe señalar que el 90 por ciento de los recursos con que se concretó la proeza libertadora provino de Mendoza, sumado a ricos aportes de San Juan y San Luis, señalan los impulsores de la iniciativa, quienes explican además que “Capital Federal y Buenos Aires no solo no participaron, sino que además negaron todo el apoyo”.
Otro aspecto que los impulsores ponen de relieve es la contribución al federalismo que constituiría la posibilidad de mudar la tumba del General San Martín a Mendoza. “La argentinidad no se termina en la General Paz, hay que acabar con esa idea a través de medidas concretas”, señala Puertas.
A su vez, Mendoza es tierra donde históricamente convergen migraciones latinoamericanas provenientes especialmente de Chile, Perú y Bolivia, países íntimamente integrados a la gesta sanmartiniana. Por lo tanto, a nivel localista, la iniciativa también puede interpretarse como favorecedora de la formación cultural identitaria de los mendocinos.
El monumento participativo
De concretarse el traslado, la Asociación Cvil 20 de Septiembre programa que los restos del General deberían establecerse en un monumento de considerable envergadura, siempre y cuando sea en un espacio público y laico. Para los impulsores, lo ideal sería que se montara una estructura del tipo del Monumento a la Bandera de Rosario, en Santa Fe.
Una obra arquitectónica como esta se estima en los 50 millones de pesos, es por eso que se plantea además la posibilidad de que toda la comunidad participe a través de la apertura de concursos basados en la experiencia técnica, en los que se convoque a arquitectos, por ejemplo. Otra forma de que los mendocinos formen parte de la propuesta es debatiendo el sitio y la forma en la que deba levantarse el monumento que conservaría los restos del Padre de la Patria.
En concreto, se trata de una iniciativa de gran magnitud de la que los representantes de la 20 de Septiembre son conscientes. Es por ello que la proponen “sin apuros”, con el fin primario de que se debata y se consensúe, para luego llegar a instancias superiores, como la nacional. que la volverían mucho más viable. Otro aspecto participativo es sumar las opiniones de los cónsules de las naciones sanmartinianas respecto de la propuesta.
“Es necesario que Mendoza lo milite como una política de Estado. La idea es que se acuerde con la Nación y salga como una ley del Congreso. Hace más de cien años que la máxima figura de la `cosa pública´ yace en un lugar privado, esto debe debatirse”, exclama Puertas.
La propuesta no descarta la posibilidad de que el nuevo monumento fuere bendecido por algún representante de la Iglesia Católica, ritual típico de los actos protocolares de la provincia. “No nos oponemos a la religión, a lo que nos oponemos es a que los símbolos patrios sean una cuestión privativa de un sector”, remarcó el abogado.
“El plafón de nuestro planteo es el laicismo hecho como escuela. Es central que nos replanteemos la práctica de los tedeum en los actos patrióticos. ¿Qué pasa con los ateos, no somos patriotas?”, alega finalmente el impulsor de la iniciativa.
Otra mirada
Marcelo Calabria, autor de San Martín: Modelo de Líder Americano, fue consultado por Edición UNCUYO sobre la propuesta de la 20 de Septiembre. Desde el comienzo de la entrevista, el escritor se ocupó de dejar en claro que no es historiador, sino que es administrador de empresas. Su pronto interés por la trayectoria del Libertador de Los Andes lo llevó a investigar ampliamente su vida y sus aportes a la historia americana.
Desde ese lugar y como miembro de las asociaciones sanmartinianas, Calabria se opone al traslado de los restos mortuorios de San Martín: “Como mendocino, por supuesto que me encantaría. Para mí, José de San Martín fue más mendocino que de otro lugar, de hecho él siempre lo dijo. Pero el traslado constituiría una violación a su voluntad”, manifiesta el investigador. Lo expone con referencia a la cláusula cuarta del testamento del General San Martín, en cuyo documento legal quedó manifestada su voluntad de no recibir ningún tipo de funeral y el pedido explícito de que sus restos fueran conducidos directamente a un cementerio en el corazón de Buenos Aires.
Se trata de un aspecto que no fue pasado por alto por Marcelo Puertas al momento de crear el proyecto. En ese sentido, la letra de la iniciativa de la 20 de Septiembre argumenta que a esta altura de la historia, la opinión y el deseo del propio San Martín han quedado pequeños con respecto a la reivindicación de nacionalidad e identidad colectiva: “San Martín ha pasado a ser un símbolo colectivo más allá de su voluntad. Creemos que es la máxima significación en lo que hace a la argentinidad, en la balanza pesa mucho más su carácter de símbolo que su espíritu individual de residir sus restos en tal o cual lugar”, explica el abogado.
Contrario a esta postura, Calabria sostiene que el mausoleo de San Martín en la Catedral Metropolitana es una obra de arte propia del siglo XVIII, producto de una suscripción pública. Cuenta que desde 1876 hasta 1880 se realizó una colecta comunitaria, a través de la conformación de una comisión destinada a cubrir los gastos del traslado del Libertador desde Boulogne Sur Mer hasta Argentina. El Estado de ese entonces, comandado por Nicolás Avellaneda, no se hizo cargo de los montos de traslación. “Dudo que un nuevo cambio mantenga el estilo arquitectónico basado en esculturas de mármol francés, creado en aquella época con gran simbología, para conservar sus restos”, manifiesta el investigador.
José de San Martín falleció en Francia en 1850, pero recién en 1867 se promulgó la ley que promovió el traslado de su cuerpo. En este sentido, otra faceta que resalta Calabria de la repatriación de los restos del prócer es que hayan llegado al país en pleno contexto de ardua oposición sufrida por Avellaneda de parte de los nacionalistas Domingo Faustino Sarmiento y Bartolomé Mitre. Desde su visión, Calabria interpreta que el arribo de los restos mortuorios del Libertador en ese escenario sirvió para apaciguar el país.
“Los tres discursos centrales, desde que el cuerpo de San Martín llega al muelle de Buenos Aires, llamado 'Las Catalinas' en ese entonces, hasta que el catafalco llega frente a la catedral, son pronunciados por Avellaneda y sus enemigos políticos, Mitre y Sarmiento”, relata a modo de ilustración. Y agrega: “Es decir que los que se han estado tiroteando hasta el momento logran ponerse de acuerdo para recibir los restos de quien ellos mencionan como el verdadero Padre de la Patria”.
Como muchos historiadores, Marcelo Calabria sostiene que la verdadera justicia para el destino de paz de San Martín sería el de su entierro en el cementerio de la Recoleta junto al féretro de su esposa Remedios de Escalada.
Bajo esta mirada, el investigador acuerda con la iniciativa de la Asociación Civil 20 de Septiembre en que San Martín es el máximo referente de los argentinos, en especial de los mendocinos, y que su legado ha trascendido la esfera latinoamericana, convirtiéndose en un referente de la humanidad.
De acuerdo con Puertas sobre la necesidad de que los ciudadanos de nuestra provincia cuenten con un espacio público y laico para conmemorar la figura del Libertador, Calabria ofrece una contrapropuesta: montar en el flamante Memorial de la Bandera un cenotafio sencillo, acorde al estilo austero del General, donde se tallen placas que recorran la historia de su vida.
San Martín: líder humano
Las visiones de ambos investigadores también se contraponen en los modos en que cada uno prefiere honrar la memoria del Padre de la Patria. Calabria, en su reciente obra San Martin: Modelo de Líder Americano, se propuso rescatar el carácter heroico del referente bajo el argumento de que en la sociedad actual prevalece la necesidad del liderazgo.
“Sobre liderazgo hay pura bibliografía anglosajona, por eso hace un tiempo yo comencé con esto de proponer líderes autóctonos y rescatarlos con base en sus principios y valores".
A su vez, el titular de la Asociación Civil 20 de Septiembre plantea la importancia de terminar con exaltaciones propias como “el santo de la espada” y “el prócer”. “Esas son ideas impuestas por la Iglesia católica. Se trató de un hombre mejor que nosotros en todo caso, superior, un Libertador, pero que tuvo sus miserias como todos las tenemos. Me quedo siempre con la parte humana”, culminó.
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