Buscaremos, en nuestra gestión, garantizar el libre pensamiento, la expresión de ideas (de todas las extracciones ideológicas), como un constante ejercicio que honrará la historia y memoria de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Advertimos que, en este complejo contexto social, político y económico que atraviesa nuestro país, es fundamental sostener los derechos y garantías constitucionales de la educación pública, laica, gratuita y feminista, al trabajar sobre ejes que convoquen al intercambio y permitan la imaginación constructiva institucional. Consideramos que la educación superior es un bien público social, derecho humano universal y responsabilidad del Estado.

En ese sentido, nuestra razón de ser es garantizarle el acceso a ese derecho a un sujeto colectivo que hoy abarca desde jóvenes recién egresados de la secundaria hasta hombres y mujeres, madres y padres trabajadores, estudiantes en contextos de encierro y personas con discapacidad, cada uno de ellos con diversas trayectorias educativas. Sin ignorar sus puntos de partida, las diferencias y la multiplicidad de contextos culturales en los que habitan y construyen su identidad, entendemos que es necesario promover la emancipación en condiciones de justicia.

Por ello, seguiremos sosteniendo y fortaleciendo las carreras de grado, ciclos básicos, ciclos de complementación, tecnicaturas, posgrados, proyectos de extensión e investigación que se llevan a cabo en diversos territorios: Lavalle, San Carlos, San Rafael, La Paz, contextos de encierro, San Martín, Guaymallén, entre otros.

Retomaremos algunas de las directrices originarias para seguir impulsando la formación de los profesionales que imaginaron los fundadores, reforzando las carreras con menor matriculación y ofreciendo a nuestro medio los mejores recursos humanos para el análisis, la planificación y la gestión de la cosa pública. En ese sentido, el Programa de Políticas Públicas y Gestión de Gobierno es el inicio de ese camino, con propuestas como la Diplomatura y Tecnicatura de Gestión Pública.

Estoy convencida de que, en un mundo donde la tecnología no ha eliminado las inequidades y en el que la política no ha sabido resolver la exclusión, deberemos honrar a esta cuna de bravos varones y bravas mujeres que hace cien años, en aquella gesta latinoamericana de reforma universitaria, nos legaron el sentido de universidad pública, gratuita, laica y cogobernada como hoy la conocemos.

En esa misma dirección, exhorto a la clase dirigente para que pueda ser capaz de resolver los desafíos del presente sin costos sociales futuros y que promueva la cultura del encuentro para permitir la redefinición de rumbos colectivos que aseguren el crecimiento y bienestar. La educación y el conocimiento nos permiten prever consecuencias y minimizar el impacto no deseado de las políticas públicas. Quienes estén predispuestos a escuchar tendrán a disposición en nuestra casa a sus docentes e investigadores; científicos sociales interesados y comprometidos en servir a su comunidad.

Rumbo marcado

La UNCUYO emprende una nueva etapa en su viaje al futuro, una travesía que lleva como guía al espíritu reformista de 1918.