A través de un petitorio, médicos de clínicas privadas de Mendoza solicitaron no ser obligados a practicar aborto legal en caso de que el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo se convierta en ley en el Congreso. El gremio Ampros se metió en la discusión y encendió la polémica. 

Es que algunos profesionales de la salud pidieron que se cambie el proyecto. Puntualmente, piden modificar la parte que incluye la objeción de conciencia solo para el profesional, pero no para las clínicas ni hospitales públicos, que deberán garantizar ese procedimiento.

La iniciativa que tiene sanción inicial en Diputados señala que el o la profesional de la salud que deba intervenir en el aborto legal "tiene la obligación de garantizar el acceso a la práctica y no puede negarse a su realización". No obstante, hace una aclaración: cada profesional, de manera personal y por escrito, podrá eximirse de esta obligación cuando haya “manifestado su objeción previamente”, dirigida a la máxima autoridad del establecimiento de salud al que pertenece. 

Sin embargo, para entender el pedido puntual de unos 1000 médicos mendocinos, hay que dar vuelta la ecuación. Ellos piden, más allá del proyecto de ley, que desde el principio nadie esté obligado a realizar la práctica. El pedido tiene su justificación y sustento en el juramento médico de “defender la vida desde su concepción”.

La discusión de fondo ronda en torno a un tema que seguirá siendo respetado. Es que independientemente de tener o no que manifestarse por escrito, a los profesionales de la medicina se les seguirá respetando la objeción de conciencia. En definitiva, los médicos adeptos al petitorio solicitan que se les respete su postura “a favor de la vida”, más allá de que la iniciativa del aborto legal se transforme en ley. El fundamento de la queja es un tema de fe y convicción personal, basado en el juramento hipocrático.

Básicamente, la queja de fondo es que hoy en día ningún médico está obligado a realizar dicha intervención, mientras que con la posible aprobación del proyecto de ley, todos deberían cumplir con la práctica desde un comienzo.

Para colmo, la solicitud tomó aún más fuerza cuando se le consultó a la secretaria general de Ampros (el gremio de los profesionales de la Salud), Isabel Del Pópolo, acerca de la postura de los médicos, y ella se mostró a favor. Las críticas le llovieron desde varios lados.

Al ser consultada por Unidiversidad acerca de la posición oficial del gremio, Del Pópolo hizo una aclaración al respecto: “Ampros como tal no ha tomado esa postura (en contra del aborto legal). La misma es de carácter individual y la comparte gran parte de la comisión directiva, pero no es la postura oficial del gremio".

Y agregó: “Imagínese que hay más de 5000 afiliados y, por lo tanto, hay voces a favor y en contra. Yo no puedo opinar como representante del gremio, sino que lo hago de forma individual. Al ser un tema tan delicado, hay que respetar las distintas posiciones porque realmente no podemos salir a golpearnos unos con otros por pensar distinto". "En mi caso particular, me mueven la fe y el juramento hipocrático, por el que me comprometí a defender la vida desde su concepción. Además, soy pediatra y he vivido todo al respecto, desde recibir a un niño hasta perderlo. Pero ese es mi parecer", aseveró la secretaria general de Ampros.

Isabel Del Popolo insistió en que ella "como persona" va a seguir insistiendo en su "búsqueda personal" y explicó que esperará  “a ver si sale o no la ley”. "Yo siempre protegeré la vida de la mamá y del bebé”, dijo.

Por otra parte, Del Popolo consideró que la problemática central de la práctica del aborto tiene su fundamento en las carencias sociales que hay de fondo: “Acá hay que llevar una política de control de aquellas mamás que no quieren tener a sus bebés porque tienen un futuro nefasto. Allí hay que trabajar socialmente y psicológicamente con la mamá y la familia. Por otra parte, hay que buscar la manera de encontrar los caminos para que esas personas logren tener un trabajo, terminar la escuela y avanzar en ese aspecto”.

Finalmente, la secretaria general de Ampros consideró: “Es muy difícil que una mamá que haya podido tener a su hijo en los brazos después lo entregue como si nada. Un hijo deja una impronta muy importante para una mujer. Espero que los argentinos logremos mejorar y poner un poco más la vista en los otros”.