El presidente Mauricio Macri firmó el decreto 1 281 que apareció en publicado en el Boletín Oficial el lunes 26 y que dio de marcha atrás con la ley 27 335 que obligaba a los organismos públicos a realizar estudios para la detección temprana de la trombofilia en mujeres embarazadas. Sin embargo, muchos médicos dieron el visto bueno a la medida del Presidente porque, aseguran, que la norma tenía errores conceptuales que no se tuvieron en cuenta al momento de su sanción.

Flavio Albarracín, médico especialista en hematología explicó a Unidiversidad que no se trata de una enfermedad, sino de una condición hereditaria o adquirida. Es un desorden de la sangre que provoca una coagulación más espesa de lo normal y que puede provocar, según Albarracín, pocos casos abortos espontáneos aunque no precisó la cantidad porque la provincia  y el país no tienen el equipamiento necesario para medir esta situación.

El especialista explicó que en los casos de abortos espontáneos, muchas mujeres suponen que el motivo es la trombofilia, y en muchos casos se trata de otra situación. Albarracín explicó que en los últimos años se hicieron estudios para determinar el posible riesgo que la paciente con trombofilia podía correr,y si daban positivo, la persona era tratada con un anticoagulante llamado heparina.

“El problema es que luego de un tiempo cualquier paciente que hubiera pasado por uno o más abortos espontáneos pedía un estudio de trombofilia. Se veía un uso indiscriminado en el uso de este medicamento y la ley pretendía extender esa situación a cualquier instancia incluso para mujeres que no estuvieran embarazadas.

Es por esto que la Sociedad Argentina de Hematología dio los fundamentos para retrotraer la decisión. En esta línea el especialista afirmó que es necesario avanzar en una medicina basada en la evidencia, en la individualización del paciente y que el estudio sea interpretado por una persona especializada. “Debería estar más orientada a que sean los hematólogos  los que tomen esa decisión. Cualquier médico no puede estigmatiza a la paciente”, detalló.

Según explicó Albarracín, los casos de abortos por trombofilia no corre riesgo la vida de la madre y con un tratamiento puede transcurrir un embarazo normal. Sin embargo aclaró que no se puede garantizar la no interrupción de un embarazo por este motivo, ya que en Argentina no está la tecnología suficiente para hacerlo.

Los fundamentos de la Ley

La ley fue sancionada por unanimidad el 23 de noviembre de 2016. Fue impulsada por el senador Juan Manuel Abal Medina (FPV) y entre los argumentos, la ley promovía la detección temprana de la trombofilia. El proyecto  presentó a la trombofilia como un trastorno que causa riesgos y complicaciones gestacionales como abortos tempranos recurrentes en las primeras 10 semanas de gestación y provoca la muerte fetal intrauterina, el parto prematuro, la restricción de crecimiento intrauterino, el desprendimiento prematuro de placenta y la preeclampsia.

En su momento el ministro Abal Medina afirmó que la medida ampliaba derechos y permitiría  que todas las mujeres puedan acceder a una herramienta para la detección temprana de un trastorno que afecta a las familias que buscan un hijo.