La frase "Es la economía, estúpido" se transformó en los últimos 15 años en la síntesis más cruda de la incidencia de factores como crecimiento, inflación o empleo a la hora de votar. De hecho, la utilizó el asesor de Bill Clinton durante la campaña contra George Bush. Y, de hecho, le garantizó el triunfo al demócrata en 1992.

Es que ese emblemático dicho puede encajar perfectamente con los resultados de un estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA) que trascendieron en las últimas horas. Según describe la investigación, en el país hay 8 millones de personas pobres, mientras que 6 millones pasan hambre. El informe, que será presentado formalmente en los próximos días, especifica que en uno de cada diez hogares falta comida y que en 2015 la situación económica fue mejor, debido a que fue un año electoral y el Estado invirtió en programas sociales.

“Hacia una erradicación de la pobreza, dimensiones de la pobreza y la importancia de su medición multifactorial: Argentina urbana 2010-2016” es el título del documento elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA que analiza la pobreza estructural profunda en el país. Diario UNO citó en su nota de la versión papel al director de la institución, Agustín Salvia, quien aseguró que en 2010 y 2014 los porcentajes de la población que padeció hambre fueron muy similares (15,8 % y 15,9 % respectivamente), mientras que en 2016 el número bajó a 15,6%.

En tanto, el año 2015 fue, según el referente, mejor en términos económicos. Esto se debería a que fue un año electoral, por lo que el Estado puso más dinero en circulación a través de programas sociales.

Sin embargo, para Salvia, esa inversión era insostenible en el tiempo y, además, opinó que por mucho que se invierta en materia de planes sociales, no se resuelven los problemas estructurales de pobreza en el país, y lo que se necesitaría es que hubiera un debate a nivel nacional y acuerdos académicos e institucionales para definir la pobreza en distintas dimensiones. Para el especialista, sólo tomando ese punto de partida se podrán fijar metas medibles para bajar el índice de pobreza a través de políticas que mejoren la calidad de vida de quienes la padecen.

El director de la ODSA consideró que a finales de 2016, la pobreza bajó porque había bajado levemente la inflación, aumentaron las jubilaciones, el salario familiar y la Asignación Universal por Hijo (AUH). También a fin de año se cobró aguinaldo y subió un poco el empleo.

Por otro lado, en el portal de noticias platense diariohoy.net, el titular del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), Jorge Todesca, manifestó que la pobreza baja más cuando cae la inflación que cuando los salarios le ganan a los precios. También sostuvo que el 28 % de la población está desocupada hace menos de un mes y el 33 %, desde hace sólo tres meses.

Entonces, casi el 60 % de los desocupados se encuentra en esa condición desde hace poco tiempo, por lo que Todesca consideró que “gran parte de los argentinos desempleados están buscando trabajo a partir de la llegada de Cambiemos al poder”.