Planes de nutrición y gimnasia que hackean imposiciones en pos de "cuerpos ideales"
Psicólogas, nutricionistas y profesoras de gimnasia coincidieron en la importancia de contextualizar los tratamientos teniendo en cuenta la impronta cultural, los mandatos familiares y sociales con los que convive cada mujer.
En el país, el 70 % de las mujeres no está conforme con su cuerpo y el 60 % quiere adelgazar. Foto: Paula Ribas para Télam
La aceptación de la corporalidad, cuestionando dietas pensadas sólo para alcanzar "ideales" relacionados con la delgadez, es el centro de nuevos tratamientos nutricionales y la actividad física, un proceso incipiente en Argentina acorde a la reivindicación de "cuerpos reales" que impulsan influencers desde sus redes sociales.
A través de su cuenta en Instagram, donde la siguen casi 14 millones de personas, la empresaria Wanda Nara escribió esta semana en relación con fotos que le tomaron en bikini, sin retoques digitales, reivindicando la corporalidad real.
"Les puedo asegurar que amo cada centímetro de mi cuerpo. ¡Sí! Tengo celulitis, como todas tenemos acné y, en verano, raíces porque descanso de la tintura. En fin, ¡soy real! Y elijo mi mejor perfil para subir a mis redes", escribió.
Su posteo generó miles de comentarios de apoyo de mujeres que se sintieron identificadas, aunque también hubo algunas críticas. Lo cierto es que la empresaria influye y, en este caso, brinda la excusa para conocer nuevas tendencias en profesionales de la salud relacionadas con la aceptación corporal.
Es lo que hace la psicóloga Romina Tiberi, creadora de Roma Corpórea. "Este emprendimiento nació para ponerle un stop a la influencia de la cultura dietante y al ideal de delgadez, que tanto dolor ha generado en cada una de nosotras", explica.
También es la concepción del proyecto Refugiar.te, de la licenciada en Nutrición Lucrecia Francioni. La iniciativa se presenta "con enfoque desde la psiconutrición, no 'pesocentrista', no gordofóbica, y con perspectiva de género".
En la misma tendencia está Florencia Salas, profesora de gimnasia y creadora de Hackeofitness, una propuesta para "divulgar nuevas formas de concebir el movimiento, reivindicar y reconstruir la actividad y el ejercicio físico desde una mirada incluyente y con perspectiva de género".
Télam habló con las impulsoras de los distintos proyectos para conocer cómo se instrumenta esta nueva manera de pensar la nutrición y el ejercicio físico por fuera de dietas para adelgazar.
Antes, vale recordar que este año la actriz Dalia Gutmann hizo un exitoso posteo en Twitter: "¿Cuál fue el tip más triste que te dio una nutricionista? (Arranco yo)", escribió. Y contó el consejo que le dio una profesional: "Cuando tenga hambre, me meta clavo de olor en la boca (y la boluda fue a la dietética y compró 100 tristes gramos de clavo de olor). ¡No lo hagan!", clamó la artista. Hubo miles de comentarios a ese tuit de usuarias que contaron anécdotas sobre consejos insólitos por parte de nutricionistas.
Los cuestionamientos a esas prácticas y a imposiciones de cuerpos "ideales" por parte de mujeres que tienen visibilidad pública concitan un impacto social, y llegan como parte de los cambios impulsados desde los movimientos de mujeres, feminismos y diversidades.
Se hacen sentir también en profesionales de la salud. Tiberi, Francioni y Salas coinciden, cada una con sus métodos, en esos nuevos enfoques en los tratamientos, y también en que crearon sus proyectos a partir de sus propias y malas experiencias personales cuando fueron a una nutricionista y a un gimnasio.
"Hay que comenzar a frenar, a cuestionar este bombardeo constante de cómo tenemos que ser, qué cuerpo deberíamos tener para tener aceptación, qué tipo de alimentación seguir, cómo debemos movernos... y siempre, siempre, con un fin: bajar de peso o mantener esa figura estereotipada que se nos exige día a día", dice Francioni.
Define su proyecto como "un refugio para las personas que han sido expulsadas de un sistema médico hegemónico que tanto daño sigue generando, donde gordura es sinónimo de enfermedad, y delgadez, de salud y triunfo". En su consulta "no se habla de restricciones y dietas inalcanzables; es un lugar de empatía y escucha, y, sobre todo, de acompañamiento en un proceso complejo de cuestionamiento y deconstrucción".
Roma Corpórea es el otro espacio que se presenta como "un lugar de cuidado para sanar la autoestima corporal y el vínculo alimentario". Aclara que ello "no quiere decir amar (desde un lugar idealizado) esa disconformidad corporal, sino que no te juzgues ni te lastimes por ella", e invita a "deconstruir los mandatos relacionados con el cuerpo y la imagen para reconstruir desde un lugar de aceptación".
Carolina Schattner, licenciada en Nutrición y parte del equipo del emprendimiento, explica que el método "focaliza en la alimentación intuitiva, que consiste en alejarse de las dietas restrictivas, de la mentalidad de dieta, de qué se puede comer, qué no; se trabajan las señales internas de hambre, saciedad, satisfacción". Hay propuestas de terapia individual, grupal, consultas nutricionales y talleres de distintas temáticas. "Obtener recursos diferentes que no sean acudir a la comida cuando hay tristeza, ansiedad, soledad. Fomentar el movimiento desde otra mirada, no el ejercicio físico para el descenso de peso, sino en búsqueda del bienestar", es también parte del proceso, comparte la nutricionista.
Es precisamente la propuesta de Hackeofitness. "No hablamos del movimiento como un privilegio que nos transforma estéticamente, sino como un derecho de autoconocimiento y soberanía sobre el propio cuerpo", cuenta Salas.
Todas coinciden, además, en contextualizar los tratamientos teniendo en cuenta la impronta cultural, los mandatos familiares y sociales con los que convive cada mujer. "El de la sanación corporal es un trabajo que necesita de un cambio de conciencia cultural", afirma Tiberi. "Invito a profesionales de la salud a abrirse al cambio, a cuestionar sus conductas y formas. El cambio es colectivo; si hacemos ruido, podemos lograrlo. Y el amor propio es colectivo", define Francioni. "La idea del proyecto es de sostén colectivo, como lo he visto desde otras áreas de la salud. Se trata de poner en jaque los tradicionales mandatos y estereotipos que se establecen en un fitness atractivo para una minoría", reflexiona Salas.
Foto: Edgardo Varela
Esta semana fue Wanda Nara la que se sumó a otras actrices, cantantes, modelos e influencers que, en los últimos años, se ha tomado fotos en las que no esconden sus cuerpos "reales". Se trató de un aporte más en un contexto en el que Argentina es el segundo país del mundo con más casos de trastornos alimenticios.
En el país, el 70 % de las mujeres no está conforme con su cuerpo y el 60% quiere adelgazar, según un informe que hizo el año pasado la Asociación de Lucha Contra Bulimia y Anorexia (Aluba). Bienvenidos los nuevos proyectos nutricionales y de "hackeo" a la gimnasia pensada solo para la delgadez.
Fuente: Silvina Molina, editora de género y diversidades de Télam
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