Mendoza, una ciudad inclusiva, pero con falta de conciencia social y colectiva

Sociedad

Sin embargo, la inclusión no es solo educativa, sino que, además de garantizar una educación de calidad sin discriminación, es necesario referirse a la participación activa y en igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad en el esparcimiento, la vida cultural, el deporte, la política, el trabajo y el disfrute de los espacios públicos y privados.

Alineada con esta visión, la Universidad Nacional de Cuyo realizó durante este mes una serie de charlas y conversatorios para celebrar y visualizar el mes de la inclusión. Esta iniciativa fue realizada por el Área de Inclusión de Personas con Discapacidad de la UNCUYO con el objetivo de sensibilizar a la comunidad en la participación en igualdad de condiciones de las personas con discapacidad.

Para comprender con mayor profundidad cuáles son los avances y los frenos que existen alrededor de la inclusión en materia de educación, Unidiversidad se comunicó con Verónica Martínez, coordinadora del Área de Inclusión de la UNCUYO, Agostina Aveiro, estudiante de Trabajo Social y referente del Área de Inclusión de la Universidad, y con Norma Luciana Videla, estudiante de Ciencia Política y Administración Pública.

Verónica Martínez, coordinadora del Área de Inclusión de Personas con Discapacidad de la Universidad Nacional de Cuyo, se refirió a las barreras que enfrentan las y los estudiantes universitarios en su día a día, qué apoyo reciben para facilitar su estadía en las distintas facultades, cuáles son las situaciones de estigmatización que se presentan con más frecuencia y dejó algunas recomendaciones para mejorar la accesibilidad y la inclusión en el campus, como así también brindó algunos consejos para mejorar la estadía de las personas con discapacidad en la UNCUYO.

En cuanto a las barreras e impedimentos para que las personas con discapacidad puedan estudiar en las condiciones adecuadas, Verónica Martínez puso en primer lugar las condiciones materiales, porque no permiten en muchos casos que los y las estudiantes puedan movilizarse de manera adecuada para acceder a los distintos espacios educacionales que ofrece el campus universitario, y las posibilidades comunicacionales, al considerar que la información que se brinda en la Universidad no es accesible para todas las personas, sumado a que dicha información no cuenta con un diseño universal. Consideró que estos son los dos puntos más graves que existen en la actualidad y que requieren una mejora inmediata.

“El acceso a la información y a los planes de estudio tienen que cambiar lo antes posible. No es difícil su implementación y solucionaría el presente estudiantil de cientos de personas”, expresó Martínez.

En cuanto a la parte humana, Martínez llamó a la reflexión a todas las personas que integran esta casa de estudios para derribar las barreras actitudinales que existen alrededor de las personas con discapacidad, las cuales son la principal causa de estigmatización que existe sobre cualquier persona que funcione de manera diferente, por lo que llamó a incorporar el término de “diversidad funcional” con el objetivo de aceptar y no discriminar a las personas que requieren una atención distinta a la de la mayoría.

“La barrera actitudinal tiene que ver con la modificación de miradas y actitudes cuando se trata de una persona con algún tipo de discapacidad. Hay que entender que las discapacidades de las personas son un déficit puntual sobre alguna característica y que, si a eso le sumamos prejuicios y malas actitudes, la persona sufre el doble y le cuesta adaptarse a la vida en general. Tenemos que hacer todo lo contrario a eso, eliminar pensamientos y hechos discriminatorios y brindarnos al máximo para alivianarle las distintas cuestiones a las personas que tienen algún tipo de impedimento físico o mental”, remarcó la referente sobre inclusión.

En cuanto a los procesos de inclusión, Martínez ponderó que existen muchos y que son variados, dependiendo de la unidad académica en cuestión. “Este tipo de acciones parten desde la escuela primaria Carmen V. Arenas y alcanzan a todas las unidades académicas de la UNCUYO”, explicó.

Por otra parte, la especialista remarcó que desde el Área de Inclusión de Personas con Discapacidad se trabaja de manera colaborativa y que no tiene una mirada particular sobre el tema, sino que se adapta a las propuestas de cada espacio educativo. En ese sentido, consideró como fundamental trabajar con equipos interdisciplinarios para que las personas con discapacidad puedan, además de estudiar, insertarse lo antes y mejor posible al mundo laboral.

“En la construcción de la Universidad, 80 años atrás, no estaba pensada la accesibilidad de personas con discapacidad. Eso debe cambiarse, y como establecimiento nacional y público debe garantizarse la libre movilidad de todas las personas. Hay que hacer un cambio rotundo”, reclamó Martínez.

Finalmente, hizo hincapié en la estrategia que se aplica desde este sector, la cual se basa en que justamente sean personas con discapacidad las que dicten las charlas y talleres para exponer con ejemplos las experiencias vividas como estudiantes superiores.

Verónica Martínez en una de las charlas que brindó sobre inclusión de personas discapacitadas en el ámbito universitario. Foto: Prensa del Área de Inclusión de Personas con Discapacidad de la Universidad Nacional de Cuyo.  

La visión como estudiantes

En cuanto a las barreras con las que se encontró durante su etapa como estudiante, la cual incluye un preuniversitario y dos carreras universitarias, Agostina Aveiro remarcó que la estigmatización de sus capacidades fue lo más difícil de enfrentar, a tal punto, que sintió en varias oportunidades que las y los docentes le regalaron notas debido a su discapacidad (condición).

“Otro de los frenos importantes que experimenté fue la cuestión de la accesibilidad de los docentes. Son personas tan rígidas que el hecho de tener un estudiante fuera de lo común no les permite abrir sus métodos de enseñanza. Por ejemplo, a varios profesores les escuché decir que ellos tomaban examen de determinada manera y no la iban a cambiar bajo ningún aspecto”, explicó Agostina Aveiro.

En su caso puntual, al tener discapacidad visual, la estudiante de Trabajo Social también remarcó que tuvo varios inconvenientes a la hora de estudiar, sobre todo en cuanto al material difundido a través de diferentes plataformas tecnológicas. En ese aspecto, puntualizó que nunca tuvo ni le ofrecieron la posibilidad de aprender Braile, ni de contar con una persona que le facilitara el acceso al material de estudio.

Por otra parte, Aveiro hizo hincapié en que la falta de acceso a la información y la desinformación que existe alrededor de los derechos para las personas con discapacidad provocó que muchas personas se dieran por vencido a la hora de capacitarse.

En ese sentido, la estudiante universitaria ponderó el trabajo realizado por la UNCUYO al entender que dicha casa de estudios ha realizado distintas campañas de visualización y concientización, además de recomendaciones y distintas acciones de apoyo sobre la inclusión e igualdad de las personas que padecen algún tipo de discapacidad. 

“El programa que me acompañó toda la carrera en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales se llama "Facultad sin barreras". Este apoyo me permitió acceder a una computadora para facilitarme el acceso a la información y a las posibilidades a la hora de estudiar”, aseguró Agostina Aveiro.

Además, la estudiante de la UCNUYO agregó que el acceso a distintas becas también le facilitó mucho las posibilidades a la hora de acceder al material de estudio, como, por ejemplo, fotocopias agrandadas para facilitarle la lectura. 

En cuanto a las recomendaciones sobre lo que falta por hacer, Agostina sugirió la implementación de semáforos en el predio universitario, debido a que consideró que las personas con discapacidad corren un alto riesgo de padecer un accidente a diario. 

Agostina Aveiro, estudiante con discapacidad de la UNCUYO, contó que la estigmatización de sus capacidades fue lo más difícil de enfrentar. Foto: Prensa del Área de Inclusión de Personas con Discapacidad de la Universidad Nacional de Cuyo.  

Norma Luciana Videla, estudiante de la licenciatura en Ciencia Política y Administración Pública, recalcó que si bien su diagnóstico (parálisis cerebral) clínicamente le produjo algunos inconvenientes, siempre fue autogestiva al buscar por cuenta propia sus herramientas para transitar su carreara y no tuvo necesidad de contar con adaptaciones académicas de ningún tipo.

La UNCUYO cuenta con Servicios Accesibles de Biblioteca para Personas con Discapacidad, un área que se encarga del acceso a materiales bibliográficos para personas con discapacidad visual. Además, dijo, tuvo la suerte que desde el Área de Inclusión de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales se puso a disposición plena para su ingreso, permanencia y egreso.

En cuanto a las sugerencias para mejorar la accesibilidad y la inclusión en el campus universitario, Luciana Videla remarcó que sería importante la implementación de ascensores en las distintas facultades, como así también semásforos en las paradas de colectivos.

 “Personalmente no he lidiado con ninguna situación de estigmatización, aunque la comunidad universitaria tiende a infantilizarnos, al querer ayudarnos a hacer actividades normales, como por ejemplo cruzar la calle o cortarnos la comida, entre otras”, puntualizó Videla.

Luciana Videla, estudiante de Ciencia Política y Administración Pública, dando una charla sobre discapacidad en la Universidad Nacional de Cuyo. Foto: Prensa del Área de Inclusión de Personas con Discapacidad de la UNCUYO.