"Perrhijos" y "gathijos": ¿qué tan recomendable es humanizar a las mascotas?
En los últimos años, el vínculo entre humanos y mascotas ha ido cambiando como consecuencia, en parte, del avance del derecho animal, pero tratarlas como personas debe tener límites. Especialistas analizan esta tendencia desde el ámbito psicológico, veterinario y legal.

La humanización de los animales ha llevado a avances en su protección, pero también a nuevas problemáticas en su cuidado y comportamiento. Foto: ilustrativa
La relación entre los seres humanos y sus mascotas ha ido variando en los últimos años, tanto a nivel social como psicológico, afectivo y legal. Lo que antes se limitaba a una tenencia responsable, basada en el cuidado y el afecto, hoy se ha transformado en una creciente humanización de los animales. Cada vez es más común verlos como miembros de la familia, con espacios privilegiados dentro del hogar. Conceptos como "perrhijos" y "gathijos" reflejan cómo muchas personas proyectan emociones y roles familiares en sus mascotas, fenómeno impulsado por factores como el retraso en la maternidad y paternidad, el aumento de la vida en solitario y la evolución de los derechos de los animales.
Desde una mirada psicológica, especialistas advierten que aunque las mascotas ofrecen beneficios emocionales importantes, la humanización extrema puede generar relaciones de dependencia poco saludables. Por otro lado, desde hace varios años, en el ámbito legal el reconocimiento de los derechos de las mascotas avanzó significativamente. En muchos países, los animales han pasado de ser considerados bienes materiales a ser reconocidos como seres sintientes y sujetos de derecho. A pesar de estos avances, en algunos lugares aún se los trata bajo una visión antropocéntrica, lo que limita su protección jurídica. Así, la humanización de los animales se encuentra en una zona de debate entre el amor y la responsabilidad, donde es fundamental garantizar su bienestar sin imponerles roles que no les corresponden.
Para comprender este fenómeno desde distintas perspectivas, Unidiversidad entrevistó a tres especialistas: la psicóloga Nancy Caballero, quien analizó el impacto emocional y psicológico de esta tendencia; el veterinario Leonardo Fradín, quien expuso los efectos en la salud y el comportamiento de las mascotas; y el abogado ambientalista Oscar Mellado, quien abordó la evolución del derecho animal y el reconocimiento de los animales como sujetos de derecho.
Cada vez más personas ven a sus mascotas como hijos o hijas. Foto: Freepik
El vínculo emocional y la proyección afectiva en las mascotas
Según la psicóloga Nancy Caballero, la humanización de las mascotas es más visible en las generaciones jóvenes que han decidido no tener hijos o han postergado la maternidad y paternidad. “Antes, los niños tenían mascotas, pero el cuidado recaía en los padres. Ahora, los jóvenes se involucran de manera mucho más profunda, hasta el punto de hablar de sus animales como si fueran hijos”, explicó.
Caballero advierte que la dependencia emocional entre una persona y su mascota no es equiparable a la de un niño con sus padres. “Los animales tienen instintos completamente desarrollados y pueden sobrevivir sin la presencia humana, a diferencia de un bebé humano”, detalló. No obstante, muchas personas depositan en sus mascotas la necesidad de sentirse acompañadas y escuchadas, lo que puede generar desequilibrios, tanto para el humano como para el animal.
Además, Caballero plantea que, en algunos casos, esta humanización puede ser perjudicial para los propios animales. “Se están alterando su hábitat y sus costumbres naturales. Razas especializadas para correr o cazar, terminan encerradas en departamentos, cargadas en carteras o vestidas con ropa innecesaria”, cuestionó. Para la especialista, el problema no radica en el amor hacia las mascotas, sino en imponerles un rol que no les corresponde.
La humanización de las mascotas es más visible en las generaciones jóvenes que han decidido no tener hijos o han postergado la maternidad y paternidad. Foto Freepik
Impacto en la salud y el comportamiento de las mascotas
El veterinario Leonardo Fradín sostiene que la humanización tiene ventajas y desventajas. Por un lado, genera una mayor conciencia sobre el bienestar animal, lo que lleva a mejorar aspectos como la alimentación y el acceso a la salud veterinaria. “Hace 20 años, las mascotas soportaban temperaturas extremas en el patio sin que nadie lo considerara un problema. Hoy se busca su bienestar de manera mucho más activa”, señaló.
Por otra parte, el especialista advirtió sobre los problemas conductuales que pueden surgir cuando los dueños humanizan excesivamente a sus mascotas. “El hiperapego puede provocar ansiedad en los animales. He atendido casos de perros con problemas digestivos graves derivados de su dependencia emocional con sus dueños”, comentó.
Otro aspecto preocupante es la falta de socialización. “Si los perros o gatos no aprenden a interactuar con otros animales y personas, pueden desarrollar comportamientos agresivos o inseguros”, explicó Fradín. También mencionó el uso excesivo de ropa y accesorios para mascotas como una práctica que, en muchos casos, altera la termorregulación natural del animal.
Para Fradín, la clave está en el equilibrio. “No está mal considerar a una mascota como parte de la familia, pero debemos recordar que su naturaleza es diferente a la nuestra. Un perro, un gato o una mascota en general necesita reglas, jerarquía y socialización para ser emocionalmente estable”, concluyó.
La relación con los animales ha evolucionado hasta ser considerados parte esencial de la familia. Foto Freepik
El derecho del animal
Desde el punto de vista legal, el abogado ambientalista Oscar Mellado señaló que la visión sobre los derechos de los animales evolucionó significativamente en los últimos años. “Históricamente, los animales fueron tratados como bienes materiales, utilizados para beneficio humano. Sin embargo, la ciencia demostró que tienen conciencia y emociones, lo que impulsó cambios en la legislación”, explicó.
Mellado recordó que en Argentina, la Ley 14346, conocida como Ley de Protección Animal, fue pionera en América Latina al penalizar el maltrato. No obstante, destacó que aún queda un largo camino por recorrer en el reconocimiento legal de los animales. “El Código Civil argentino sigue considerándolos bienes muebles, pero la jurisprudencia avanza en su reconocimiento como sujetos de derecho”, afirmó.
-----Casos emblemáticos como el de la orangutana Sandra y la chimpancé Cecilia, que fueron liberadas mediante "habeas corpus", sientan precedentes internacionales en la protección de los animales. Además, distintas iniciativas —como el Proyecto de Ley Sintiente— buscan modificar el Código Civil para reconocer a los animales como sujetos de derecho, lo que permitiría regular situaciones como la tenencia en casos de divorcio o establecer un régimen de custodia similar al de los niños y niñas.
Para Mellado, la humanización de las mascotas también se refleja en estos avances legales. “Las personas ya no ven a sus mascotas como simples objetos, sino como seres sintientes y con derechos propios. El desafío ahora es equilibrar este reconocimiento con su bienestar real, asegurando que su naturaleza sea respetada”, concluyó.
En muchas partes del mundo, los animales han pasado de ser considerados bienes a sujetos de derecho. Foto: Freepik
Un equilibrio entre afecto y respeto por su naturaleza
La humanización de las mascotas es un fenómeno creciente que genera tanto beneficios como desafíos. Desde la psicología destacan la necesidad de establecer límites saludables en la relación humano-animal para evitar dependencias emocionales perjudiciales. En el ámbito veterinario advierten sobre los efectos negativos en la salud y el comportamiento de los animales cuando se los humanizada de manera
excesiva. Mientras tanto, el derecho animal avanza en el reconocimiento de los animales como sujetos de derecho, lo que refleja un cambio de paradigma en la sociedad hacia ellos.
Por eso, especialistas recalcan que amar a una mascota es natural y positivo, pero es fundamental comprender que su bienestar radica en respetar su naturaleza, necesidades y derechos. Más allá de la tendencia a verlos como “hijos” o “hijas”, lo importante para los expertos consultados es garantizarles una vida plena, equilibrada y acorde a su especie.

Desafío Lector: llega una propuesta para incentivar la lectura por fuera de los textos académicos
Comenzó este 5 de marzo y es abierta a todo público. Busca fomentar la lectura y dar a conocer el ...
06 DE MARZO DE 2025