Con un frío penetrante y las calles sin la congestión habitual del Gran Mendoza, comenzó la jornada de elecciones. El reloj marcó las 8.30 cuando Patricio Guzmán, de 17 años, o "Pato" como le dicen sus amigos, se acercó a la Escuela Rafael Obligado para emitir su voto. El joven sufragó por segunda vez en su vida y lo hizo luciendo look de trap: pantalón baggy, camiseta blanca talla grande y zapatos deportivos sin ajustar.

Pato reside en Guaymallén y decidió madrugar junto a su abuelo de 75 años; lo hicieron temprano para aprovechar el resto del día. Primero hizo fila para saber en qué mesa estaba empadronado. Siete minutos después, le indicaron que debía sufragar en la mesa 388. "Estoy seguro de por quién voy a votar. Fue mi abuelo quien me infundió este ejercicio, el de expresarme en las urnas", dijo.

Foto: Gobierno de Mendoza

Cuentión de fe

Por otro lado, las elecciones y las bendiciones se unieron en la iglesia Nuestra Señora del Carmen, de Godoy Cruz, cuando la misa comenzó con un ligero y largo discurso del sacerdote oficiante, que recordó a los feligreses lo especial que era este domingo y rogó "a Dios para que ilumine la mente y voten con conciencia por quienes consideren las personas más idóneas para regir los destinos de Mendoza y del resto del país".

Mario, párroco desde hace dos meses, era quien oficiaba la eucaristía. Curiosamente, el sermón no tocó el tema electoral para nada. No obstante y como buen ciudadano, este cura diocesano de 42 años no se privó de sufragar. Apenas acabó la misa de 8, se embarcó rumbo a su terruño. Su recinto electoral ubicado en la escuela Avelino Maure.

En familia

Además de Patricio, la familia Guerrero también llegó temprano. En su primera elección, con emoción y cierto nerviosismo, Juan Guerrero, de 16 años, llegó al colegio República del Perú a votar por primera vez. En esta nueva experiencia, el estudiante de segundo año de secundaria acudió acompañado de su familia. Su hermano menor, Mateo, lo tomaba de la mano mientras su padre, Jorge Guerrero, se aseguró de que los datos del acta fueran los correctos. Su madre, Susana, le aconsejó que tuviera cuidado con las papeletas. El joven, que en octubre cumplirá 17 años, comentó que sabía que no era obligatorio sufragar, pues para los muchachos de su edad el voto es optativo. Sin embargo, quiso participar.

También los pañuelos verdes se hicieron ver en esta temprana y fría mañana de elecciones cuando Julieta Díaz de 20 años se presentó junto a su hermana Daiana en las inmediaciones del colegio Manuel Antequeda, de Godoy Cruz. “Siempre voté temprano, así me rinde el día. Pensé que no me dejarían ingresar a votar. No me dijeron nada, sí vi muchos ojos a mi alrededor, pero no me importó. Defiendo mis ideales y eso es lo importante”.

El deber de cumplir

Quienes no se fijaron en el frío fueron los adultos mayores que aún desean votar. El reloj marcaba las 9 y el sol todavía no calentaba a los habitantes de Godoy Cruz cuando hacía su llegada Jorge López, abuelo de 74 años y jubilado. Él quería cumplir con su derecho al voto a pesar de que ya no está obligado a hacerlo. Según el hombre, la votación es una obligación de todos los ciudadanos, sin importar la edad. Para próximas elecciones, este hombre piensa acudir nuevamente a votar. “Esto es parte de la democracia”, expresó.

Foto: Gobierno de Mendoza

Un relojito 

En contraste, su pinta de deportista lo delató: zapatillas para correr, un pantalón deportivo, una botella de agua y una mochila en su espalda. A las 9.45 asistió así a votar Luis Flores, de 48 años. Las votaciones no interfirieron con su rutina de fin de semana. Según pudo contarnos, se levantó como todos los días, a las 5 de la mañana, y salió a trotar. Regresó pasada las 6, tomó un baño, se vistió y acompañó a su esposa a sufragar. “No quiero llegar tarde a mi partido”, expresó. A las 14 debía estar en las canchitas del Tomba para disputar un cotejo del campeonato interbarrial.