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20 DE DICIEMBRE DE 2024
Durante el Encuentro de Periodismo Digital que organizó la UNCUYO, un grupo de profesionales planteó su visión sobre los cambios y desafíos a los que se enfrentan los y las periodistas.
El docente en comunicación digital Roberto Igarza planteó la importancia de lograr empatía con el público / Foto: Unidiversidad
De los medios de masa a una masa de medios en la que cualquier persona se puede convertir en alguien que realiza y comparte un contenido, desafía a los y las periodistas a reinventarse y adecuar las clásicas consignas del oficio en modo digital: escuchar, contar, lograr empatía con una comunidad, pero en un mundo cambiante, en el que los medios de comunicación ya no tienen la hegemonía del mensaje. El Encuentro de Periodismo Digital organizado por la UNCUYO fue el espacio en el que un grupo de profesionales planteó su visión sobre los cambios y desafíos a los que se enfrentan los y periodistas. Dijeron que el mundo cambió y que es necesario hacer el esfuerzo de comprender ese cambio, que implica hacer nuevas preguntas y buscar nuevas formas de contar, para que el mensaje llegue a su destinatario en medio de los miles de estímulos que recibe a diario.
El director de Innovación y Digital de RTVE (España), Urbano García Alonso, planteó que la era digital produjo dos grandes cambios: un nuevo paradigma, en el que cada persona lee, escucha o ve lo que quiere, y que los medios de masa ahora son una masa de medios en la que cualquiera puede producir y compartir contenidos. Estos cambios –dijo– obligan a los y las periodistas a buscar nuevas maneras de escuchar, de contar y de reproducir, simplemente porque ya no funcionan las mismas recetas.
El profesional describió algunos de los cambios que produjo la era digital puertas adentro de las redacciones y propuso nuevos modos. Dijo que es necesario superar el esquema de trabajo en soledad y pasar a un periodismo colaborativo, de una estructura unipersonal de mando a una que guía un o una líder y –sobre todo– lograr fidelidad de la audiencia a la que se quiere llegar.
García Alonso sugirió a los y las periodistas reinventarse, porque la historia que cuentan ya no compite con la de otro medio, sino con los contenidos sobre infinidad de temáticas que comparten youtubers e instagramers, que no tienen los conocimientos para chequear si son verdaderos, falsos o medias verdades.
El profesional consideró que la audiencia cambió en forma sustancial porque dejó de ser pasiva, mera receptora de un mensaje, a ser activa. Dijo que no solo quiere participar, opinar, sino que busca que su opinión y los temas de su interés se reflejen en los contenidos. Por eso, consideró que el trabajo profesional recién comienza cuando se publica una historia.
Para García Alonso, el paso de esa audiencia de pasiva a activa produjo otra modificación sustancial y es que responde a algunas de las preguntas a las que debía responder un periodista: básicamente. qué pasó, dónde, cuándo y cómo. Por eso, consideró que, en la era digital, el esfuerzo profesional debe estar centrado en brindar contexto, en intentar plantear posibles respuestas para los cómo y por qué.
Frente a estos desafíos, el profesional consideró que el camino para comenzar es la innovación, no hacer las cosas de la forma clásica, sino ser disruptivos, capaces de idear nuevas maneras desde los contenidos y su distribución, así como en la utilización de distintos soportes. El comunicador contó que, cuando impulsó cambios en el canal estatal español, se encontró con el temor por la multiplicidad de tareas y por la pérdida de fuentes laborales, teniendo en cuenta que lo que hasta ese momento hacía un equipo con cámaras profesionales se podía hacer ahora con un teléfono. En este sentido, compartió su visión respecto de que los nuevos modos de contar no implican menos puestos de trabajo, sino más opciones, y nuevos y distintos perfiles laborales.
Roberto Igarza, docente en comunicación digital de las universidades nacionales de Buenos Aires y Rosario, propuso buscar una lista de buenas preguntas para intentan comprender y abordar este nuevo mundo. Dijo que hoy el principal motor es el deseo, que casi todo está al alcance con un simple clic y que las personas viven conectadas a través de su teléfono, que las acompaña a todos lados.
Una de las preguntas que hizo el profesor es si los y las periodistas lograrán empatía con este nuevo habitante que hace su propia agenda temática; si serán capaces de crear contenidos para ese nuevo habitante y entender que el mensaje circulará y recirculará con nuevas interpretaciones, con nuevos formatos. Esto último –dijo- implica estar dispuestos a abandonar el control de ese contenido, o lo que ese lo mismo, estar dispuestos a que una foto periodística se transforme en meme.
El docente resaltó el valor sustancial de lograr empatía con una comunidad de personas, de conectar con este nuevo habitante de una nueva ciudad y compartió su temor si no se logra este objetivo. “Temo que la ciudad sea menos democrática si dejamos de ser empáticos con la sociedad” fueron sus palabras.
Para el profesor, el problema del periodismo sigue centrado en el mismo aspecto: cuánto tiempo permanece la audiencia con una historia, con un producto. Planteó que el rol sigue centrado en un periodismo profesional cuyo desafío es conectar con la audiencia, para lo que, aseguró, no alcanza con escribir una nota, sino tener en cuenta los dispositivos que se utilizan, los formatos y las estrategias para construir una comunidad de lectores.
Frente a estos desafíos, el docente explicó que el concepto central es el de creatividad en los géneros, en las narrativas, en formas híbridas, en un enfoque distinto respecto de la distribución y la circulación de contenidos, en dinamizar la lista de preguntas que se deben hacer los comunicadores.
En la charla "Cobertura de noticias en redes sociales", la especialista en cultura digital Irina Sternik y el divulgador de tecnología Eduardo Aguirre plantearon que hoy el periodismo debe ser una conversación con la audiencia, lo que implica identificar un público, escucharlo y conectar en forma directa a través de las redes sociales.
Sternik comentó que los grandes medios de comunicación no tienen una conversación real con su público, sino que, en algunos casos, solo les permiten incluir comentarios, que además no responden, por lo que no se genera un ida y vuelta que retroalimente el trabajo diario.
Aguirre y Sternik son los responsables de un podcast sobre redacciones 4G que reúne las experiencias de profesionales de distintos medios sobre el uso de redes sociales. Por ejemplo, expresaron que Twitter es el lugar ideal para el debate público, que tiene su lado divertido y su lado tóxico, por lo que intentan no contestar mensajes agresivos; que Telegram es el sitio ideal para conversar con el público; que Twitch es la verdadera televisión independiente, informal y desenfadada, y que el newsletter es íntimo, cercano, para un nicho específico, la posibilidad de generar una verdadera comunidad.
Aguirre y Sternik coincidieron en una sugerencia: no estar pendiente de las plataformas, sino pensar primero a quién se quiere hablar, cuál es el público, a quién le interesa ese tema y, con todo eso definido, será fácil determinar qué herramienta será la adecuada para contar la historia.
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