Por la cercanía de las elecciones y de la ratificación o cambio del acuerdo con el Banco Nación como entidad financiera provincial, el  contexto es más sencillo para conseguir el visto bueno de Hacienda. En tanto, el partido pasa por una de las peores crisis de los últimos años en la provincia. 

Así regresa a Buenos Aires Francisco Pérez a pedir el rescate financiero. El objetivo es poder anunciar antes del 25 que este mes los sueldos se pagarán con normalidad.

Según fuentes del PJ, en las oportunidades anteriores que Pérez ha viajado a pedir la asistencia del Nación, la negativa no ha venido solamente por parte de la entidad financiera, que es exclusiva del gobierno de Mendoza –y tiene, por tanto, una cuantiosa cartera de clientes asegurados– sino por parte del ministro de Hacienda, Axel Kiciloff. Es más: se dice que el ministro fue el que no quiso dar el visto bueno la última vez, aún más obstinadamente que el mismo banco.

Lo cierto es que la coyuntura es diferente a la de la última vez que Paco fue a pedir el salvavidas monetario. Hay dos situaciones clave que hacen que el gobernador pueda presionar un poco más.

Una es la cercanía de las elecciones. Nadie querría ponerse a toda la administración pública en contra por no asegurarle el pago de los salarios y, si bien Mendoza no es la plaza de votos más grande del país, sí es uno de los gobiernos provinciales que el FPV perdió. Por lo tanto, es una “vidriera” para las elecciones nacionales.

La otra es el acuerdo cada vez más cercano con el Nación. Es que, si bien el convenio debe renovarse en diciembre, la reafirmación o el cambio de entidad financiera provincial debe confirmarse el 22 de octubre, fecha para la que faltan 10 días. Cabe recordar que esta fue una de las condiciones del gobernador electo, Alfredo Cornejo, para renovar el contrato, que se asegurara una extensión del crédito para la provincia.

Por otra parte, el préstamo anterior, que se dio en un marco un tanto enclenque –sin un decreto firmado y sin acuerdo parlamentario para el endeudamiento– no debería repetirse, ya que la provincia salvó estas irregularidades.

En síntesis, lo más probable es que el Nación acredite sin poner demasiadas trabas el dinero, teniendo claro que será responsabilidad del próximo gobierno tanto pagar la deuda generada en estos últimos meses, como también dar el visto bueno para renovar el contrato.
 

Una campaña por demás extraña

Esta vez sí que no habrá sospechas de que el dinero del endeudamiento sea para fines electorales, en lugar de para cubrir obligaciones adquiridas con anterioridad. Esto se puede explicar con un ejemplo práctico: casi no hay publicidad local del Frente para la Victoria. El partido  que nunca deja que sus divisiones y peleas internas trasciendan demasiado, hoy por hoy está sacando “todos los trapitos al sol”, a tal punto, que no hay coordinación de campaña.

Anabel Fernández Sagasti, camporista y candidata a senadora en primer término, maneja sus actividades preelectorales directamente con Buenos Aires. Rubén Miranda, quien se postula como cabeza de lista de Diputados (perteneciente al dinamitado sector de la Corriente Peronista) tiene su propio equipo y, para decirlo en términos coloquiales, “hace la suya”. Por supuesto, ninguno se quiere juntar con el elegido para el Parlasur, Paco Pérez, que debe ser el peronista menos querido de todo el partido en estos momentos. Le endilgan, desde la pérdida de las elecciones en adelante, todo lo que ocurre en el PJ.

En este contexto, es difícil saber qué ocurrirá con el partido después de que pasen las generales. Lo que es seguro es que dentro de pocos días tendrán que pagar la penúltima nómina salarial y que es una oportunidad única para Pérez de reivindicarse con el partido y no tener que hacerse cargo de un nuevo fracaso electoral.