A los 83 años, el expresidente de Uruguay José “Pepe” Mujica deja su banca en el Senado porque quiere tomarse un tiempo antes de morir, debido a su avanzada edad. Así lo explicó el exmandatario en una nota para la agencia de noticias EFE.

“Veo que tengo 83 años y me voy acercando a la muerte. Quiero tomarme licencia antes de morirme, sencillamente, porque estoy viejo. Hay un tiempo para venir y otro para irse, y así como se caen las hojas de los árboles, también nos caemos nosotros. La vida continúa, no es tan importante".

Se espera que el 14 de agosto Mujica deje su puesto y se retire para, quizás, retomar la actividad política en las próximas elecciones. Es que, si bien expresó varias veces que no se presentará como candidato a presidente en octubre de 2019, sueña con despedirse del Parlamento uruguayo como diputado.

Mujica explicó que tratará llegar a la banca de la Cámara baja,  pero sus compañeros del Movimiento de Participación Popular (MPP),  uno de los partidos de la coalición de izquierdas oficialistas (Frente Amplio), deben permitirlo.

“No siempre es fácil porque existe una cosa parecida a la democracia y a veces las mayorías mandan”, bromeó Mujica en la entrevista.

Por otro lado, aseguró que está conforme con el legado que deja en el MPP; según sus palabras, contribuyó para “abrir una puerta” y explicó que lo que resta será responsabilidad de las futuras generaciones. Finalmente, Mujica se sintió preocupado porque ve una sociedad donde “tienen más prestigios las Fuerzas Armadas que el parlamento".

 “Es como si los Parlamentos tuvieran importancia cuando los perdemos, pero, mientras tanto, como es el cuartito del fondo donde todos van a llorar y buscar consuelo, la gente no le da importancia y me duele mucho que tengan tan poca memoria, pero así es la vida”, concluyó en la nota con EFE Noticias.

Mujica, ese "bicho raro" de la política

No es la primera vez que Mujica da cátedra de la sencillez y la autoridad hacia adentro y hacia afuera de su país. Elegido mandatario de Uruguay, decidió no recibir un salario de presidente, sino una modesta suma que le permitía vivir con austeridad, permanecer en su granja en el campo junto a su esposa y continuar conduciendo su viejo escarabajo en lugar de contratar una escolta de automóviles blindados para desplazarse por el país.

Una vez terminado su período de mandato, se retiró para continuar con su vida, sin buscar ser reelegido porque considera nocivo para cualquier nación que un solo hombre se aferre al poder, según ha repetido el propio exmandatario uruguayo.