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04 DE NOVIEMBRE DE 2024
Si bien las muertes a causa de los accidentes viales es una problemática social, se puede –de hacho se hace- empezar a implementar medidas preventivas. En el país la “Sociedad Argentina de evaluadores de la Salud” (SAES) se ha ocupado del tema. NU Digital habló con Roberto Tomassiello, Magister en docencia universitaria, miembro de la SAES, especialista en ergonomía, transporte y calidad de vida y responsable de la Cátedra Abierta de Diseño y Seguridad Vial.
Roberto Tomassiello - Magister en docencia universitaria, miembro de la SAES, especialista en ergonomía, transporte y calidad de vida y responsable de la Cátedra Abierta de Diseño y Seguridad Vial
Para empezar “conviene aclarara que hay que hablar de ‘siniestros’ antes que de accidentes porque habitualmente se hace referencia a los accidentes como lo que no se puede prever pero los siniestros sin son previsibles. Los, mal llamados, accidentes viales son los que más se pueden evitar porque la mayoría se dan por factores evitables”, comenzaba diciendo Tomassiello.
“La mayor cantidad de siniestros ocurre justamente en el rango etario donde están ubicados los adolescentes, que son los chicos que comienzan a manejar. O sea que entre los 18 y 22 años es uno de los rangos en donde mayor cantidad de muertes se dan en siniestros viales. Desde la Sociedad Argentina de Evaluadores de Salud (SAES), en la que estamos trabajando desde hace varios años sobre esta temática, entendemos que una labor fundamental es la toma de conciencia y eso exige capacitación, de reflexión y entonces el Estado tiene una gran misión que es la de poder llegar a concientizar a la población y especialmente al sector más vulnerable que son los adolescentes de los riesgos que implica el conducir después de haber ingerido alcohol o a altas velocidades, o sumando las altas velocidades y la ingesta de alcohol. El Estado tendría que hacer presencia en estos temas en las escuelas, en las Universidades y propiciar la seguridad vial a través de la formación de una cultura de la seguridad”.
Un ejemplo de estas tareas de “educar en seguridad vial” se da en la Universidad Nacional de Cuyo. “La SAES, en un convenio con la UNUCUYO, llevamos adelante pequeños cursos a alumnos del nivel polimodal en donde se buscaba además la formación de monitores en donde después continuaran ellos entre sus pares haciendo estas tareas de concientización. Desarrollamos una serie de temas que lo son: conducción defensiva, conducción y salud, diseño y seguridad vial, entre otros. También, con la intervención de la Facultad de Ciencias Económica, Medicina, el ITU -en las sedes de Luján, de Tunuyán y de Mendoza-, tratamos de llevar esta iniciativa a los estudiantes de primer año. Otra de las acciones que estamos haciendo es la cátedra de “Diseño y Seguridad Vial” – en la Facultad de Artes y Diseño – que es la primera cátedra en el país que versa sobre estos dos temas articulándolos”, decía el Magister.
Tomassiello, en la misma dirección que los demás especialistas consultados, consideró que la problemática del tránsito debe tratarse de manera conjunta con otras áreas. “Se tendrían que llevar adelante distintas acciones con el Ministerio de Seguridad, de Educación, o sea que esto debería encararse como una acción sistémica desde distintos organismos. Un siniestro no ocurre por una causa sino que son varias las que intervienen a la hora de producirse un siniestro”.
En cuanto a la prevención Tomassiello explicaba que “tenemos que tener en cuenta varios aspectos: la parte mecánica del vehículo, las condiciones climáticas cuando se va a viajar, los aspectos que tienen que ver con la salud, el estado de las arterias que no siempre es el más adecuado, la forma de conducción, la ingesta de alcohol o de medicamentos que produzcan sueño, por ejemplo, como lo son los psicofármacos, y así varios factores para evitar un siniestro”.
Aunque parecen cuestiones que fácilmente se podrían percatar desde el sentido común, los siniestros automovilísticos suceden porque no hay conciencia de lo que significan los potenciales peligros. Cuando una persona se desplaza a velocidad excesiva sabe que va a poder ocasionar un siniestro pero aún así lo hace porque lo que falla no es el conocimiento sino la conciencia. No basta con las multas, hay que tomar conciencia de estos hechos. Al respecto el especialista en seguridad vial decía que “en esto tiene mucho que ver la ética, esto de conducir éticamente. Se trata de manejar preservando nuestras vidas y la vida de los demás, pensando con un sentido de respeto por el prójimo y de cuidar la vida del otro. El principio de la conducción defensiva no es solamente cuidar nuestra propia vida sino estar atentos a las reacciones de los demás conductores para evitar posibles siniestros, anticipándonos a lo que podría ser una reacción inoportuna de otro conductor que pueda poner en riesgo su vida y la nuestra.”
Indudablemente, capacitación del/la conductor/a, y un despliegue en material de políticas públicas y de forma sistemática podría evitar centenares de muertes al año.
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