En primer lugar el periodista reconoce los distintos enfoques que MDZ on line volcó sobre la manifestación que recientemente reunió a miles de ciudadanos en reclamo del “fin de la inseguridad” y para que los responsables del asesinato del joven que murió acribillado en medio del asalto reciban una condena justa.

Sin embargo, al momento de concentrarse en la nota que ese medio tituló “El día que la gente pidió el fin de los derechos humanos”, Sepúlveda expresa su oposición al calificarlo de “desafortunado”. “En rigor estrictamente periodístico no refleja lo que ocurrió en la marcha”, explica.

Es necesario recordar que Rodrigo asistió al reclamo en calidad de periodista. Lo hizo para realizar la correspondiente cobertura para Radio Nacional, medio en el que se desempeña en la actualidad. Cuenta que efectivamente participaron de la manifestación tres mil personas, “la mayoría de clase media”, asegura.

Como testigo de la manifestación ¿Cuál pensás que fue el motivo que convocó a tanta cantidad de personas?

Sin lugar a dudas no fue el pedido del “fin de los derechos humanos”, como señala el titular.  Muchos de ellos con buena fe, y otros no tanto, se manifestaron en repudio a un crimen aberrante.

Pero hay que entender que tres mil personas no son "la gente", ni es el pueblo de Mendoza, ni son los mendocinos, ni nada que se le parezca. Son tres mil personas que marchan contra hechos reales de inseguridad

Según los disitntos medios que cubrieron la marcha, los padres de Matías responsabilizaron a los abogados y a los organismos de derechos humanos. ¿Coincidís con este discurso?

Entiendo que desde el dolor se pueden decir muchas cosas, pero eso no justifica para nada que uno esté de acuerdo. Es más, estoy totalmente en contra.

Los organismos defensores a los derechos humanos en argentina son una reserva ética y moral que la dictadura no pudo destruir y que han logrado a través de su incansable lucha que la Argentina hoy sea vista en el mundo como un ejemplo de verdad y justicia.

Pedir el fin de los derechos humanos es como pedir el fin de la vida, de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales. O sea, es pretender que volvamos a la barbarie, al ojo por ojo.

¿Creés que este tipo de discursos atenta contra los valores democráticos?

Pienso que es responsabilidad del periodismo estar atento a ellos y no permitir que se reproduzcan. Sin dudas hay que darle pelea a discursos como este que suelen ser peligrosos y están imbuidos de sentido común de la clase media que equipara derechos humanos con la defensa de los delincuentes. Como militante de derechos humanos te digo que nunca tenemos que dejar de militar este tema desde el lugar que ocupemos y ante quien los emita, para evitar su reproducción.