Las autoridades chilenas y argentinas prometieron que, esta vez, pondrán en marcha políticas para mejorar el flujo de ciudadanos y de mercancías por el Paso Sistema Cristo Redentor. Sin embargo, el acuerdo que firmaron en Uspallata está plagado de buenas intenciones, pero contiene muy pocas medidas concretas para evitar que las personas pasen horas haciendo trámites en uno de los cruces más importantes entre ambos países y un punto clave del corredor bioceánico.

Fue el gobernador, Alfredo Cornejo, quien reconoció que lo acordado era inferior a lo que esperaba, que hubiera querido avances más rápidos. Es más, recalcó que le costó entender como ciudadano y como gobernante por qué no podemos tener un cruce más expedito, sin tantos trámites engorrosos.

Así como reconoció que esperaba más, Cornejo resaltó que por primera vez en muchos años Mendoza fue escuchada por el Ejecutivo nacional, por lo que subrayó la voluntad política de resolver problemas que se arrastran desde hace más de una década.

La voluntad política de la que habló Cornejo se materializó la semana pasada en el recorrido que hicieron los funcionarios chilenos y argentinos por todos los puntos de los complejos fronterizo del Paso Sistema Cristo Redentor, emplazados a ambos lados de la cordillera. Según expresaron las autoridades, con su visita trataron de entender cuál era el problema por el que nunca se agilizó el cruce.

La voluntad política también se vislumbró en la importancia de las personas que ambos países enviaron para realizar el recorrido y rubricar el acuerdo. Estuvieron presentes los ministros de Relaciones Exteriores de Argentina y Chile, Susana Malcorra y Heraldo Muñoz; del Interior, Rogelio Frigerio y Jorge Burgos, y los embajadores, José Octavio Bordón y José Antonio Viera Gallo. Además participaron representantes de todos los organismos que tienen alguna participación en el cruce, ya sea para controlar el tránsito de personas o de mercancías.

Las medidas concretas

Las autoridades firmaron el acuerdo el viernes 18 de marzo en un salón del hotel Valle Andino, en Uspallata. Durante el acto, reconocieron que en los últimos años se hicieron infinidad de anuncios de mejoras, pero que hasta el momento no se cumplieron. Esta vez, prometieron que sería diferente.

Los funcionarios de ambos países también coincidieron en que los problemas no se solucionarán en una semana ni en unos meses, pero recalcaron que el acuerdo incluye objetivos a cumplir en un plazo de tiempo, por lo que cualquier ciudadano podrá controlarlos.

Tanto las autoridades chilenas como las argentinas aseguraron que una de las razones del colapso del sistema fue el crecimiento exponencial de la cantidad de personas y de mercancías que a diario transitan por el Paso. Sin embargo, no quedó claro por qué ninguno de los dos gobiernos fue capaz de advertir esta situación y realizar una proyección a futuro para ampliar la infraestructura y la atención a ambos lados de la cordillera.

El acuerdo incluye pocas medidas concretas que disminuirán demoras y reducirán los trámites. Las que se destacan son: a partir de mayo se pondrá en marcha un control migratorio unificado y en un plazo de 45 días se debe modificar el acuerdo de mantenimiento de caminos internacionales entre ambas naciones, para que las maquinarias puedan operar indistintamente a ambos lados de la cordillera.

La unificación del control migratorio -que se hará una sola vez del lado chileno o del argentino- reducirá  los trámites, pero sólo los referidos al paso de las personas. Seguirán las mismas demoras en cuanto al control de los vehículos y a los sistemas fitosanitarios de ambos países, es decir el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) chileno y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), de Argentina.

El acuerdo también contiene un punto, que aunque no implica una medida concreta, representa un avance significativo: cada país creará en breve un comité interministerial -en el que estarán incluidos todos los organismos que tienen alguna injerencia en el cruce- que serán los encargados de reportar sus acciones y propuestas a la Comisión Binacional de Seguimiento.

Medidas a largo plazo

El escrito incluye políticas a largo plazo y el análisis de mecanismos que se utilizan actualmente para gestionar el paso, con la intención de mejorarlos. Prevé realizar obras en los caracoles -aunque sin estipular plazos ni montos de inversión- , estipula un plazo de dos meses para el estudio de documentación sobre metodología de coordinación de apertura y cierre del cruce a ambos lados de la cordillera, y otro de 30 días para concretar una reunión entre las autoridades del SAG y del Senasa.

El texto también detalla que en 15 días se constituirá el ente binacional para el proyecto del Paso las Leñas. Y prevé una evaluación del sistema y la infraestructura del Paso Pehuenche -ubicado en Malargüe-  con el objetivo de analizar si es posible que se transforme en un cruce alternativo para el transporte de carga.

El último punto del escrito resalta el acuerdo de los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países, de subir a los sitios de las embajadas y los consulados los formularios de ingreso y egreso de los organismos de control fronterizos, para que estén a disposición de los usuarios.

La presencia de las máximas autoridades de ambos países en la firma del acuerdo fue un signo de la voluntad de ambas naciones por resolver un problema que se arrastra desde hace años. Por ahora, acordaron pocas medidas concretas para contestar al reclamo de los ciudadanos, que piden un sistema más expeditivo y sin tanta burocracia.

El convenio